VALENCIA. Mientras la banca sigue tirando de tijera, anunciando despidos, cerrando oficinas y perdiendo clientes, las cajas rurales van en la dirección contraria ante la llegada de ahorradores descontentos y aprovechando el hueco dejado por las extintas cajas de ahorros... salvo Caixa Ontinyent y Colonyà, las únicas que siguen en pie. El sector cooperativista se mantiene al margen del proceso de desapalancamiento por el que continúa atravesando el sector bancario -y lo que le queda- y de ello dio ayer buena cuenta la Unión Nacional de Cooperativa de Crédito (UNACC).
La patronal del sector de las cooperativas de crédito publicó la memoria anual correspondiente al pasado ejercicio donde figuran 43 entidades -no está ni Cajamar ni ninguna de su grupo tras salirse en noviembre de 2014-, de las cuales 13 están ubicadas en algún punto de Valencia, Castellón y Alicante. Las mismas que el pasado año presentaron un beneficio conjunto de 20,57 millones de euros, un 19,45% más que en 2014, como avanzó este diario. Un buen comportamiento que se reflejó en un aumento del número de oficinas, empleados y socios, según las cifras recabadas ayer por Valencia Plaza de la memoria anual de la UNACC.
Así, las cooperativas de crédito 'solteras' de la Comunitat Valenciana -integradas también en la Asociación Española de Cajas Rurales y el Banco Cooperativo- cerraron 2015 con 182 oficinas operativas, tres más que en 2014; con 892 empleados (+42) y superando la barrera de los cien mil socios, concretamente 100.819 (+2.669). Entendiéndose por socios la suma del número de cooperativas, personas físicas y personas jurídicas.
Los mayores números -como suele ser habitual- vinieron de la 'dupla' Caixa Popular y Caja Rural Central de Orihuela. Así, la primera fue la única de las trece entidades que mejoró en los tres parámetros, al abrir dos oficinas durante el pasado año -de momento ya lleva tres en lo que va de ejercicio-; incrementar en 28 empleados su plantilla frente a un repunte conjunto de 42 trabajadores entre las 13 -siempre según los datos de la UNACC-; y sumar 39 socios más hasta los 441 a 31 de diciembre pasado.
Por su parte, la rural de la Vega Baja, Central de Orihuela, mantuvo las 73 oficinas operativas pero pasó de 265 a 272 empleados e incrementó el número de socios en casi 3.000 hasta alcanzar los 42.372, es decir más del 40% del conjunto total del sector. Conviene recordar que el pasado año esta cooperativa disparó su beneficio neto un 46,55% hasta los 7,56 millones de euros, más de un tercio de los 20,57 millones que ganaron las 13 rurales valencianas.
A destacar la cooperativa de L'Alcudia, la única junto a Caixa Popular en aumentar el número de oficinas, dado que acabó el año con 5 frente a las 4 de 2014. Como también las rurales de L'Vall de San Isidro y la de Algemesí, solo ellas redujeron plantilla con dos y una persona respectivamente; mientras que ambas también perdieron socios, 75 y 12 respectivamente, en un ranking liderado por San José de Alcora (-178) y seguido de Albal (-147).
El conjunto de las 43 cooperativas de crédito asociadas a la UNACC cerró 2015 con 3.394 oficinas frente a las 3.381 de las existentes un año antes. Asimismo el número de empleados se elevó hasta los 12.337 (+74); mientras que el número de socios se incrementó hasta los 1,40 millones donde casi 1,30 millones correspondía a personas físicas.