VALÈNCIA. Finalmente Ford ha consumado lo que era ya un secreto a voces: el recorte de 3.800 empleos en Europa en los próximos tres años. Una decisión que justifica en la necesidad de reducir costes para ganar competitividad en un momento en el que la industria de la automoción se encuentra en plena transición hacia la electromovilidad. Y, por el momento, la factoría valenciana de Almussafes se libra de este primer 'hachazo' laboral.
En concreto, según ha detallado la multinacional, esta reestructuración afectará a 2.300 trabajadores en Alemania, a 1.300 en Reino Unido y a 200 en el resto de Europa. La mayoría de despidos, unos 2.800, se concentrarán en el área de ingeniería en Europa y, en Almussafes, solo un centenar de trabajadores llevan a cabo estas labores para el país germano, por lo que se esquiva el golpe.
No obstante, la compañía también despedirá a unos 1.000 empleados encargados de funciones administrativas, marketing, ventas y distribución en Europa. Y en estos departamentos sí que la organización en España se verá afectada en el área de Marketing y Ventas que la firma automovilística tiene en Madrid, aunque no se ha concretado una cifra.
Esta situación ha despertado gran "preocupación" en el ambiente de Almussafes por la reestructuración y los despidos de la compañía en Europa, mientras siguen a la expectativa de saber los volúmenes de producción de 2023 ante la inminente salida de los modelos S-MAX y Galaxy de las instalaciones valencianas este mes de abril.
"Al final no son buenas noticias para Ford. Esto un paso más en la reestructuración tan radical que está acometiendo. Existe mucha preocupación porque en los últimos años ha desmantelado su organización en Europa dejandóla prácticamente a la mitad y llevándose de vuelta a Estados Unidos prácticamente toda la ingeniería y la administración que históricamente ha estado repartida entre Alemania y Reino Unido", señala el secretario general del Comité de Empresa y portavoz de UGT en Ford Almussafes, José Luis Parra.
De hecho, desde la salida de Stuart Rowley de la presidencia de Ford Europa, el cargo sigue vacante. Y a los despedidos anunciados este martes se sumará el desmantelamiento de la planta de Saarlouis, tras perder la electrificación contra Almussafes, y en la que trabajan 5.000 personas. Además, no serán los únicos despidos que acometerá Ford en los próximos años. Todo ello, dejará, según los cálculos de Parra, una organización de la multinacional en Europa que pasará de los cerca de 40.000 trabajadores a los 25.000 en unos años.
Desde la multinacional, el director general de Ford Model E en Europa, Martin Sander, justificaba esta decisión en la necesidad de "sentar las bases de un negocio sosteniblemente rentable". "Necesitamos actuar y cambiar la forma en que desarrollamos, construimos y vendemos los vehículos Ford. Esto impactará la estructura organizativa, el talento y las habilidades que necesitaremos en el futuro", señalaba en un comunicado.
Y es que la estrategia de la firma del óvalo pasa por ofrecer una gama 100% eléctrica en Europa para 2035. Así, la producción del primer vehículo de pasajeros 100% eléctrico en Europa está preparada para este año, por lo que su hoja de ruta ahora es la de una organización de ingeniería con unas 3.400 empleos, enfocados en diseño de vehículos y desarrollo, así como la creación de servicios conectados.
"Estas son decisiones difíciles que no se han tomado a la ligera. Reconocemos la incertidumbre que crea para nuestro equipo, y les aseguro que les ofreceremos nuestro apoyo en los próximos meses. Iniciaremos un diálogo con nuestros socios sindicales para avanzar conjuntamente en la construcción de un futuro próspero para nuestro negocio en Europa", admitía Sander.
En ese sentido, en Alemania habrá 1.700 despidos ligados al área de desarrollo de producto y 600 vinculados a las funciones administrativas. En Reino Unido serán 1.000 despidos en el área de desarrollo de producto y 300 en funciones administrativas, mientras que en el resto de Europa los 200 despidos totales se dividen al 50% por cada área.
Aunque esta primera ola de despidos no tendrá impacto en la factoría valenciana, lo cierto es que para muchos es solo un primer asalto 'salvado' porque cada vez cobra más fuerza la ejecución de un ERE en la planta. Así lo dan por hecho los propios sindicatos, que aseguran que con la salida este años de los modelos S-MAX y Galaxy y la consecuente bajada de producción habrá un claro excedente de personal en las instalaciones.
Y es que cabe recordar que Ford anunciaba a finales del pasado año la salida para abril de este 2023 de estos dos modelos. En un principio, su ciclo final de producción estaba previsto para 2024, pero finalmente se adelantaba su salida en el marco de la transición que la firma del óvalo está acometiendo hacia la electrificación. De hecho, Almussafes ha iniciado 2023 con la producción a la baja en 400 unidades para el primer semestre debido a los paros en uno de los dos sistemas de fabricación.
Una decisión que tendrá un claro impacto en la actividad de las instalaciones, ya que estos dos coches representan casi el 6% del volumen total de la producción anual en la factoría. De esta forma, Almussafes únicamente mantendrá el Kuga y parte de la Transit, mientras que hace solo dos años fabricaba hasta cinco modelos diferentes. Por tanto, lo más previsible es que en marzo arranquen unas duras negociaciones para acordar un nuevo ajuste en la factoría valenciana.
Y más teniendo en cuenta que, aunque Almussafes ganó la batalla de los nuevos modelos eléctricos a la planta alemana de Saarlouis, todavía no se han adjudicado y la previsión es que la primera unidad salga de la planta valenciana en 2026. Por tanto, durante estos años, la factoría tendrá menor carga de trabajo. Además, los eléctricos precisan de un 30% menos de empleo que los de combustión, por lo que la suma de todos estos factores ponen de manifiesto que el recorte llegará más pronto que tarde.
Los directivos de la multinacional ya lo han dejado claro en varias ocasiones y el propio presidente de la Generalitat, Ximo Puig, reconocía este martes que se producirán "ajustes" de personal derivados del proceso de electrificación, aunque aseguró que la compañía y los sindicatos podrán encontrar "soluciones" a través del diálogo. Eso sí, por el momento la planta valenciana se ha salvado.