VALÈNCIA. València fue paradigma y complejo espejo de la España de la Guerra Civil y de los años más duros de la posguerra. Mirar atrás a la ciudad es inabarcable, y doloroso y fascinante a partes iguales. Y sobre todo es infinito, siempre hay una voz nueva y útil que rescatar: ahora, el MuVIM propone echar la vista atrás a aquel tiempo desde las imágenes de quien estuvo allí, cámara en mano, documentando tanto los grandes acontecimientos políticos como la vida cotidiana de una ciudad sometida a la derrota, la represión y la escasez. Y esa mirada tiene nombre y apellidos: Luis Vidal Corella.
Impulsada por la Delegación de Memoria Democrática de la Diputació de València, la muestra reúne cerca de 200 fotografías —alrededor de 80 de ellas inéditas— y recupera la figura de uno de los fotoperiodistas valencianos más activos del siglo XX y, paradójicamente, uno de los menos reconocidos. Sus imágenes recorren un amplio arco cronológico, de 1914 a 1959, y permiten reconstruir visualmente la proclamación de la Segunda República, la Guerra Civil, la victoria franquista y la larga posguerra en València.
La exposición no solo funciona como homenaje, sino también como una reivindicación del fotoperiodismo español, a menudo eclipsado por los grandes nombres internacionales que cubrieron el conflicto. “En España hay grandes fotoperiodistas, hicieron un trabajo enorme y fantástico, pero al final siempre se habla de los mismos de siempre”, señala el co-comisario de la exposición, Luis Vidal Ayala, que es además nieto del fotógrafo y actual responsable del archivo familiar. “Mi abuelo estaba aquí, trabajando con muchísimas menos facilidades técnicas, y aun así las fotografías no tienen nada que envidiar a las de ningún fotógrafo extranjero”, añade en conversación con este diario.
Una mirada profesional, no militante
Vidal Corella fue, ante todo, un reportero. Trabajó para distintos medios y fotografió aquello que le encargaban, desde el frente de Teruel hasta los desfiles de la victoria franquista en la Alameda. “No era político ni militante. Era un profesional”, explica su nieto. Esa neutralidad, sin embargo, no diluye el impacto histórico de las imágenes de la exposición.

- Imagen de la Cárcel Modelo de València. -
- Foto: LUIS VIDAL CORELLA
Tras el final de la guerra, su vinculación con El Mercantil Valenciano le obligó a extremar la precaución. “Realmente, tenía miedo por su vida”, recuerda Vidal Ayala. Ese temor explica la desaparición de parte del archivo original, placas que el propio fotógrafo destruyó o dispersó para evitar represalias. Muchas de ellas han sido ahora localizadas en la Biblioteca Nacional o en el Archivo General de la Administración de Alcalá de Henares y se muestran por primera vez al público.
El recorrido expositivo se articula en tres grandes ámbitos. El primero se detiene en una València cotidiana y alejada del encargo periodístico, y permite entender la formación del fotógrafo, marcada por la figura de su padre, Martín Vidal, el primer fotógrafo de la saga, pionero en la disciplina en la ciudad. El segundo núcleo reúne las fotografías inéditas de la Guerra Civil, imágenes tomadas con cámaras de placas de vidrio —mucho más pesadas y limitadas que las Leica de carrete— que documentan frentes y localidades como Teruel, Quinto o Belchite.
La tercera sección, la más extensa, se adentra en la posguerra valenciana: es decir, la omnipresencia de la simbología fascista, los actos multitudinarios organizados por el régimen y, al mismo tiempo, la dureza de la vida cotidiana —el hambre, la pobreza y la represión. Fotografías de la cárcel Modelo o de San Miguel de los Reyes conviven con escenas urbanas que revelan una ciudad sometida al control y al miedo.
“Hay muchas exposiciones sobre la Guerra Civil, pero la posguerra se ha tratado mucho menos”, subraya el co-comisario, que ha trabajado junto a Ester Medán. “Nos interesaba incidir en ese periodo, porque es ahí donde se consolidan las consecuencias de la derrota”.

- Una demostración de apoyo a la victoria franquista en València. -
- Foto: LUIS VIDAL CORELLA
Un archivo familiar, cuatro generaciones
La exposición ajusta cuentas con la conservación y catalogación de un archivo que atraviesa cuatro generaciones de fotógrafos, desde Martín Vidal hasta el comisario de esta exposición. “Si tienes un archivo pero no sabes lo que tienes ni dónde está, es como si no lo tuvieras”, afirma Vidal Ayala, que destaca la labor previa de su padre en la datación y recuperación del fondo. Gracias a ese trabajo, hoy es posible “bucear en el archivo y descubrir verdaderas joyas”.
Además de las fotografías, la muestra incorpora materiales patrimoniales como cámaras originales, carnés de prensa, mapas de la Guerra Civil o piezas del fondo artístico de la Diputació, entre ellas retratos de Franco y Carmen Polo pintados por José Segrelles. Elementos que amplían el contexto y subrayan la dimensión histórica del proyecto.
La exposición se completa con un catálogo editado por la Institució Alfons el Magnànim, Luis Vidal Corella. Crònica fotogràfica de la postguerra a València, que aspira a fijar el archivo más allá del tiempo expositivo. “La exposición pasa, pero lo que tiene que quedar es el libro”, apunta el comisario, agradecido por la implicación institucional en un proyecto que, más allá del homenaje, interpela directamente a la memoria colectiva.
Luis Vidal Corella. Crónica fotográfica de la posguerra en València puede visitarse en el MuVIM hasta el 29 de marzo de 2026.