VALÈNCIA. La economía valenciana mantiene la senda de crecimiento, pero con ritmos más ralentizados que en ejercicios anteriores. El PIB valenciano ha crecido al mismo ritmo que en España desde 2013, en el entorno del 2,7% anual, y lo seguirá haciendo pero ahora al 2% hasta 2020, según las últimas estimaciones. Los retos que debe hacer frente la economía valenciana para conseguir mayores niveles de productividad pasan por una mayor apuesta por la digitalización y la profesionalización y reducir los altos índices de temporalidad laboral.
Así consta en el informe ' Los retos de la economía valenciana', elaborado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), presentado este miércoles por Joaquín Maudos y Francisco Pérez, en el marco de la II Jornada Anual Paco Pons 'Comunidad Valenciana 2023', organizada por la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) y la consultora PwC.
El documento repasa la situación actual de la economía valenciana y sus principales debilidades. Así, señala que un valenciano es hoy solo un 4,7% más rico en términos reales que en el año 2000, pero esa mejora es solo la tercera parte de lo que ha experimentado España, 16,1%. Además, la distancia que separa la renta por habitante de los valencianos con la media nacional ha aumentado del 2,6% al 12,2% debido a la divergencia que se produjo en los años de expansión y por el mayor impacto de la crisis, apunta. Si en el año 2000, el PIB valenciano se situaba en el 97,4% del español en el 2018 fue del 87,8%. Parte de esa divergencia se debe al aumento demográfico en la Comunitat que, sin embargo, "no se refleja en el empleo". En este sentido, expone que el crecimiento de la población valenciana, un 22,4% más entre el 2000 y 2008, 6,4 puntos más que en España, no ha ido acompasado con un aumento de los puestos de trabajo. Así, el empleo en la autonomía valenciana en este periodo creció un 15%, 4,3 puntos menos que en España.
El documento indica que la brecha en el PIB per cápita se debe a la menor productividad. Por ocupado, es un 5,6% inferior a la media española, mientras que la productividad del capital es un 7% inferior. De este modo, el informe detecta un problema de eficiencia productiva que achaca a varias circunstancias.
En primer lugar, apunta a una falta de especialización en actividades que generan más valor como telecomunicaciones, productos farmacéuticos, material de transporte o fabricación de productos informáticos, al estar más enfocados en sectores que aportan menos valor como comercio al por menor, restauración o textil. También, señala a la menor profesionalización de la dirección de empresas ya que el porcentaje de emprendedores valencianos con estudios superiores es del 28,8%, lo que supone 4,2 puntos menos que la media.
Además, el número de ocupados con estudios universitarios en la Comunitat (27,5%) es inferior al de España (30,2%), que es todavía superior en el caso de las regiones líderes en productividad como Madrid y país Vasco (35%). Otra debilidad es la elevada temporalidad del empleo, del 28,8% frente al 26,8% de media. Así, la Comunitat se situó en 2018 como la quinta CCAA con más empleo inestable, solo por detrás de Andalucía, Extremadura, Murcia y Canarias, y nueve puntos por encima de Madrid que lidera el ranking por debajo.
Las empresas más intensivas en TIC e intangibles (I+D+i) son más competitivas, subraya el informe del Ivie y, en este escenario, la Comunitat también se sitúa a la cola ya que "la intensidad de estos activos es inferior en la región al representar el 4,3% del capital de las empresas". Asimismo, el esfuerzo en I+D+i de la Comunitat (1,31% del PIB) es menor que en España (1,72%), debido a que las empresas destinan el 0,76% del PIB a este apartado frente al 1,19% de la media, según datos de 2016.
La digitalización es otra de las 'asignaturas pendientes' del empresariado valenciano porque "solo un 18,7% de las mercantiles con 10 o más trabajadores cuentan con un especialista en digitalización y entre las microempresas el porcentaje desciende al 3,6%". También, se precisa mayor tamaño de las compañías y disminuir la elevada concentración inmobiliaria en las inversiones. "Una excesiva inversión en activos lastra la productividad", señalan los expertos que inciden en que "el cambio de modelo productivo empieza por una distinta composición en las inversiones".
Con el objetivo de mejorar la eficiencia productividad y generar más valor, desde el Ivie proponen impulsar la profesionalización de la gestión e incorporar recursos humanos cualificados y permanentes a las plantillas a través de la integración de personal cualificado y la reducción de la temporalidad en el empleo.
También abogan por la promoción de la transformación digital de las organizaciones, la apuesta por intangibles para innovar y captar la atención de los mercados, adaptar la estructura financiera para poder invertir en conocimiento y difundir e imitar las mejores empresas.
El informe también hace hincapié en algunas cuestiones relacionadas con el sector público y que también lastran la actividad económica como es el caso de la infrafinanciación que padece la Comunitat Valenciana, la falta de inversión pública que provoca carencias en materia de infraestructuras, los desajustes educativos o la envejecida plantilla de la administración.
Castellón cuenta con mayor proporción de empresas con hasta 10 trabajadores respecto al resto de la Comunitat Valenciana. Por contra, más de la mitad de empresas provinciales con más de un accionista tiene una competitividad alta o medio alta, por encima de las medias autonómica y nacional, según un informe de Ivie y CaixaBank presentado en el Real Casino Antiguo de Castellón