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balance sobre la labor de pp, cs, guanyar y compromís

La oposición no convence: se queda al borde del aprobado y sufre el castigo de hombres y mayores

ALICANTE. La labor de las cuatro formaciones que ejercen la oposición en el Ayuntamiento de Alicante no acaba de satisfacer a los ciudadanos a casi un año de las próximas elecciones, a tenor de los resultados del sondeo elaborado por SyM Consulting para Alicante Plaza. Los encuestados no llegan a concederles un aprobado y les dejan con una nota media de 4,66 sobre 10. La conclusión: Partido Popular (PP), Ciudadanos (Cs), Guanyar y Compromís no han sacado rédito a la situación de franca minoría en la que se encuentra el equipo de Gobierno (PSOE), con seis ediles en una corporación de 29 concejales desde el pasado noviembre, y deben mejorar tanto su labor de fiscalización como su formulación de propuestas para acabar de convencer al electorado si quieren llegar a las urnas en junio de 2019 con la vitola de alternativa real. Lo cierto es que, pese a todo, la propia encuesta sí refleja que la ciudadanía podría apostar por un bloque de centro-derecha para gobernar Alicante, como ya ha contado Alicante Plaza.

La encuesta, eso sí, no discrimina la labor de cada uno de los cuatro grupos por separado por lo que no se evalúa el protagonismo de cada sigla. Con todo, el reparto de valoraciones en función del partido al que se manifiesta que se tiene intención de votar sí puede arrojar algo de luz -al menos de modo aproximado- sobre el papel que se confiere a cada formación de manera singularizada.

Entre los encuestados que expresan que votarán al PP en 2019, se considera mayoritariamente que la labor de la oposición es buena. Así lo estima un 66,7%, mientras que otro 11,1% la califica incluso de muy buena. Los populares son en la actualidad el grupo con mayor número de concejales en el pleno de la corporación, con ocho representantes, al ser la lista más votada en las municipales de 2015. De hecho, sus dirigentes han llegado a reivindicar la Alcaldía al considerar que el actual alcalde, Gabriel Echávarri, ha perdido "legitimidad democrática" para seguir en el poder tras perder el respaldo de los socios que votaron su investidura: Guanyar y Compromís. Desde 2015, el PP ha ejercido un estricto marcaje al ya extinto tripartito y fue quien presentó la denuncia sobre el presunto fraccionamiento de los contratos de la Concejalía de Comercio. La que dio pie a la apertura de la primera investigación seguida contra el primer edil. 

Para los votantes del PSOE no hay ninguna duda: el 100% concluye que la oposición ejerce una labor muy mala. Por pura coherencia, no podría ser de otra manera. Y tampoco existen resquicios entre quienes aseguran que votarán a Podemos o a su confluencia: igualmente el 100% considera que la labor opositora es muy mala

En este mandato, el partido de Pablo Iglesias no cuenta con representación en la corporación municipal, ya que no concurrió a las urnas con sus propias siglas en 2015. Eso sí, mostró su apoyo a la plataforma política liderada por Esquerra Unida (EU) bajo el nombre de Guanyar, lo que contribuyó a que esa candidatura obtuviese hasta seis concejales. Ese resultado permitió que Guanyar formase parte del equipo de Gobierno tras una alianza con PSOE y Compromís. Ahora, Guanyar ocupa los bancos de la oposición, después de que Echávarri se negase a presentar su dimisión para favorecer la elección de un nuevo dirigente, tras verse inmerso en dos causas judiciales distintas (los llamados caso Comercio y caso despido). Y en esa nueva responsabilidad, trata de velar por el cumplimiento del pacto de gobierno.

Los encuestados que anuncian voto para Cs valoran mayoritariamente como regular al conjunto de la oposición. Así lo hace el 50%, mientras que un 25% la considera muy buena. El resto, se reparte en un porcentaje del 8,3% entre los que la tildan de muy mala, mala o buena. En su primera experiencia electoral en la ciudad de Alicante, el partido de Albert Rivera consiguió seis concejales. También votó a favor de la investidura de Echávarri como muestra de confianza en un gesto que trataba de reafirmar la voluntad política común de pasar página respecto a la etapa del PP. 

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