Cuando entramos a un restaurante, esa primera impresión tiene un componente extra: la comida. En mi caso, fue cruzar la puerta de madera que permite el acceso a Los Urus y saber que iba a estar a gusto y, sobre todo, a comer bien.
Aquí todo gira alrededor de una parrilla uruguaya y la carne adquiere cotas sagradas. La traen de Galicia, que, por calidad, me dicen, se parece más a la que están acostumbrados en Uruguay y Argentina. Carnes estupendas, de res, de cerdo y de cordero, en diferentes cortes (vacío, costilla, entraña, molleja, chuletas…). Y no es moco de pavo, porque si hablamos de dominar y manejar carnes, asados y parrilladas, los de allá siempre llegarían a la final.
Al frente están la familia Picón Silva. Enzo, Carola y Julio. Enzo es el hijo y el jefe de la sala, Carola está al mando de la cocina y Julio se pasa el día pegado a las brasas. Nada puede fallar.