VALÈNCIA (EFE). En su debut en el mundo de las series, La Fortuna, Alejandro Amenábar convierte a funcionarios españoles del Ministerio de Cultura en héroes al más puro estilo Spielberg. "Se puede ver un sentido patriótico en la serie, en el buen sentido", ha dicho en rueda de prensa en San Sebastián. Los seis capítulos de La Fortuna, basada en la versión del caso Odyssey que dio el valenciano Paco Roca en el cómic El tesoro del cisne negro, se proyectan este viernes, fuera de concurso, en la penúltima jornada del festival de cine donostiarra y llegarán a Movistar+ el 30 de septiembre.
Amenábar reconstruye el litigio que durante cinco años, entre 2007 y 2012, enfrentó al Gobierno de España con una empresa cazatesoros estadounidense por el tesoro de la fragata española Nuestra Señora de las Mercedes, hundida en 1804 por los ingleses en el Atlántico, una fortuna valorada en 500 millones de dólares. El ganador de un Oscar por Mar adentro (2005) la define como una serie de entretenimiento genuino, con un estilo inspirado en las películas que vio de pequeño de Spielberg, Robert Zemeckis o James Cameron.
Amenábar recrea los dos mundos, el estadounidense y el español, con sus luces y sombras. "Quería dar pinceladas sobre las dos culturas, en el caso español los héroes son funcionarios porque quería mostrar cómo a veces gente anónima, desde las instituciones, lucha por lo correcto y las cosas al final salen bien, pone en valor a la gente que hace las cosas bien".
El protagonista es un joven diplomático, Alex Ventura (Álvaro Mel), que se encuentra de bruces con el caso Odyssey en su primer destino, el Ministerio de Cultura, y se alía con Lucía (Ana Polvorosa), una funcionaria de Patrimonio, para pelear por el caso. En la parte americana del reparto destacan Stanley Tucci como Frank Wild, el cazador de tesoros; Clarke Peters como Jonas Pierce, el abogado que representa a España, y T'Nia Miller como Susan, la asistente de Wild.
Amenábar ha explicado que en el caso de la pareja protagonista ha añadido un elemento de oposición ideológica entre ellos que no estaba en el cómic, de modo que él responde al perfil más conservador y ella más "progre", para reforzar la idea de la mezcla. "Creo en la mezcla, no es bueno que estemos cada uno atrincherados en nuestra burbuja y me apetecían dos personajes que se enamoran con ideas políticas opuestas, ya que es algo que vemos que ocurre en la vida real", ha indicado.
En cuanto al "pirata" Frank Wild, ha insistido en que se trataba de crear un personaje ambiguo, no un malo arquetípico. "Es reposado, educado, con carisma y se gana la confianza de quien tiene delante", ha explicado el director, aunque es un personaje que defiende el interés individual sin ambages por encima del bien común que representa el abogado Pierce.
Stanley Tucci, uno de los actores secundarios más prolíficos del cine estadounidense, conocido por papeles en "El diablo viste de Prada", "Camino de perdición" o "Spotlight", ha asegurado que ese dilema es una cuestión global desde el descubrimiento del capitalismo. "Es evidente que hoy las cosas están mas extremas que nunca, pero es un fenómeno global, no sólo estadounidense; hace cuatro años vimos hacia dónde iba América, pero por suerte con esta administración estamos tomando otra dirección mas inclusiva y saludable".
El reparto lo completan Manolo Solo, en el papel de un legionario retirado que ofrece información clave para el caso, y Karra Elejalde como un ministro de Cultura que es un trasunto de César Antonio Molina, a quien le tocó lidiar con el caso Odyssey, aunque Amenábar ha insistido en que todos los personajes son ficticios. El propio Elejalde ha tratado de alejar las comparaciones con su sentido del humor habitual: "Cuando me como un pollo no pregunto si es falangista o republicano, me dijeron que tenía que hacer un ministro del PSOE, pero ¿en qué se diferencian si ahora van todos con traje y corbata roja?", ha exclamado.
Su personaje, eso sí, es un escritor, que "cree que le han elegido porque puede aportar algo a este país, es un enamorado del Siglo de Oro y está convencido de que la cultura es nuestro petróleo". Preguntado por el paso de los directores de cine a la televisión en los últimos tiempos, Amenábar ha resaltado que no es un fenómeno reciente. "Ya lo hizo Ingmar Bergman o Mario Camus en España". En su caso, en el momento en que asumió que el formato ideal era la serie afirma que se atuvo a las reglas esenciales de filmar capítulos con entidad por si mismos y con buenos finales. "Pero a la hora de ejecutar y decidir que iba a dirigir todos los episodios el proceso ha sido idéntico a una película".