VALÈNCIA. Alcoi es una joya modernista entre montañas. Situada al norte de Alicante, en plena comarca de L’Alcoià, guarda un tesoro arquitectónico único: su Ruta Modernista.
Al estar enclavada entre los parques naturales de la Font Roja y la Serra de Mariola, además de ser un destino cultural de primer orden, es un remanso verde y montañoso. Alcoi es mucho: es arte, industria, historia, naturaleza y gastronomía.
La orografía que la rodea es accidentada y espectacular. Aquí confluyen el río Riquer, el río Molinar y el Benisaidó, que tallan barrancos profundos capaces de definir el paisaje y su crecimiento urbano. De esta singularidad ha surgido una de las señas de identidad alcoyanas: sus puentes. Quizá el más icónico sea el Puente de San Jorge, con sus altos y elegantes arcos de cemento, y que conecta el centro histórico con los barrios modernos. Pero la expansión urbana de la ciudad se contempla a través de más puentes y viaductos, como el de María Cristina, terminado en 1838, por lo que se trata de una obra de mampostería, anterior al uso de las nuevas técnicas del hierro y el hormigón; el de Sant Jordi, inaugurado en 1931 y con una longitud de 245 metros y una altura superior a los 45 metros; o el viaducto de Canalejas, de 200 metros de longitud y 35 metros de altura, inaugurado en 1907.

La ciudad del Modernismo valenciano
Tras el empujón de la Revolución Industrial, la nueva burguesía alcoyana quiso mostrar su poder económico y cultural. Lo hizo a través de un lenguaje estético rompedor y cosmopolita: el modernismo, el estilo que estaba de moda en toda Europa. Y lo hizo influenciado por el Modernismo que llegaba desde Valencia y Barcelona, pero añadiendo matices propios: conjugó elementos decorativos florales, formas sinuosas y materiales innovadores, con la funcionalidad. Fue la voluntad de una ciudad que quería mostrar su modernidad al mundo sin perder sus raíces.
La Ruta del Modernismo de Alcoi está incluida en la Ruta Europea del Modernismo y en ella se encuentran un buen número de edificios que constituyen un patrimonio arquitectónico singular.
Los imprescindibles de la Ruta del Modernismo de Alcoi
La Casa del Pavo, obra del arquitecto Vicente Pascual Pastor, es probablemente el edificio modernista por excelencia de la ciudad. Basta contemplar su fachada para darnos cuenta y que nos cautive su riqueza ornamental: hierro forjado, vidrieras coloridas, formas orgánicas… y dos esculturas de pavos reales flanqueando la entrada. Cada detalle cuenta, y cada elemento tiene una función estética y simbólica. Fue construida en 1909 y albergó el estudio del pintor Fernando Cabrera Cantó, una figura clave en el arte valenciano.

El Círculo Industrial: suma de arte y sociedad
Ubicado en la plaza de España, corazón de la ciudad, el Círculo Industrial fue fundado como lugar de reunión de la élite empresarial e intelectual. Su fachada mezcla estilos, pero el interior es una auténtica joya modernista: techos artesonados, lámparas originales, vidrieras impresionantes y una sala de baile de las que transportan a otra época.

Patrimonio industrial modernista
En Alcoi, hasta los edificios industriales tenían estilo. Un buen ejemplo es la antigua Subestación Hidroeléctrica, actualmente reconvertida en espacio expositivo. Situada junto al cauce del río, su estructura de ladrillo conserva los detalles modernistas: ventanas con arcos y detalles en hierro forjado, donde se demuestra que funcionalidad y belleza no están reñidas. El antiguo Parque de Bomberos es un buen ejemplo de estilo art nouveau, en el que destacan las decoraciones labradas en piedra y una cuidada composición simétrica, y junto con el Matadero Municipal, ambos del siglo XX, sorprenden por la elegancia de su diseño.
Los alrededores de la plaça Gonçal Cantó
En este entorno se concentraban muchas de las fábricas textiles que dieron vida —y trabajo— a Alcoi durante más de un siglo. Algunos de estos edificios todavía muestran sus elegantes fachadas modernistas, con grandes ventanales, molduras de inspiración floral y toques de hierro y cerámica. Son pruebas evidentes de que la arquitectura se había convertido en aquellos años en un signo de estatus social. Estas fábricas fueron el motor económico de la ciudad. Se levantaron, también, para ser admiradas, y aún hoy son parte del paisaje urbano e identitario de Alcoi.
Tras el paseo y la admiración arquitectónica, toca sentarse a la mesa. La cocina de Alcoi es una mezcla de tradición de interior con un toque mediterráneo. No podemos pasar por alto la olleta alcoyana, un guiso contundente de alubias, arroz, carne de cerdo y embutido, la pericana, una mezcla de pimientos secos, ajo y bacalao que se sirve como aperitivo o acompañamiento o sus espardenyes, una típica tapa de sardina sin espinas y rebozada principalmente con harina y huevo.

Para los amantes del Modernismo hay un extra a menos de una hora en coche en dirección sur: Novelda. Aquí las familias de la nueva burguesía, urbana y terrateniente, también buscaron la belleza en sus edificios con los nuevos modelos arquitectónicos. En Novelda se encuentran tres ejemplos igualmente maravillosos del estilo modernista en tierras valencianas: La Casa Museo Modernista, el Centro Cultural Gómez-Tortosa y la Casa Mira.
Está claro que Alcoi deja huella antes de pasearla. De modo que ya se puede empezar el viaje hacia esa época fructífera, repleta de arte e industria, a través del siguiente vídeo:
https://www.comunitatvalenciana.com/es/mediterraneo-en-accion/modernismo-alcoy
