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VALÈNCIA (EP). El Consejo General de Farmacéuticos (CGCOF) y la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) ha puesto en marcha un estudio de investigación que sentará las bases del proyecto 'JunTOS', que comenzó a gestarse hace dos años y que tiene como objetivo aumentar la adherencia a los inmunosupresores en los pacientes trasplantados de órganos sólidos.
La falta de adherencia al tratamiento inmunosupresor es un problema en España, ya que entre el 20 y el 54 por ciento de los pacientes trasplantados no cumple adecuadamente su tratamiento, aumentando el riesgo de rechazo al órgano.
El estudio, que se pilotará a través de los hospitales Son Espases (Baleares), Marqués de Valdecilla (Cantabria) y Nuestra Señora de Candelaria (Santa Cruz de Tenerife) y en las farmacias comunitarias de los respectivos territorios, reclutará a 316 pacientes a lo largo de un año completo y permitirá ofrecer ya sus primeros resultados en el primer trimestre de 2025.
El fin último es reunir a estos trasplantados de órgano sólido, como riñón, corazón, higado, páncreas, pulmón o intestino, para ayudarles a aumentar su cumplimiento del tratamiento inmunosupresor, definiendo y mejorando su ruta asistencial y haciéndoles un seguimiento.
La directora de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Beatriz Dominguez-Gil, ha celebrado el "liderazgo" español en trasplantes, pero ha expresado la necesidad de "buscar nuevas formas" de crecimiento de actividad, señalando su preocupación por el resultado después del trasplante, como es el caso de la adherencia terapéutica.
La adherencia al tratamiento inmunosupresor tras un trasplante de órgano sólido es máxima a los seis meses tras el trasplante y luego disminuye progresivamente con el tiempo. Esta falta de adherencia puede hacer que los resultados del trasplante a largo plazo no sean los esperados pese a que, hoy en día, la supervivencia tras el trasplante puede ser de décadas según el tipo de órgano trasplantado. Por ello, el estudio, en primer lugar, medirá la relación paciente-fármaco a los seis meses de haberse trasplantado.
Domínguez-Gil ha explicado que un paciente trasplantado de un órgano necesita terapia inmunosupresora de por vida. "Son muy poquitos los pacientes que desarrollan tolerancia inmunológica y dejan de necesitar esa terapia inmunosupresora. Lo habitual es que el paciente trasplantado se implique en una especie de batalla que dura toda su vida de lucha contra el propio sistema inmune, que tiende a rechazar lo que identifica como extraño. Por eso se necesita una terapia inmunosupresora que exige que estos pacientes necesiten un seguimiento de por vida", ha expresado la directora general de la ONT.
Así, los pacientes trasplantados suelen ser pacientes polimedicados y, además, son pacientes cada vez también más complejos en cuanto a edad, comorbilidad y a dificultades para hacer un buen cumplimiento de esa terapia "complicada", tal y como ha explicado.
Por tanto, ha agradecido el objetivo del proyecto de contribución, por parte de la farmacia comunitaria y hospitalaria, de dar soporte al paciente trasplantado y a los propios equipos trasplantadores en garantizar esa adherencia al tratamiento y unos hábitos de vida saludable en el paciente trasplantado.
"El proyecto promete convertir nuevamente a España en líder en otro ámbito: la implicación de la farmacia en el seguimiento y el cuidado del paciente trasplantado", ha dicho.
Ana Sangrador, vocal nacional de Farmacia Hospitalaria y miembro del grupo Farmatrasplante de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), ha recordado que la baja adherencia conlleva un mayor riesgo de hospitalizaciones, visitas a urgencias y de la propia mortalidad. "La no adherencia conduce a que se produzca un rechazo agudo, a la pérdida del injerto, a la aparición de anticuerpos y al rechazo celular", ha advertido. De hecho, la baja adherencia es responsable del 36 por ciento de los rechazos que se producen en estos pacientes.
De hecho, ha puesto sobre la mesa que, según diversos estudios, por cada 10 por ciento de disminución de adherencia se incrementa un 8 por ciento el riesgo de la pérdida de ese injerto en niños.
Además, los pacientes trasplantados cada vez viven más, cada vez se trasplantan pacientes de mayor edad, lo cual es un éxito, pero también llevan una mochila de comorbilidades que puede influir negativamente. "Le estamos pidiendo adherencia a muchas cosas: al tratamiento inmunosupresor, a la rehabilitación, a las analíticas, citas médicas, hábitos saludables, a todos los demás medicamentos por los efectos de los inmunosupresores", ha dicho.
Entre otros condicionantes que causan la no adherencia en los pacientes, ha destacado: menor edad en los hombres; menor apoyo social; la ruralidad (por una menor accesbiilidad a la sanidad); nivel cultural bajo; creencias negativas sobre los medicamentos; y la elevada complejidad terapéutica.
En este sentido, Ana Belén Martín, responsable de Cohesión Asociativa de Alcer, ha destacado que para los pacientes "esta iniciativa acerca al paciente y farmacéutico para poder conocer la importancia de la adherencia de su tratamiento inmunosupresor, asi como los efectos adversos que puedan aparecer, tener una mayor adherencia al tratamiento y supervivencia del injerto".
Por su parte, la secretaria general de Consejo General de Farmacéuticos, Raquel Martínez, ha señalado que "esta iniciativa aspira a aprovechar al máximo esa segunda oportunidad para la vida que representa un trasplante, acompañando al paciente en su proceso de aceptación de su nueva situación, ayudándole y enseñándole a cumplir su tratamiento de la forma más adecuada posible".
"Hace algo más un año presentamos públicamente la idea de este proyecto de mejora de la adherencia que, desde su nombre, JunTOS, era ya una declaración de intenciones para aprovechar todo el potencial de nuestra profesión en favor del paciente, colaborando desde los diferentes ámbitos de trabajo de la profesión farmacéutica, en este caso la farmacia hospitalaria y la comunitaria. Ahora damos un nuevo paso con la puesta en marcha de este estudio de investigación que ayudará a mejorar la adherencia a los tratamientos y la calidad de vida de los pacientes trasplantados", ha expresado, por su parte, el presidente del CGCOF, Jesús Aguilar Aguilar.