VALÈNCIA. En las radios, en la televisión, en los medios digitales e impresos, también en los rincones de las grandes ciudades, y de las no tan grandes, esta semana estamos inducidos por el espíritu del Black Friday (viernes negro), una cita comercial que llegó desde hace muchos años a Estados Unidos para inaugurar la temporada de compras navideñas después del Día de Acción de Gracia, y que ya está totalmente establecida en nuestro país, ocupando incluso muchos más días con la Black Week (semana negra). Pero en este artículo no hablaremos de ello. Lo que se propone es bien diferente; poner en el foco de atención actividades culturales que se van a celebrar antes de que acabe el año, concretamente en las localidades del Alto Turia de Valencia.
La Mancomunidad del Alto Turia es una de las más antiguas de la Comunidad Valenciana, con unos 31 años de historia, e integrada por cinco municipios del norte de la comarca valenciana de La Serranía: Aras de los Olmos, Benagéber, Chelva, Titaguas y Tuéjar. Sin embargo, la densidad de sus poblaciones es de las más bajas de la Comunitat, con 5.000 habitantes y 520 km2 de extensión. A pesar de esto, los vecinos y vecinas no dejan atrás el festejo de tradiciones y actos culturales, tal vez porque como se suele decir, un pueblo sin cultura es un pueblo sin identidad.
En este sábado 25 de noviembre llega el día de hacer honor a su patrona, Santa Catalina, en la villa de Aras de los Olmos, fecha en la que preparan todo tipo de actividades para rendirle homenaje y también para festejar y reunirse. La fiesta se anticipó ayer viernes, con la encendida de hogueras y la representación de la obra Balas sobre Broadway en el Teatro Municipal. Pero, para este sábado (a las 14:30 horas) llega el “plato fuerte” con la elaboración popular de gachas para todos asistentes- plato que también elaboraron este jueves para unas jornadas de gastrobloggers. También para los más pequeños está programada la representación teatral Amadeo y el Sueño Musical, obra que versa sobre la historia de un niño al que no le gusta nada la clase de música porque la encuentra aburrida y ruidosa. Pero una noche, de la mano de “Don Solete” descubrirá que no es más interesante de lo que piensa. Para cerrar los actos, el domingo la Unión Musical Santa Catalina acompañará en procesión a la virgen.
Son muchas las asociaciones, las entidades culturales y los Ayuntamientos que durante este 25 de noviembre no solo se unen contra la violencia de género, sino que además programan algún acto de concienciación.
En este sentido, en Chelva, y después de la concentración de repulsa contra la violencia hacia las mujeres (a las 12:00 horas en la Plaza Mayor), tiene lugar la representación de teatro Fémina, las mujeres mueven el mundo, a las 19:30 horas, en el Auditorio Municipal. La obra funciona como un “canto visceral al poder histórico de las mujeres para mover el mundo” y habla de su rol en la sociedad actual, en una visión artística y reflexiva. Así, su montaje aborda, a través de la metáfora teatral y la danza, temas como “el patriarcado, sexismo, cosificación, brecha salarial, violencia machista, suelo pegajoso y techo de cristal”. Se trata de una representación, de 45 minutos, dirigida y creada por Cristina Maciá, enmarcada en la compañía Maracaibo Teatro, y llevada a escena por la misma Cristina Maciá, Vanessa Yago, Sonia González, Ely Hernández, Rosa Ros y Juan Carlos García.
El fuego y la tradición de las hachas es uno de los símbolos más emblemáticos del municipio de Titaguas, sin embargo hace muchos años cayó en desuso, hasta que hace más de una década sus vecinos decidieron recuperar su culto para “conectar con el folklore local” y devolver esa “ilusión” a los más pequeños.
Programado para el 8 de diciembre, y a vísperas de la conmemoración de su patrona Santa Bárbara, el Ayuntamiento organiza unos talleres manuales en la plaza del pueblo para que cada niño tenga su ‘hacha’ bien preparada, y también, para que quien quiera aprender se acerque a participar, puesto que no es fácil hacer una hacha “que tenga consistencia y que prenda bien”.
Una vez confeccionadas, todos los vecinos se reúnen a las 21:00 horas alrededor de la hoguera, fuego original para todas las hachas que irán poniendo luz a la noche de Titaguas.
La travesía de senderos del Alto Turia es lógicamente una actividad atemporal, que está permanentemente a disposición de aquellos que con bici o andando, de forma personal, con amigos o en familia, quieran recorrer los cinco municipios en un total de seis etapas. Sin embargo, es bastante relevante mencionar esta actividad ya que es un proyecto muy reciente que quizá no todo el mundo conozca.
Un total de 161 kilómetros son los que forman el recorrido circular de la travesía, con el río Turia como eje vertebrador. La primera de las etapas une Benagéber y Chelva a través de 25 km; desde está última se parte hacia el municipio de Tuéjar en una fase más corta de casi 16 km; de aquí se enlaza en una tercera ruta, la más complicada, que duplica en distancia y une Tuéjar y Titaguas; en la cuarta y quinta se llegará hasta Aras de los Olmos con dos rumbos circulares de 19 y 26 km; finalmente con la última etapa se vuelve al punto de partida de Benagéber, con el track más largo de la Travesía, de 43 km.
Parte del proyecto está todavía en fase de estudio, pero ya se ha conseguido desarrollar un camino de comunicación lineal entre Benagéber y Aras de los Olmos.
Las albadas son las canciones tradicionales que la noche del 24 de diciembre, enmarcadas en Nochebuenas, se cantan en Titaguas, por afición y para recibir la Navidad.
Son los más pequeños los que dan comienzo a la celebración, cantando de casa en casa estas rondallas, a las que añaden una despedida con la que se anuncia el nacimiento y con las que piden el aguinaldo.
Desde las nueve de la noche y hasta las dos de la madrugada, se suman los Quintos quienes, acompañados de la Rondalla y tras la Misa del Gallo, cantan la albada a la Virgen. Siempre es la misma canción y la empieza el quinto “más entonado”, para después dar paso al resto de miembros. Un acto musical al que finalmente se suman todos los vecinos repitiendo las albadas.
Otra de las joyas del Alto de Turia son sus cielos y su firmamento, tanto que Titaguas y Aras de los Olmos fueron recientemente reconocidas como ‘Reserva Starlight’. Un certificado de destino turístico protegido que implica el compromiso por la defensa de la calidad del cielo nocturno y el acceso a la luz de las estrellas. Es por ello que se convierte en casi imprescindible visitar sus observatorios astronómicos.
Desde ambos municipios son conscientes de lo importante que es la pureza de sus cielos. Por ello, este pasado jueves invitaron a cerca de 20 influyentes gastrobloggers a participar en una experiencia astronómica amenizada, además, con productos gastronómicos autóctonos de la comarca, como los vinos de Titaguas y la mermelada esperiga de Rincón de Ademuz.
El objetivo claro de estas iniciativas es pues “dar a conocer las oportunidades de los cielos limpios y vincular la oferta turística a elementos atractivos y cada vez más demandados, como es la gastronomía local”, y así lo expresó el secretario autonómico de la Agència Valenciana del Turisme, Francesc Colomer, durante la jornada.