VALÈNCIA. En el Centre Cultural la Nau se pueden visitar dos exposiciones que forman parte del programa El valor de la diversitat: art, restitució i memoria. La muestra “Miguel de Molina: yo quiero ser diferente” estará abierta hasta el 26 de octubre en la sala Acadèmia, y “Rosa, niño y abeto. Algunos apuntes en torno a la homosexualidad en la España de los años 20 y 30” hasta el 9 de noviembre en la sala Estudi General.
Ambas muestras invitan, al igual que el programa expositivo en el que se incluyen, a la reflexión crítica sobre la riqueza y complejidad de las sociedades contemporáneas. El valor de la diversitat parte del compromiso de la Universitat de València con los derechos humanos, la igualdad, la justicia y la inclusión social y reúne discursos i prácticas culturales que dialogan en torno a estos valores.
La exposición “Miguel de Molina: Yo quiero ser diferente”, producida por la Universitat de Valéncia y la Fundación Miguel de Molina, da a conocer la vida y el arte vanguardista de esta gran figura de la cultura española, desde sus inicios en los años 30 en Madrid hasta su retirada de los escenarios el año 1960 en Buenos Aires, donde vivió exiliado y murió.
Se trata de la mayor retrospectiva realizada en España hasta ahora, y los materiales, documentos y objetos exhibidos (correspondencia, escritos, fotografías, partituras, vestuario escénico, diseños de escenografía) son un testimonio de la riqueza de su labor creativa y un homenaje a un artista reprimido por el régimen franquista por su orientación política y sexual.

A través de las siete secciones que articulan el recorrido, la muestra ofrece elementos de contextualización biográfica, artística e histórica del personaje y un recorrido por su trayectoria a través de numerosas piezas originales del legado: carteles de teatro y cine, figurines y la colección de blusas, trajes, botas y complementos que hicieron historia. Y que invitan a redescubrir las múltiples facetas creativas del artista (bailarín, escenógrafo, diseñador o actor), su intensa vida social y la admiración que suscitó entre sus contemporáneos.
El propio Miguel de Molina escribe en sus memorias que Valencia era la ciudad en la que se consagró y a la que más debía artísticamente, y de ahí que una de las secciones, en concreto la tercera, este dedicada a la ciudad en la que triunfó en el año 30, fue represaliado durante los años 39 y 40, y en la que vuevle a triunfar tras regresar de su exilio en 1957.
Esta exposición cuenta con la colaboración de la Generalitat Valenciana, Casa de Velázquez, Sorbonne Université, Université de Toulon y el Institut Universitaire de France.
La muestra “Rosa, niño y abeto. Algunos apuntes en torno a la homosexualidad en la España de los años 20 y 30” parte de un extenso ensayo visual que el artista Jesús Martínez Oliva ha ido confeccionando desde 2018, en el que se recogen algunos apuntes sobre la experiencia y la representación de la homosexualidad en la España de los años veinte y treinta del siglo XX con la figura de Lorca como hilo conductor.

La exposición, comisariada por Juan Vicente Aliaga, visibiliza, a través de cuatro instalaciones, algunas de las problemáticas abordadas en este ensayo. Nos sumerge en un tiempo pasado, en unos años oscuros en los que la libertad de amar a quien se quisiera era una quimera, a menudo acompañada de actitudes violentas y de comportamientos despectivos hacia aquellos que contravenían el orden matrimonialista y la imposición de una sociedad dividida en dos únicos géneros.
El artista nos pone frente al espejo de una historia de España que se aparta de los relatos hegemónicos centrados en las normas heterosexuales mediante un conjunto de imágenes y de textos de archivo procedentes de periódicos y libros del primer tercio del siglo XX, objetos y materiales de época junto con la presencia de esculturas de reciente creación.
En la primera de las cuatro secciones, “La infelicidad’, se aborda el sufrimiento como algo inherente al sujeto homosexual, con especial calado en la niñez y la adolescencia. En “Olor a clínica’ nos adentramos en el proceso de patologización de la homosexualidad. ‘Maricas de las ciudades’, parte de un verso del poema ‘Oda a Walt Whitman’, de Federico García Lorca y la última sección, ‘El cielo tiene playas donde evitar la vida’, incluye una serie de piezas inspiradas en versos de escritores como Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Emilio Prados o el mismo Lorca.
Y a través las esculturas se expresa la vitalidad y el deseo que brota con ímpetu a pesar de la moral opresiva dominante en aquel tiempo.