La visita del mandatario chino Xi Jinping a Moscú marcará un antes y un después de la guerra en Europa. Se cumple más de un año desde que firmaron su tratado de amistad eterna, sin límites, en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekín en 2022, poco antes de la invasión de Rusia a Ucrania. La fecha elegida, el inicio de la primavera de 2023, en el Año III d.C. -después de la Covid-, daría paso al nuevo orden mundial con la Tierra del Medio en el eje central de la Tierra. De nuevo, se redefinía el mundo dividido en dos bloques, Oriente vs Occidente, dos mundos antagónicos y en guerra.
La presunta neutralidad que la República Popular China ha querido escenificar en el primer año de la guerra en Europa se derrumba ahora con la visita a Vladimir Putin en su feudo. Pese a que no ha surtido directamente de armamento al gobierno del Kremlin, como han hecho los aliados de la OTAN en Ucrania, el gobierno de Pekín ha intensificado sus relaciones económicas con Rusia con acuerdos energéticos, gasoductos e intercambios de ingeniería civil de doble uso, también militar.
De esta visita se espera en Europa que el mandatario chino le exija a Putin el fin de la guerra y su retirada de Ucrania. Ésta es la opinión mayoritaria en Occidente. Pero, independientemente de lo que se hable oficial y extra oficialmente, el solo gesto de visitar Moscú y no Kiev es suficiente para entender el apoyo de China a Rusia.
Limitados y controlados como estamos en la Europa de las libertades respecto a la información que nos llega del Kremlin, sería interesante analizar qué opinan los ciudadanos en otros lugares del mundo. Cierto es que se podría decir que, en algunos de ellos, no existe libertad de opinión ni de prensa. En estos momentos, tampoco en la Unión Europea, dada la censura aprobada por la Comisión y los Estados miembros para prohibir la difusión de los medios ofíciales rusos, de su “propaganda de guerra".
Así, el European Council on Foreign Relations (ECFR) ha elaborado un informe sobre “un Occidente unido y dividido del resto del mundo, respecto a la opinión pública global después de un año de la guerra de Rusia contra Ucrania”. Por ejemplo, en China, muchos creen que la guerra debería terminar lo antes posible, incluso si eso significa que Ucrania se ve obligada a ceder territorio. Pero no sólo en China (42%), también Turquía (48%) e India (54%), sostienen esta opinión, mientras que sólo el 23%, 27% y 30% en cada uno, respectivamente, cree que Ucrania debería recuperar todo su territorio, incluso si eso significara un conflicto más largo.
La razón es que muchos países fuera de Europa todavía ven a Rusia como una presencia "fuerte", un "aliado" y un “socio", a pesar de que la "operación especial" de tres días de Moscú sobre territorio ucraniano dura ya más de un año. Alrededor de las tres cuartas partes de los encuestados en China (76%), India (77%) y Turquía (73%) creen que Rusia es más fuerte o tan fuerte como dicen que la veían antes del estallido de la guerra. Y también, en algunos casos de manera abrumadora (hasta el 79%), ven a Rusia como un “aliado” o un “socio” de su país.
Muchos ciudadanos fuera de la órbita occidental creen que el dominio del orden liberal liderado por Estados Unidos disminuirá durante la próxima década. En China, India, Turquía y Rusia, muchos esperan que Occidente sea solo una potencia global entre varias. Destacar aquí que Turquía, eterno aspirante y candidato a entrar en la Unión Europea, pertenece a la OTAN. Sólo estos cuatro países superan los 3.000 millones de habitantes, casi la mitad de la población mundial.
Esta visión global no es la que los ciudadanos europeos perciben ni la que nos muestran nuestros gobiernos o la prensa libre. Será objeto de tesis doctoral en el futuro cómo todos los medios de comunicación occidentales actuaron de altavoz de la información occidental, sin que ningún periodista o medio relevante se cuestionara en lo más mínimo qué estaba pasando en Ucrania al otro lado del Donbas.
-Tampoco se cuestionaron, David, la censura impuesta a la “prensa enemiga” en un mundo donde la revolución tecnológica hace posible el acceso a todo tipo de información, real o inventada.
-De ahí la necesidad de un espíritu crítico sobre este conflicto que analizara las “realidades alternativas” de uno y otro bando. Mientras tanto, Laura, los amigos seguían dándose la mano.