VALÈNCIA. Fotografías plisadas, imágenes desoladoras y recuerdos del ayer pasados por un escáner. Vivir en América puede ser una suerte o una desgracia, pero en cualquier caso depende siempre de los ojos desde los que se mira. Con un ensayo visual único y una reflexión sobre el poder y peligro de los espacios Tanaka, el artista que se esconde tras Rafael Monzó, presenta en Las Tres Negras su muestra It’s lucky when you live in America.
Una muestra en la que interviene sobre imágenes de archivo que registran accidentes, cuerpos y espacios para generar un relato que habla sobre la memoria visual y la pertenencia. A través de unas quince fotografías intervenidas por el escáner reflexiona sobre los espacios habitables e inhabitables hasta el próximo 30 de noviembre y que forma parte del festival Valencia Photo.

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“Me gusta emplear el escáner para hablar de la fotografía desde una parte más experimental. El escáner sirve como una herramienta de transformación y no como un dispositivo de reproducción. En el caso de It’s lucky when you live in America me doy cuenta de que esa deformación en las fotografías da lugar a un metal retorcido que recuerda al de un accidente de coche”, explica el artista.
Basándose en las fotografías de los años 50 y 60 del paisaje americano tomadas por Mell Kilpatrick Tanaka contempla que también hay una parte oscura que no se ha contado de su historia: “Más allá de la América idealizada de los drive ins y del arte, también está la América en la que miles de soldados tienen que ir a la guerra”.
“Esta subcultura no se suele contar en las películas , ni mucho menos la historia de la muerte que esconde este paisaje”. Centrándose también en los accidentes fatales de carretera, Tanaka escanea imágenes de siniestros de carretera en los que “coches tuneados y de muchos colores” se ven inmersos en terribles accidentes de tráfico debido a la moda de las carreras ilegales. De esta forma lo que hace es “desmantelar la fotografía como registro para devolverla como experiencia deformada, incompleta y cruda”, generando “un accidente que no cesa y una imagen que todavía tiembla” tal y como reza el texto de sala.

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Empleando el escaneo como “una suerte de topografía digital” consigue que a través de cada imagen nueva generada sobre fotografías ya existentes se expandan los límites de la fotografía, tal y como se señala en el festival València Photo, del que forma parte la muestra. “Para mí expandir los límites de la fotografía es despojar a la fotografía de su contenido original, en este caso del archivo documental”.
“El escaneo funciona como lo hace el revelado de películas porque es un movimiento que va entre el azar y el control y se convierte en algo artístico y experimental al mismo tiempo. Intento desmantelar la fotografía de su registro artístico para devolverla como una forma incompleta, como una experiencia artística”. Y con esa experiencia Tanaka y Kipatrick se dan la mano en un paseo en el que Las Tres Negras se convierte en un lugar en el que “lejos de intentar restaurar la imagen, el artista la fragmenta, dejando que emerja una materialidad espectral, donde la fotografía se revela como un cuerpo vivo que lleva las marcas del trauma y del tiempo”
Un viaje en el que lo vulnerable, lo poético y lo catastrófico se abrazan a través de la lente y el escáner con la fuerza de un ciclón. Con el arte de mirarlo todo de cero y con las ganas de experimentar que tiene Tanaka para mostrar esa otra cara de la luna de una América mucho menos idealizada desde el presente.

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