VALÈNCIA. El Ayuntamiento de València aprobó este miércoles en la comisión municipal de Urbanismo iniciar los trámites para modificar el Plan Especial de Ciutat Vella, lo que supondrá el veto a nuevos pisos turísticos en buena parte del casco histórico de la ciudad. El cambio, que todavía debe superar su tramitación administrativa preceptiva antes de su aprobación definitiva, alumbrará un marco definitivo para la implantación de viviendas de uso turístico y establecimientos hoteleros tras la última sentencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), que anuló parcialmente algunas disposiciones.
El Plan Especial de Ciutat Vella, aprobado por el anterior gobierno municipal (Compromís y PSPV) en 2020, calificó buena parte del distrito como zona de prioridad residencial. Se trata de los barrios de El Carme, La Seu, El Mercat y parte de la Xerea (color gris del plano superior). En esta zona, que aglutina cerca de dos tercios de Ciutat Vella, están prohibidos todos los nuevos usos hoteleros (con excepción de edificios singulares, como se explicará al final), y el plan permitía la implantación de viviendas turísticas 'ocasionales' -alquiladas 60 días al año como máximo y con el visto bueno de la comunidad de propietarios-.
Lo que hizo la sentencia del TSJ, tras el recurso del sector, fue anular la distinción que hacía el Plan entre las viviendas turísticas 'profesionales' y las 'ocasionales', entre otros motivos por la falta de motivación. Así pues, tras el fallo, la concejalía de Urbanismo, en aquel momento dirigida por Sandra Gómez, inició el cambio del plan para eliminar la distinción y prohibir todas las viviendas de uso turístico en esta zona de prioridad residencial. Este cambio, iniciado el pasado mandato, es el que se aprobó inicialmente por todos los grupos políticos en la comisión de Urbanismo a instancias de la concejalía que ahora encabeza el popular Juan Giner.
Hay una excepción, como se ha dicho, para los hoteles, que sí estarán permitidos en los llamados edificios singulares. Son algunos de los coloreados con violeta que se encuentran repartidos por todo el casco histórico y se trata de edificaciones señoriales o palaciegas, o de arquitectura religiosa, y difícilmente adaptable para uso residencial. Motivo por el cual el consistorio permite que, a cambio de rehabilitarlos y mantenerlos, en ellas se implanten usos terciarios, ya sean comerciales, oficinas u hoteles, pero nunca viviendas turísticas, y siempre requerirá del visto bueno de la Comisión de Patrimonio consistorial.
Como se ha visto, el veto a pisos turísticos y hoteles será efectivo en la mayoría del distrito. No así en el barrio de Sant Francesc, y una parte de La Xerea, correspondiente a la Plaza del Patriarca y la conocida como 'milla de oro' de la ciudad, que el consistorio considera áreas ya terciarizadas pese a las quejas vecinales. Este sector, calificado como área de prioridad terciaria en el Plan Especial (color cian en el mapa superior), ya permitía desde el principio nuevos hoteles y viviendas turísticas en bloques exclusivos. Con todo, inicialmente preveía una distancia mínima entre bloques de pisos turísticos de 150 metros, una limitación que ahora desaparecerá con el cambio.
Fundamentalmente en Sant Francesc también existen edificios que ahora mismo ya son mixtos, es decir, que conjugan usos residenciales con usos terciarios -por ejemplo, oficinas-. Aquí, el nuevo Plan lo que hace es limitar que los usos terciarios no puedan superar la mitad del suelo construido en la parcela en cuestión, de manera que el uso hotelero entra en esta restricción. Este en concreto, además, debe situarse siempre por encima del resto de usos terciarios, y por debajo de viviendas.
En esta zona eminentemente comercial aglutina la mayoría del área de terciario exclusivo (color violáceo del mapa), donde se veta completamente las nuevas viviendas turísticas y se permiten los hoteles y establecimientos similares siempre que se ubiquen en edificios de uso exclusivo. También lo podrán hacer en edificios que compartan con otros usos terciarios, como oficinas, comercios o locales recreativos, pero siempre por encima de ellos. En el caso de estar en la misma planta, el establecimiento hotelero deberá contar con accesos a la calle independientes.
El edil de Urbanismo, Juan Giner, aseguró que la intención es que "Ciutat Vella sea un barrio residencial y por esa razón hemos propuesto que no es compatible y no se abrirán apartamentos turísticos en los edificios donde viven nuestros vecinos". Así, tras recordar que el distrito cuenta con 28.000 habitantes, insistió en que se busca "garantizar la calidad de vida de las personas residentes en todos los barrios del distrito, a la vez que contribuye a la conservación de los valores patrimoniales del centro histórico y protege el comercio tradicional".
Desde el PSPV, el portavoz adjunto el el consistorio, Borja Sanjuán, criticó que la alcaldesa, María José Catalá, "haya tardado más de un año en asumir las restricciones a los apartamentos turísticos que dejaron preparadas los socialistas desde Urbanismo en mayo de 2023". "Se ha negado a aplicar límites hasta que, fruto de su inactividad y mala gestión, la ciudad se ha colocado al borde de la saturación turística como constatan todos los informes, incluidos los del propio Ayuntamiento", indicó en un comunicado.
La síndica de Compromís, Papi Robles, aseguró que el vecindario de Ciutat Vella "está lanzando un grito de alerta que es también consecuencia del turismo descontrolado en esta ciudad y, como en el caso de los apartamentos turísticos, Catalá está llegando tarde". El grupo propuso la creación de un plan de inspección de locales hosteleros del distrito con "especial énfasis" en la revisión de las terrazas y la transmisión de ruidos, humos y olores. Finalmente, se acordó una moción alternativa, aprobada por unanimidad, que insta a estudiar "un posible plan complementario y/o posterior al existente sobre apartamentos turísticos y la elaboración de una guía de buenas prácticas".
También el gobierno municipal se compromete a seguir impulsando "expedientes de restauración de la legalidad derivados de las denuncias vecinales" y colaborar con la Federación de Asociaciones de Vecinos y Vecinas o la Federación Empresarial de hostelería de València para mejorar la calidad de vida de los barrios. "Nuestra demanda va dirigida hacia aquellos negocios que incumplen la normativa para ver incrementado su volumen de beneficios con terrazas sin licencia o ampliaciones no autorizadas, transmisión de humos, olores o ruidos en otros locales y viviendas, etc. Casos que las entidades vecinales están continuamente denunciando en sus redes", indicó Robles, que pidió "control y hacer cumplir las ordenanzas y la ley, con un plan de inspecciones urgente".