VALENCIA. La industria española representa, en estos momentos, el 13% del valor añadido del país y emplea al 11% de la población ocupada, según datos del Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Sin embargo, durante unos años, el sector industrial ha sido la novia fea del emprendimiento. No por falta de esfuerzo e ingenio de sus profesionales, sino porque la atención mediática y la banca tenían el foco puesto en sectores más rentables, como la construcción. Llegaron luego las empresas de base tecnológica, las de internet y las startups y volvieron a restarle protagonismo. Muchas fábricas se vieron obligadas al cierre por la crisis -cerca de 50.000 menos desde 2008 - pero ahora vuelve a hablarse de la urgencia de reindustrializar el país, una propuesta que incluyen la mayoría de los partidos políticos en sus programas electorales.
Esto implica la necesidad de aumentar el peso del sector industrial en el Producto Interior Bruto, frente a otros sectores como la Agricultura o el de Servicios. Se amparan en ello con argumentos como su capacidad para la creación de empleo, el efecto de arrastre que ejerce sobre otros sectores, el potencial exportador y una mayor resistencia a los ciclos económicos. Cierto que, aunque muchas han desaparecido, la mayor parte de las empresas industriales que existen en España, son veteranas, con varias décadas de vida y, mayoritariamente, de origen familiar. La crisis les ha servido para profesionalizarse, mejorar los procesos de producción y perder el miedo a salir a otros mercados, donde compiten con éxito. Pero las nuevas tecnologías les piden un nuevo esfuerzo de reorientación hacia la bautizada Industria 4.0, expresión acuñada en Alemania para describir la fábrica inteligente (smart factories), con la informatización de los procesos y la interconexión a internet.
Se trata, pues, de un nuevo hito en el desarrollo industrial que, según los expertos, se halla todavía en los prolegómenos, y que desembocaría en la cuarta revolución industrial haciendo un uso intensivo de internet y las tecnologías puntas en beneficio de procesos más eficaces, sostenibles y comunicados con el mercado. Y, aunque también las startups parecían haberse olvidado de la industria, empiezan ya a descollar propuestas de valor interesantes.
El hándicap principal de estos proyectos es la financiación inicial, ya que requieren de un capital más intenso que otros sectores, teniendo en cuenta que la prueba/error de cualquier startup resulta aquí mucho más cara. En este sentido, puede considerarse valiente la iniciativa de B-Able Capital una gestora de capital privado que invierte en alta tecnología industrial en fase semilla y early stage. Su apuesta son las empresas de base tecnológica (EBTs) con origen, principalmente, en universidades y centros de investigación españoles. Una manera de desempolvar patentes y desarrollos ocultos en el cajón por falta de presupuesto.
Gracias a la financiación de B-Able nació Xerolutions una de las startups que ha conseguido pasar a la final del South Summit 2016 en el sector de industria. La empresa se dedica al diseño, desarrollo, escalado y producción de material poroso de alto valor añadido a través de una nueva tecnología patentada de microondas. Traducido al mercado, Pedro Nuño, Sales Manager de la empresa, habla de un nuevo material de carbón activo, de gran calidad y eficiencia, para los supercondensadores, es decir, dispositivos capaces de almacenar grandes cantidades de energía eléctrica y liberarla cuando hace falta. La automoción, transportes en general, las energías renovables, electrónica o dispositivos móviles, son algunos de los sectores sobre los que pueden aplicarse. “El mercado es inmenso –dice Pedro Nuño- y nuestro producto innova totalmente en el proceso de producción, en el diseño de la estructura interna y en la eficacia, habiéndolo lanzado al mercado a un precio muy competitivo”.
El producto tiene su origen en las investigaciones que realizaron Ana Arenillas y Ángel Menéndez en el Instituto Nacional del Carbón, del CSIC. La financiación de B-Able les permitió crear una planta piloto, con capacidad para fabricar 30 toneladas de carbón activo al año. La aceptación en el mercado está siendo buena, pero falta, ahora, dar el salto a la industrialización.
También la propuesta de Gnanomat consiste en un nuevo procedimiento para la producción de nanomateriales basados en grafeno. “Nuestra misión es proporcionar nuevas soluciones de nanotecnología a una amplia gama de sectores industriales”, dicen.
Exipple Studio S.L. es otra de las startups seleccionadas para la final del próximo South Summit. Con sede en Barcelona y San Francisco, desarrollan soluciones basadas en Visión por Computador e Inteligencia Artificial. La compañía ha diseñado Gestoos , una plataforma de reconocimiento de acciones y gestos, es decir, capaz de interpretar la comunicación no verbal, y que permite dotar de reactividad, interactividad e inteligencia a cualquier superficie, pantalla, cámara o dispositivo. Germán León, CEO de la compañía, explica la vinculación de la empresa con el área del IoT (internet de las cosas, por sus siglas en inglés), dado que gestoos convierte cualquier espacio en un entorno inteligente e interactivo. Pongamos el ejemplo de un conductor al volante que empieza a sentir sueño, al primer parpadeo sospechoso o inclinación de cabeza, la plataforma detecta el riesgo y activa una alarma, bien para avisar al conductor, bien para actuar sobre el vehículo. Trasladado a entornos industriales, el sistema es de gran utilidad teniendo en cuenta que “el factor humano, pese a los recursos estándares de prevención de riesgo, accidentes o sistemas de seguridad, o los programas de formación, sigue provocando más del 80% de los accidentes en entorno industrial, según la Agencia Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo”, argumenta Germán León.
Sistemas ciber-físicos, industria y productos inteligentes, Internet de las Cosas, servicios, hiperconectividad y Big Data, serían las áreas que deberían tener en cuenta los desarrollos que apunten a las industrias 4.0, según recoge el documento del Ministerio responsable titulado “Industria conectada 4.0”. Todo ello habría que trasladarlo a edificios, logística y procesos inteligentes combinado con la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente. En este caldo de cultivo, se hallarían las claves para encontrar nuevas oportunidades de negocio en un sector que dará que hablar en los próximos años.