VALÈNCIA. Si algo puede definir la carrera del pintor Pedro Orrente (Murcia, 1580 - València, 1645) es su itinerancia, su manera de vagar por el mundo y no pertenecer nunca a ningún lugar ni estilo en concreto. Conocido como el Bassano español, también marcado por el estilo de Caravaggio y los paisajes venecianos, viajó por toda Italia aprendiendo de los grandes maestros, creó escuela también en Toledo, Cuenca y Madrid.
Por “volátil” no pertenecía ni siquiera a una etapa pictórica, está en una generación de “nadie” en la que nace demasiado pronto para formar parte de los nombres clave del Siglo de Oro español y tarde para los artistas del siglo XVI. Pero su viaje tiene ahora una parada única: el Museu de Belles Arts. Lo hace con la primera gran exposición monográfica del pintor: Pedro Orrente. Un artista itinerante en la España del siglo de oro, que se puede visitar hasta octubre del 2025 en el Museu de Belles Arts.

- -
- Foto: GVA
Una muestra única que resalta la conexión del pintor con València y que ha sido posible gracias a la coordinación del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana, el Museu de Belles Arts de València y el Institut Valencià de Conservació, Restauració i Investigació, que ha restaurado tres grandes cuadros del maestro del barroco: El Martirio de San Sebastián (1616), perteneciente a la capilla de los Covarrubias -una de las obras maestras de Orrente, que se sitúa entre las más relevantes de la Catedral de València- Visión de Santa Teresa de Jesús (1620) y El Martirio de San Lorenzo (1616), pertenecientes a la Iglesia de San Esteban de València.
Estos enormes cuadros comparten ahora espacio con piezas referentes que le han servido a Orrente para generar su propio estilo, marcado siempre por su manera nómada de habitar el mundo. Entre cincuenta y seis piezas, cuarenta y seis son de Orrente, mientras se que se muestran acompañadas por piezas de El Greco, Francesco Bassano o Paolo de Veronese, como artistas influyentes en la obra del pintor, así como obras de los valencianos Jerónimo Jacinto de Espinosa, Francisco y Juan Ribalta.

- -
- Foto: GVA
Una composición que para José Redondo, comisario de la exposición, responde a la necesidad de ubicar al pintor entre sus referentes y ver cómo aprende de los grandes maestros mientras sigue trabajando su manera única de mostrar la santidad. “Se sale del decoro para mostrar ángeles con un registro más sensual y hasta un dramatismo violento, en cuadros como el Martirio de Santiago el Menor (1639) se puede ver en un primer plano la descomposición de los sesos que se salen de una cabeza rota por un martillo, se atreve con un concepto tan único que roza lo gore”, apunta el comisario.
Para Redondo el artista consigue también hispanizar el género de lo “nocturno” y traerlo a España desde Génova, donde lo aprende. “Conseguimos ver una pintura rigorista que se sale de un espacio de confort de las representaciones bíblicas para abordar con esta muestra todos los temas y tratamientos del pintor. Lo hacemos mientras relacionamos el dibujo preparatorio de Orrente y resaltamos la complejidad que tiene al plantearse muestras monumentales. Se puede aprender sobre un pintor itinerante que es singular en el barroco español y que siempre ha salido mal parado en la historiografía clásica y contemporánea porque siempre se ha valorado el mismo aspecto de su pintura estrechando su figura”.

- -
- Foto: GVA
Este homenaje “único”, para el director del Museu de Belles Arts, Pablo González-Tornel, se expresa ahora entre los muros del Belles Arts de València, “la ciudad que más significó para la revolución de la historia del arte de Orrente”: “Recuperamos por primera vez su figura y la ponemos en portada, València es un antes y un después para su historia, por lo que este monográfico sólo tiene sentido aquí”, explica el director del museo. A la presentación de la muestra también ha acudido el Conseller de Educación, Cultura, Universidades y Empleo, José Antonio Rovira Jover, quien ha querido resaltar la importancia de esta muestra monográfica que “recupera artistas de siglos pasados para poner en valor su patrimonio artístico” y que se centra en una figura influenciada por el arte italiano “admirado por sus coetáneos y que creó escuela por donde pasó”.
Aunque la muestra, en su gran mayoría, se centra en las escenas bíblicas de Orrente Redondo llama a mirar más allá de estos pasajes y celebrar su forma de presentar los animales, los paisajes y los claroscuros de su pintura. Un relato visual que toma forma mientras se contempla, por fin, su historia completa con todos sus “viajes”, dejando de lado el daño que le ha hecho su condición itinerante para comprender la totalidad de su obra.

- -
- Foto: GVA
“Su vida itinerante dificulta siempre dar una visión general del pintor, su biografía está troceada por intereses propios -a los valencianos le interesa su estancia en València, a los toledanos la de Toledo…- y es importante centrarse en los temas y tratamientos del pintor teniendo en cuenta lo que suponía viajar todo el tiempo con la dificultad que ello conllevaba en esa época”, destaca el comisario de la muestra.
Parece pues que, por fin, Orrente encuentra un hostal en el que quedarse quieto al menos por unos meses, en el que sus dibujos, obras monumentales, paisajes, animales y representaciones bíblicas conviven entre los vinilos que cuentan a modo de diario lo que fue su vida con la maleta y los pinceles a cuestas.

- -
- Foto: GVA