VALÈNCIA. Este 29 de octubre se cumple un año tras el fatídico día que sumió València y sus pedanías bajo el barro. Una Dana que arrasó con todo a su paso y que, un año después, se estudia y se analiza para prevenir futuras inundaciones. En este año el Centre del Carme, junto a Cultura Resident, se ha preguntado cómo afecta la Dana a la labor artística para responder con una exposición: La Huella de la Dana en la práctica artística, una muestra que recoge las voces de 43 artistas afectados por las inundaciones de octubre del 2024 y que pretende “analizar las transformaciones que esta riada ha supuesto en el ámbito de la creación”.

Para ello han dispuesto el Espai D para mostrar los testimonios de los artistas plásticos afectados por la Dana y también el resultado del estudio de Cultura Resident que ha mapeado el tejido local artístico a través de entrevistas a 80 artistas afectados. Entre estos 42 forman parte de la muestra colectiva que se apoya también en un programa de actividades entre las que se encuentran desde visitas a los talleres de la zona afectada por la Dana hasta mesas redondas en las que abordar cómo abordar situaciones de crisis o como se trabaja en la gestión cultural en presente continuo. 

En palabras del gerente del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana, Nicolás Bugeda, la muestra funciona como un lugar de reunión para los artistas y un espacio en el que el espectador puede comprender “cómo ha cambiado la producción artística en las zonas afectadas por la Dana, desde una cultura mayor de la prevención”. Además, ha destacado que los testimonios personales de los artistas, que se pueden ver en la sala a través de las entrevistas grabadas, ayudan a revivir al sector desde la primera persona y recordando el pasado, “aunque sea doloroso revivir esta historia”.

Los artistas, presentes en la rueda de prensa, han destacado la importancia del respaldo emocional del museo junto a Cultura Resident para mirar cara a cara a la Dana y reflexionar sobre cómo les ha afectado. Aunque todos ellos destacan que “aún no se han recuperado” también señalan que La Huella de la Dana en la práctica artística les ha servido como punto de encuentro para comprenderse en comunidad. 

La artista valenciana Rebeca Plana, ha destacado en una de sus intervenciones que la muestra les ha servido para “unirse ante el dolor” y generar un espacio común en el que sentirse apoyados: “De normal trabajamos en el estudio de una manera muy individual, pero el trabajo de Cultura Resident nos ha ayudado a encontrarnos y apoyarnos entre nosotros”. En la muestra, algunos artistas han recordado también el miedo que han pasado con la última gota fría y las alertas en València y han destacado que “guardan sus obras siempre a un palmo del suelo” y que trabajan con mucha más prevención.

Con motivo de estructurar y vertebrar la muestra Roser Colomar ha explicado que desde Cultura Resident han intentado centrarse “para el mapeado de datos” en tres puntos clave: el territorio, comprendiendo quien ha hecho lo posible por quedarse y quien se ha mudado; la práctica artística, analizando como se puede superar la pérdida de las piezas y como algunos se han reinventado como artistas y por último la mirada a la Comunitat y a los trabajadores del sector, comprendiendo como se ve el sector a sí mismo tras una tragedia como esta.

“Buscamos que la muestra sirva como un lugar de reflexión coral y colectiva de lo que pasó en la Dana. La Huella de la Dana en la práctica artística no es una muestra colectiva sino que se pueden comprender como 43 exposiciones diferentes porque cada experiencia es única y responde de una forma u otra a lo que ha sucedido”, ha explicado Colmar. Junto a ella, Pepe Campos, de Cultura Resident, ha querido destacar también que la muestra ha ido evolucionando constantemente en respuesta a lo que los artistas se preguntaban y necesitaban.

“El proyecto surge en respuesta a las necesidades de los artistas. Esta muestra nos posiciona en un lugar determinado y ayuda a los artistas a compartir su testimonio y las reflexiones que surgen tras la Dana”. Prueba de ello es la inclusión en el programa público de actividades relacionadas con la muestra las preguntas que se hacen en las mesas redondas como la que tendrá lugar el 20 de noviembre en el Aula Capitular en la que diversos expertos reflexionarán sobre el papel del arte como herramienta crítica de recuperación y apoyo comunitario.  

Para Campos, la muestra responde también a la necesidad de escuchar y trasladar las preocupaciones de los artistas al espacio público, más allá de su obra: “No es una muestra colectiva ni individual, es un trabajo que busca responder a las preguntas que surgen durante investigación en la que los artistas responden a cómo les ha afectado la Dana. Las instituciones tienen que funcionar como un lugar de recuperación en el que mirar y hacer preguntas a las personas afectadas para trasladar su relato”.