VALÈNCIA. Todavía hay más incógnitas que certezas en torno al que se dibuja como uno de los grandes movimientos culturales de la legislatura, la apertura de un espacio expositivo temporal para acoger parte de la colección de obras de Joaquín Sorolla procedente de la Hispanic Society of America.
Desde que el president de la Generalitat, Carlos Mazón, avanzara a través de una nota de prensa que se está trabajando “en un acuerdo ambicioso y amplio que cada vez está más cerca” para el viaje “a casa” de las piezas, hace algo más de dos meses, la información ha llegado a cuentagotas, una espera que parece se va agotando.
Aunque todavía está pendiente por aclarar las condiciones económicas del acuerdo o demás concreciones sobre su desembarco, por lo pronto, Presidencia sí pone sobre la mesa una certeza, el que era un secreto a voces: el proyecto se hará sí o sí “conjuntamente” con el Ayuntamiento de València. Así lo ha deslizado el president durante una convocatoria conjunta con la alcaldesa de València, Mª José Catalá.
Durante su intervención en el acto, que nada tenía que ver con los asuntos culturales -un convenio para la retirada de 7.500 toneladas de sedimentos y residuos-, Mazón ha aprovechado para avanzar que "dentro de poco volveremos a hablar de Sorolla y lo haremos conjuntamente”. Cabe destacar que está sobre la mesa la reconversión de antiguo edificio de Correos, que el Partido Popular prometió convertir en Museo Fallero pero que sigue sin uso definido, en la ‘casa’ de esa colección Sorolla.
Esta no sería la primera vez que el edificio sirve de sala de exposiciones. Poco después de su adquisición por parte de la Generalitat, el espacio sirvió para la puesta de largo de la Colección Lladró antes de su integración en el Mubav, una colección que, precisamente, sumó dos importantes piezas de Sorolla al patrimonio público: Labradora valenciana y Yo soy el pan de la vida. Para ello se tuvo que realizar una importante inversión económica para adecuar el espacio durante los meses que duró la exposición, incluyendo la instalación de nuevos muros, un adecuación que, de ser la casa final para la colección, debería volver a diseñarse.
