VALÈNCIA. Final feliz para la factoría de Ford Almussafes. La compañía ha decidido finalmente adjudicar a la planta valenciana la producción de sus nuevos modelos eléctricos, una inversión que se disputaba con la fábrica alemana de Saarlouis. Una asignación que supone garantizar la supervivencia de las instalaciones valencianas más allá de 2025, cuando comenzará la fabricación de los nuevos coches, todavía sin concretar. Pero también supone un balón de oxígeno para toda una industria del automóvil en la Comunitat Valenciana, que supone más de 25.000 empleos y una facturación que roza los 12.000 millones de euros.
Eso sí, Ford todavía no ha detallado los nuevos modelos que se producirán en las instalaciones de Almussafes ni la inversión prevista. Lo que se sabe es que serán coches para la nueva plataforma GE2, cuya primera versión la GE1 se utiliza para el Mustang eléctrico. Pero todavía sigue el secretismo respecto a la nueva carga de trabajo que recibirá la planta. A las 12.15 horas hay prevista una reunión con la plantilla valenciana para trasladarles la decisión, una cita que también tendrá lugar en Saarlouis.
La decisión se produce tras meses de negociaciones y mucha incertidumbre. No obstante, en los últimos días de la carrera ya se respiraba cierto optimismo en la planta valenciana por la oferta presentada. Tanto es así que la ministra de Industria, Reyes Maroto, había llegado a decir que era una propuesta "ganadora". De hecho, dirigentes del gobierno de la región del Sarre, en donde se ubica la instalación alemana, apuraban sus últimos cartuchos manteniendo reuniones con directivos de Ford para forzar su electrificación. Una ofensiva que ya evidenciaba cierta inquietud en las filas germanas.
Los esfuerzos por garantizar el futuro de la planta han sido máximos y tanto la plantilla, encabezada por el sindicato UGT, como la Administración han puesto toda la carne en el asador por convencer del potencial y la competitividad de Almussafes. Un trabajo de meses de reuniones y que finalmente ha dado sus frutos.
Pero también ha sido necesario asumir ciertas concesiones. En este sentido, en la decisión de la multinacional se han sopesado tanto factores de competitividad como de costes económicos y, en esa parte, ha tenido un peso importante el plan de ajustes que sacó adelante UGT, sindicato mayoritario en la planta. Una propuesta cerrada el pasado 27 de enero con los directivos de la multinacional y que contempla una contención salarial y flexibilidad laboral en caso de recibir la nueva carga de trabajo.
Entre las medidas, la propuesta incluye incrementos lineales no consolidables en las tablas salariales que suman 7.000 euros entre 2022 y 2025 para la plantilla y retornar a la senda del IPC en el año 2026. También recoge otras medidas como aumentar en 15 minutos los turnos, trabajar hasta 18 sábados al año o incorporar un turno de noche. Y, según ha podido saber este diario, precisamente esa flexibilidad laboral ha sido uno de los puntos que más ha valorado Ford a la hora de tomar su decisión.
Han sido meses de reuniones internas ya no solo para cerrar el acuerdo por la electrificación que mantuvo a Almussafes viva en la disputa por la asignación de los nuevos modelos, sino también para aclarar con la dirección los detalles. Desde finales del pasado 2021, Ford dejó claro a ambas plantas que solo una de ellas recibiría el pedido. "Valencia tiene ventajas significativas", señalaba el Comité de Empresa alemán en referencia a los costes de personal en una misiva a la plantilla fechada el pasado mes de diciembre.
Y para intentar contrarrestar esa superioridad decidían aliarse y presentar un plan de recortes que afectaba a los 20.000 empleados de sus tres plantas de Ford en Alemania -dos en Colonia y la que compite con Almussafes. Pero, pese a esta estrategia, las condiciones ofrecidas por la planta valenciana han declinado la balanza a su favor.
La asignación de nuevos vehículos era vital para la factoría porque a partir de 2025 se iba a quedar solo con la producción del modelo Kuga tras perder este año el Mondeo y la producción de la Transit para el mercado europeo. Ya en 2023 y 2024 se despedirá del S-MAX y la Galaxy y la parte de la furgoneta que fabrica para EEUU. Para Saarlouis, también era necesaria aumentar su volumen de actividad dado que solo fabrica el Focus, cuyo ciclo de producción expira en 2025.
Una recompensa al trabajo de Almussafes y que también premia la transformación de toda una industria auxiliar valenciana, que lleva años apostando por la diversificación hacia nuevos sectores, la búsqueda de nuevos mercados, la internacionalización y la innovación.