DESESCALADA HACIA EL HEDONISMO

Almuerzos en la primera fase: Casa Granero

Carne de caballo con cebolla pochada, bacalao con huevo frito y torrà a leña son solo algunas de las opciones de Casa Granero a lo largo de la semana

| 22/05/2020 | 4 min, 41 seg

La Federación de Empresarios de la Hostelería de València (FEHV) cifró en un 10% las aperturas del sector en el primer día de la Fase 1 para todo el territorio. Un 10% con matices, porque solo aquellos que poseen terraza suficiente han podido dar el paso y porque otros se han ido animando a lo largo de la semana. 

Els esmorzarets, ese almuerzo fuera de todo equilibrio calórico y a partir del que muchos adaptamos las ingestas del resto del día, han vuelto a las calles de València. También, más allá de la capital y hasta a los polígonos de su área metropolitana. Polígonos donde la actividad hace semanas era la habitual –protecciones mediante– salvo por una pequeña y gran excepción: ningún bar abierto donde almorzar. Para muchos, de entre tanta 'nueva normalidad', la más extraña "y deprimente".

El desconfinamiento desde la Masía del Juez

Así define la ausencia del esmorzaret uno de los varios empresarios (diga, más bien, autónomos) que se sientan (solos) a la mesa de Casa Granero. Miran al infinito así durante su break en la mañana, homenaje hedonista dedicado a las endorfinas a base de cacaus del terreno y bocadillo sin contemplación.

Casa Granero es una de las postales más claras de la situación hostelera: abierto 365 días al año, entre semana puede dar entre 70 y 80 menús de mediodía y el fin de semana alcanza los 200 almuerzos. Cifras detrás de las que, hasta el 13 de marzo (el 14 ya no abrieron, por seguridad),  había entre cinco y seis trabajadores entre semana y hasta 12 el fin de semana. Hoy son tres: cocinera, camarera y el dueño, Pedro.

Desde este martes la actividad de Casa Granero es alta para ser asumida por sus tres trabajadores, pero incomparable a los volúmenes de esta casa de comidas situada en la histórica pedanía de la Masía del Juez, en Torrent. Un lugar de 'parada y fonda' entre un sinfín de actividades primarias, de la agricultura a la ganadería y, por supuesto, a los habituales trabajadores y trabajadoras de las incontables fábricas de su polígono y tantos otros de Torrent, Aldaia y Alaquàs. Entre semana, estos trabajadores y trabajadoras son el perfil más habitual. Buena señal.

"Abrimos para atender a los clientes. Económicamente, no tiene sentido, pero hemos de hacerlo para dar servicio e ir recuperando poco a poco la actividad. El fin de semana serán cuatro "o cinco" en la plantilla, un tercio de lo habitual, pero de momento Casa Granero se ha topado con dos regalías frente a una parte de la competencia: una gran terraza, techada en un buen tramo, además del habitual gran parking de un restaurante de polígono. Dos ventajas que se dejan notar ya en la actividad.

La variedad diaria en l'esmorzaret de Casa Granero

En Casa Granero la semana está llena de novedades de cara al almuerzo popular. La carne de caballo se puede comer cualquier día, aunque el lunes es lo habitual entre los parroquianos. Quizá por aquello de empezar la semana con energía. El bocadillo se sirve con patatas de corte y guiso casero, ajos tiernos y cebolla pochada que acompaña a este y otros entrepanes de la casa.

El martes hay torrà. Y torrà no quiere decir únicamente chorizo, morcilla, longaniza, huevo y patatas, sino que todo se hace a leña. Torràtorrà. Hasta que la actividad no alance los márgenes de las próximas fases, Pedro se plantea que pase a ser el bocadillo únicamente del viernes. Así que el martes, de momento, el 'de la casa' va camino de ser el de calamares y un ajoaceite casero que un jubilado de almuerzo habitual insiste en que hemos de probar.

Los miércoles, sin receso dietético salvo para los obsesionados del crossfit, es el turno de la receta estrella: bacalao con huevo frito y cebolla pochada. Es riesgoso, pero querido y singular. Ah, y los que van el sábado tienen premio: all i pebre. "El domingo hay de todo", concluye Pedro entre comandas, y entre ese todo quizá destaca el cotidiano de longanizas con habas. Cacaos, olivas, guindillas, vino y gaseosa y cerveza, son con el carajillo –y no cremaet- los preliminares y despedidas habituales.

Esta primera semana del desconfinamiento, hay quien ha tenido que esperar un poquito a partir de las 10. En la hora punta hay jubilados y hombres del campo (más autónomos que de grandes explotaciones, ya decíamos), pero también transportistas y alguna trabajadora de las industrias cercanas. Rondando los 60, tres mujeres llegan en bicicleta y desayunan como premio a la ruta. Entre otras fotografías, es habitual el dúo padre-hijo que almuerza en Casa Granero. 

Acostumbrados a un ritmo frenético de pedidos (antes del confinamiento, se servían entre 30 y 40 quilos de carne de caballo, según la semana), el servicio es rápido y el precio ajustado. Más razones para una desescalada de a poco y hedonista.

Casa Granero https://restaurantecasagranero.es/

Localización

Teléfono: 96 155 14 93

Precio: 5,5 a 6 euros


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