VALÈNCIA. La presentación de la nueva junta directiva de Avant ha servido para que la tercera (¿o son tres más una?) asociación de productores valencianos dé un paso al frente. Aunque su llegada hace algo más de tres años parecía la suma de un interlocutor más de un sector en shock por el cierre de Radiotelevisió Valenciana, las 30 empresas “en activo” que actualmente conforman la agrupación han acabado por articular un discurso unívoco y propio. Un posicionamiento distinto al del resto de productores que ya se intuyó cuando -hace ahora año y medio- fueron la única entidad que no vio con buenos ojos que el Alto Consejo Consultivo lanzara una compra de contenidos previa y ajena a la llegada de una dirección para lo que ahora conocemos como À.
Este jueves, con la presentación de Lorena Lluch (Filmeu) como presidenta, Jordi Llorca (Nakamura Films), Nacho Sánchez (La Quadra), Joana Chilet (JC Media) y Miguel Llorens (The Fly Hunter) como vicepresidentes, Rafael Piqueras (Famazing Entertainment) y Alberto Abenza (HV Producciones) como secretario y tesorero, y Rafa Molés (SuicaFILMS), Xavier Crespo (Dacsa Producciones), César Sabater (Naumaquia), Marisa Crespo (Proyecta Films), José Carlos Díaz (On Air Comunicación) y Blanca Quintana (Beniwood Producciones) como vocales, el discurso se explicitó dejando una buena retahíla de distancias con respecto al resto de asociaciones contra las que -advierten- “no quieren que la reapertura de la nueva Canal 9 se convierta en una batalla”.
Autores o creadores de contenidos. Empresarios, por así decirlo, 'en primera persona. La distancia con el de empresarios al frente de productoras -aunque sin citar exactamente a ninguna de ellas- parte incluso del mismo análisis del cierre de la extinta RTVV: “fue una decisión política, pero el factor empresarial también influyó y mucho. Avant nace sin depender de ayudas clientelistas”. De esta manera, Llorens quería dejar claro que la nueva televisión “no es para los productores; es para los ciudadanos. Y si la tele no tiene que ser para todos, que no sea”, remató. Una tele y un sistema de medios públicos en valenciano que, para Avant, también juega un papel esencial “para aportar una capacidad de innovación” que, dejan entrever, solo está al alcance de una entidad de esas características.
Para Molés está igual de claro cuando asegura que las 30 empresas que conforman la agrupación “no están hechas para cazar subvenciones. Nosotros no fabricamos cosas para la tele. La tele no nos hacía falta para darnos vida. Ya la teníamos antes de la tele”, precisó: “nosotros no lloramos [por las ayudas]. Nosotros producimos”. El miembro de la Asociación Valenciana de Empresas de Producción Audiovisual y Productores Independientes marca la distancia en este caso con “una empresa que es de los ciudadanos, aunque compartimos el objetivo”. De hecho, él mismo celebró que el que se plantea sea un “modelo de producción público: Empar Marco está proponiendo un modelo con 500 trabajadores para trabajar de manera interna todo lo que tiene que ver con la información y servicios, dejando los programas a la responsabilidad de la producción interna. Nos gusta que se exija esa responsabilidad pública a las productoras. Era lo que queríamos”.
Lluch también convino con sus socios que respetarán la solicitud de “paciencia” expresada por Marco: “preferimos ir lento para no repetir los errores del modelo anterior”. Por su parte, profesionales como Sánchez o Moisés Romera destacaron lo importante que durante los últimos años ha sido la gestación de Avant para un autoconocimiento que, también, ha ayudado a que las empresas no se deslocalizaran. En las productoras reunidas y durante los últimos años, pensando solo en el aspecto cinematográfico, la difusión del audiovisual ha alcanzado festivales de España y el mundo (Premos Óscar, Festival Internacional de Cine de San Sebastián, Premios Goya, Festival de Cine de Roma, Festival de cine español de Málaga…): “los que estamos aquí trabajamos más fuera que en la Comunitat. Conocernos ha servido también para quedarnos en València”, ha precisado Sánchez. Para Romera es igual de relevante que entre las compañías se comparta “una filosofía. Nosotros no ganamos dinero a costa del audiovoisual. Primero que todo, hacemos audiovisual”. En un sentido más cuantitativo y como ha matizado Llorens: “no buscamos márgenes del 30 o el 40% en los proyectos que levantamos. No es el modelo”.
La presidenta admitió que el tiempo les ha demostrado el valor que tenía la “representatividad” dentro del sector, pero también que Avant es una “cantera de talento a exportar”. Una posibilidad que se apoya en unas ayudas que “son excelentes”, según Lluch, e “imprescindibles” para Molés. Aun así, Piqueras aquejó que el sistema de subvenciones hubiera propiaciado “el monocultivo”. De hecho, la asociación combina productoras del audiovisual de todo tipo: más próximas al cine, enfocadas casi en exclusiva a la publicidad, por supuesto a la ficción televisiva, el documental e incluso los contenidos multimedia.
Desde esa diversidad, Llorca ha admitido que Avant se maneja “mal en el cuerpo a cuerpo”. La nueva ejecutiva de Avant ha querido marcar distancia ante un hipotético enfrentamiento de asociaciones por la carta remitida por la Associacio Valenciana de Productors Independents (Avapi) al Consejo Rector de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació por un futurible “conflicto de intereses” tras la incorporación de César Martí como parte de la directiva de Marco. Martí, que fue hasta hace unas semanas presidente de Avant, consultó sus posibles incompatibilidades con Transparencia y pasó a formar parte del citado equipo, aunque ese movimiento ha servido para destapar una guerra sucia de la que informó el pasado fin de semana Valencia Plaza.
"Si somos aliados y no enemigos, tendremos cabida", expresó Llorens. Crespo, por su cuenta, quiso asegurar que a todos les conviene “potenciar un mercado único, aunque nosotros, sencillamente, tengamos distinta sensibilidad”. Aun así, el conflicto les preocupa. Llorca, vicepresidente de ficción de Avant, quiere “hacer lo posible por evitarlo", aunque Lluch advierte que no es "una postura cobarde". Le preocupa y ella misma quiere “evitar una guerra entre asociaciones de productoras”. Por delante, destaca que Martí es "un productor con una trayectoria que le avala" y ha bromeado con la idea de que les “tumbará algún proyecto”. Sin embargo, con respecto a la polémica, para la presidenta lo relevante de cara al resto de asociaciones es transmitirles que navegan “en el mismo barco y tenderemos la mano siempre, aunque haya discrepancias sobre algunos procedimientos”. Por ejemplo, además del ya citado por la precompra del Alto Consejo Consultivo -donde, por cierto, han logrado un buen número de contenidos que pasarán a producirse inminentemente por À.- “la falta de un modelo más transparente para las compras de la nueva televisión. A nosotros nos gustaría más un modelo como el de las comisiones profesionales que se realiza en CulturArts [Institut Valencià de Cultura]”, ha dicho Molés.
Avant, que quiere estar “a la cabeza del sector” -es la asociación que acoge el mayor número de empresas- para “dinamizarlo”. Lo hará ‘sin olvidar’, según apuntan, “que venimos trabajando desde las trincheras”. Ahora también ambiciona a que “los creadores de de Alicante y Castellón también estén con nosotros”. Entre la treintena de productoras y durante los últimos años, la cantidad de producciones de referencia incluye las películas de ficción Paella Today!, Amar, Mil coses que faria per tu, los documentales Sara Baras. Todas las voces, La estrategia del silencio, El hombre que embotelló el sol, Five days to dance, El arquitecto de Nueva York. Rafael Guastavino, o los cortometrajes Graffiti o Bikini, entre muchos otros.