La concejalía de Jordi Peris, portavoz de València en Comú, adjudica también a David Estal y La Repartidora los proyectos de participación ciudadana en Orriols, Benimaclet y Nazaret
VALENCIA. El Ayuntamiento de Valencia ya ha adjudicado los tres contratos para desarrollar las estrategias de participación en los barrios de Orriols, Nazaret y Benimaclet, cada uno por valor de 18.000 euros. Estos, en resumidas cuentas, generarán un paso intermedio entre la comunicación de los representantes vecinales y las concejalías del gobierno local, un plan cuyo objetivo no es la ejecución de proyectos sino la detección de problemáticas y necesidades y su posterior comunicación a las áreas pertinentes. El área de Participación, Derechos e Innovación Democrática, liderada por el portavoz de València en Comú, Jordi Peris, ya ha adjudicado de forma directa –pues al tratarse de tres contratos menores no han de pasar por concurso público- los proyectos, que serán desarrollados por tres equipos distintos y cuyo fin es “consolidar la cultura de la participación, que sea vea como un derecho en el entorno más inmediato”, explica el concejal.
Por un lado, el proyecto de Benimaclet estará coordinado por el arquitecto Arturo Sanz, del despacho Gradolí&Sanz, que comparte con el también arquitecto Carmel Gradolí, éste último encargado de diseñar la estrategia de desarrollo urbano para el Cabanyal, proyecto seleccionado por un concurso público convocado por la Fundación Inndea, también dependiente de Peris. Sanz contará también con los ganadores el concurso de ideas Benimaclet Est, que tuvo lugar en 2015 y cuyo proyecto también preveía un proceso participativo previo. Por su parte, el plan participativo del barrio de Orriols ha sido adjudicado a Irene Reig, coordinadora del estudio de arquitectura Carpe Vía, que sumará al proyecto a Fent Estudi y Contexto Arquitectura. Este proyecto podría ser una segunda parte, pues los mismos ya iniciaron hace años un trabajo similar para el barrio aunque, en este caso, tenía como objetivo consensuar un diseño para el solar de la ermita de San Jerónimo. El proyecto #sembraOrriols fue ‘absorbido’ por el Govern de la Nau, al que dotó con 12.000 euros para el proceso y medio millón de euros para la ejecución de la rehabilitación del solar.
El proyecto participativo para Nazaret será desarrollado por el Estudi La Dula, el arquitecto David Estal y el librería La Repartidora. La Dula desarrolló en 2015 un diagnóstico sobre el asociacionismo juvenil para la concejalía de juventud del Ayuntamiento de Valencia y es una de las entidades dinamizadoras de la convocatoria Emergents, organizada por la Universitat de València y en la que este año también colabora la concejalía de Juventud. El arquitecto David Estal es cofundador del estudio multidisciplinar L'Ambaixada y Desayuno con Viandantes.
Con este suman tres proyectos en tres contratos por un valor total de 54.000 euros, pues “la realidad de los barrios no se puede descomponer en competencias”, una decisión que generó críticas incluso entre algunas de las empresas contactadas al evitar así el concurso público. Su puesta en marcha, prevista para el pasado mes de julio, se ha retrasado por cuestiones de “tramitación interna”, con lo que la publicación de conclusiones, planteada para diciembre, se dará en febrero de 2017. De hecho, en tanto que proyecto “piloto”, el concejal Jordi Peris se plantea replicar esta experiencia hasta ‘participar’ con todos los barrios de la ciudad.
-¿Cuál es el objetivo final del proyecto de participación?¿Qué quedará en febrero?
- Queremos tener una referencia que marque las actuaciones de los próximos años, las cuestiones prioritarias sobre las que se deben aplicar las futuras políticas. Permitirá tener una política municipal para los barrios, que no es poco. Una política conectada con la sensibilidad del barrio. Esto se entregará a las diferentes delegaciones para que se apliquen los programas específicos. Otro objetivo es el de consolidar una cultura de la participación ciudadana, construir y apoyar la consolidación del tejido asociativo. Es algo muy valioso en si mismo el crear esa visión de que se puede trabajar con el Ayuntamiento. Intentamos pensar de una demanda puntual a generar una reflexión colectiva.
-¿Son los resultados del proceso participativo vinculantes?
- Es importante que los técnicos municipales estén vinculados durante el proceso, es una coproducción para que las propuestas sean realistas y se puedan asumir. Habrá seguimiento de los objetivos después de febrero. Es una lista de compromisos, que deben ser viables legal y técnicamente.
- Se presupone la interlocución con el tejido asociativo y social por parte de las distintas concejalías, ¿qué aporta entonces este proceso?
- Aporta una base territorial para abordar las estrategias, desde la perspectiva del propio barrio. La interlocución ahora está fragmentada pero la realidad del barrio no lo está. Buscamos una visión integral, algo que no se produce. Crear estos espacios hace que la gente tenga una visión más global, cuando, por ejemplo, los comerciantes se reúnen con el AMPA ganan en comprensión, se empieza a pensar en clave de barrio. Son procesos pedagógicos para aprender sobre participación ciudadana.
-¿Se está coordinando con el resto de concejalías?
-Es una propuesta del equipo de gobierno, este es un proyecto en el que alcaldía ha estado detrás para garantizar la transversalidad.
- ¿Por qué se ha encargado a tres equipos diferentes y no a una sola empresa, con lo que no ha pasado por el concurso público?
- Porque son realidades diferentes, por eso cada metodología tiene que serlo. La naturaleza del trabajo y de las problemáticas de cada zona son distintas. También se ha hecho así porque son tres proyectos piloto, era importante que no estuviesen realizados por una entidad, equipos que, además, ya tienen conocimiento de los entresijos del barrio. Una de las lecciones fundamentales de participación es que las estrategias deben ser adaptadas, no estándar. El tejido es diferentes y la metodología también.