Los preliminares también son importantes a la hora de comer. Una ostra o una anchoa como esta dicen mucho más de lo que va a pasar a continuación que lo que le pedirías a un simple entrante
Lo que va antes del clímax es revelador. Los preámbulos sugieren, advierten y anuncian lo que vendrá luego. Puede pasar que un principio sublime de paso a un desenlace decepcionante, pero no es lo habitual. Gastronómicamente hablando me he encontrado a lo largo de mi vida con mejores inicios que desenlaces. No es este el caso. Con todas las reservas con las que una pide comida a domicilio, sabiendo que el resultado nunca se acercará a la sensación de estar en el restaurante, supe al primer bocado de esta anchoa que lo que vendría luego no defraudaría. Y así fue.
La propuesta de Alberto Alonso y Mar Soler para casa es de lo mejor que he probado en delivery en la ciudad. No se han limitado a trasladar su carta a casa sino que la han adaptado y han intentado suplir todo lo que nos hace felices de ir a un restaurante con otros detalles que son de agradecer. Ahora, además de pedir a la carta, proponen tres menús para una o dos personas que son un ejemplo del espíritu de la casa: producto, calidad y amor por la cocina.
Yo estoy hasta las narices de no poder ir a un restaurante, pero consuela que a pesar de todo, los cocineros y cocineras sigan ofreciéndonos una ventana para coger aire de cuando en cuando.
¿Cómo lo pido?
De jueves a domingo de 13 a 15 h. y de 21:30 a 21:45. Desde el chat de su web o desde el tel 963-034-670. Reparto propio y también a través de Deliveroo.