Dos niños procedentes de Ucrania (ARCHIVO) -Foto: Gustavo ValienteVALÈNCIA. (EP) La Conselleria de Educación ha publicado un protocolo específico de acogida en las aulas de la Comunitat Valenciana de alumnado refugiado procedente de Ucrania. Se trata de una serie de pautas específicas de "acompañamiento educativo y emocional para los niños, niñas y jóvenes que han llegado con vivencias muy duras provocadas por la barbarie de la guerra".
Establecer estudiantes y profesores de referencia para estos menores o dar prioridad a los aspectos emocionales son algunas de las recomendaciones que se incluyen.
Desde el departamento que dirige Vicent Marzà, agradecen su trabajo a la comunidad educativa por "el trabajo y predisposición para facilitar una acogida lo más humana posible".
El documento, consultado por Europa Press, anima a asignar alumnado de referencia a los estudiantes recién llegados, si fuera posible, de su país de origen, o bien alumnado migrante que lleve un tiempo en territorio valenciano y quiera participar en esta acogida. En esta línea, se insta a establecer también docentes de referencia, tanto al alumnado como su familia, que pueda atender sus dudas e inquietudes.
Asimismo, se aboga por facilitar la comunicación con los alumnos ucranianos tanto como sea posible adaptándose a su ritmo, repitiendo los mensajes, simplificando el vocabulario, haciendo pausas y comprobando que entienden los mensajes. En este sentido, los docentes pueden utilizar la guía de conversación de la Dirección General de Política Lingüística y Gestión del Multilingüismo, u otros recursos, para introducir saludos o palabras que muestren la disposición a acompañar su proceso de acogida.
En un primer momento, se aconseja primar la comunicación por escrito, que debe ser lo más accesible posible simplificando la gramática. Puede ser útil emplear facilitadores visuales, como fotos cuando se trate de elementos tangibles o pictogramas y aprovechar las tecnologías y los traductores en línea para clarificar los mensajes importantes.
El protocolo insta a priorizar los aspectos emocionales y relacionales sobre las cuestiones académicas, como mínimo las primeras semanas o meses, tratando de conocer los gustos y preferencias, y adecuar las opciones que se ofrecen a cada persona.
Si los centros se encontraran con situaciones complicadas o la cantidad de alumnado a acoger fuera muy elevada, pueden pedir apoyo a agentes externos que puedan colaborar, como Oficinas Pangea Mediadoras interculturales, entidades del tercer sector, asociaciones de personas ucranianas y las direcciones territoriales de Educación.
Para hacer más fácil la adaptación a los centros, se les invita señalar con pictogramas los espacios y/o hacer itinerarios con cinta de colores, para posibilitar que el alumnado se oriente por el centro, así como elaborar un plano, con indicaciones básicas, facilitarlo al alumnado y sus familias e incluir, si es posible, palabras o frases en ucraniano.
Otra recomendación es hacer una reunión inicial para clarificar dudas con todas las familias y alumnas, con la ayuda de mediadores culturales o de los intérpretes que posan a nuestra disposición la dirección general de Política Lingüística y Gestión del Multilingüismo y los ayuntamientos.
En cuanto a las tutorías, se apuesta por facilitar la expresión emocional de todo el alumnado y las dudas que tengan sobre la guerra y explicar que, a pesar de que necesitan muestras de afecto y una acogida positiva, el alumnado recién llegado también puede necesitar espacio y tiempo en soledad.
Por lo que respecta a las familias, se puede proponer, a través de las AMPA, familias ayudantes o guía y mediadoras interculturales, mientras que entre el alumnado se propone buscar tutores afectivos
"con capacidad de escucha y empatía" entre sus iguales o en cursos superiores.
