VALÈNCIA (VP). La ambliopía, conocida popularmente como "ojo vago", constituye un importante desafío en la salud visual de los niños. Este trastorno se caracteriza por una reducción en la agudeza visual de uno o ambos ojos, sin una causa orgánica evidente. Su detección y tratamiento tempranos son cruciales, ya que pueden tener repercusiones significativas en el desarrollo visual y la calidad de vida de los niños si no se abordan adecuadamente. La ambliopía, constituye una de las principales razones de pérdida de visión que podría evitarse, afectando aproximadamente al 3 al 5 por ciento de los niños.
En el mundo hay 19 millones de niños con discapacidad visual, de los cuales 12 millones se deben a errores refractivos como el ojo vago. Además, esta anomalía, que se suele detectar en niños a partir de los 3 años, podría estar relacionada, junto con otras alteraciones visuales, con entre el 15 y el 30 por ciento de los casos de fracaso escolar.
La ambliopía es un trastorno visual común en la infancia que requiere intervención temprana y tratamiento adecuado para prevenir complicaciones a largo plazo. "Es fundamental que los padres y cuidadores estén atentos a cualquier señal de problemas visuales en sus hijos y que busquen atención médica especializada si es necesario", enfatiza la doctora Teresa Sánchez-Minguet, responsable de la Unidad de Oftalmología del Hospital Vithas Valencia Consuelo, Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre y Vithas Aguas Vivas. "Con un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado, muchos niños con ambliopía pueden alcanzar una visión normal y disfrutar de una vida sin limitaciones".
"La ambliopía puede ser causada por varios factores, entre ellos el estrabismo, la anisometropía, la obstrucción visual y el historial familiar de trastornos oculares", señala la doctora. "Es esencial realizar exámenes oftalmológicos regulares, especialmente antes de los 5 años de edad, para detectar cualquier anomalía visual".
Se pueden identificar signos de sospecha de ambliopía en los niños cuando muestran acciones como entrecerrar un ojo, mantenerse muy cerca de los objetos, experimentar dolores de cabeza o notar enrojecimiento en los ojos (sobre todo en el ojo dominante, ya que es el que más se esfuerza). Por tanto, es crucial que los padres estén alerta y consulten a un especialista en salud visual infantil si observan cualquiera de estos indicios.
El tratamiento de la ambliopía generalmente involucra una combinación de corrección óptica y terapia visual. "Esto puede incluir el uso de gafas o lentes de contacto para corregir errores refractivos subyacentes, así como la oclusión ocular mediante el uso de parches sobre el ojo dominante para favorecer la visión en el ojo afectado", explica Sánchez-Minguet. "Además, se pueden realizar ejercicios y actividades diseñadas para fortalecer los músculos oculares y mejorar la coordinación entre ambos ojos".
La especialista también destaca la importancia del tratamiento del estrabismo en casos donde este sea un factor contribuyente. "En algunos casos, puede ser necesario recurrir a terapia visual o incluso a cirugía para alinear los ojos correctamente", añade.
Por otro lado, las consecuencias de no tratar la ambliopía pueden ser significativas. "Estas incluyen una disminución en la agudeza visual que puede afectar las actividades diarias como la lectura, la escritura o la participación en deportes", comenta la especialista. "Además, la falta de desarrollo visual puede influir en la coordinación ojo-mano y tener un impacto emocional en el niño, afectando su autoestima y su desempeño académico y social".