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"fábrica" de creación

Así será el nuevo centro de artes escénicas Bombalino

El proyecto duplica su presupuesto, que alcanzará en torno a los cuatro millones de euros, con respecto a la primera previsión

28/12/2022 - 

VALÈNCIA. València está cada vez más cerca de completar su mapa de espacios escénicos, un circuito que dará la bienvenida en algo más de un año al centro de producción de artes escénicas Bombalino. Ubicado en las naves de Mariano Cuber, el centro quiere redondear el proyecto escénico del Ayuntamiento de València, creando una “mini ciudad” para el sector junto con el Teatre el Musical (TEM), que se ubica a pocos metros del mismo, y La Mutant. Tres años después de que se anunciara, el continente ya está definido, un proyecto listo para poner en marcha las obras, que se licitarán el próximo año con el objetivo de que en 2024 esté en pleno funcionamiento. Así lo anunció la concejala de Acció Cultural, Maite Ibáñez, que presentó el proyecto junto a los arquitectos Diego Carratalá y José Luis Alapont y la vicealcaldesa, Sandra Gómez.

El proyecto dará una nueva vida a unas naves que en 2024 cumplirán un siglo, unas naves que se encontraban en un estado de conservación “no demasiado bueno”, explicaron los arquitectos, agravado por los “usos intensivos” que se ha dado, como almacén o garaje. Humedades, fisuras o grietas son algunos de los problemas a los que se ha enfrentado un equipo que quiere revitalizar unas naves para las que ahora se dibuja un nuevo horizonte, aunque manteniendo su espíritu. “No puede perder el carácter de edificio industrial”. El proyecto busca dar respuesta a una necesidad: “En València no hay suficientes espacios para las compañías”, aseveró al concejala. Aunque, ojo, no buscar ser “solo” un espacio de ensayo, sino de “intercambio, experimentación y formación”. Esto se traduce de manera explícita en un espacio específico para acoger residencias artísticas, siendo concebido como una “fábrica de creación y ensayo” y, al tiempo, un “centro cultural abierto” para los vecinos y anclado al barrio donde radica.

En este punto, un asunto importante, el presupuesto. Se bien en un primer momento el Ayuntamiento había puesto sobre la mesa que sería un proyecto de más de dos millones de euros, Ibáñez confirmó este miércoles que “evidentemente” el precio ha aumentado por el contexto económico y ahora se dibuja una partida de cuatro millones para las obras, el doble de lo inicialmente marcado. Con la aprobación del proyecto este jueves en Junta de Gobierno Local, el siguiente paso será, por tanto, la licitación de la ejecución de la obra. Ubicado entre la plaza Calabuig, el Teatro El Musical, la calle Mariano Cuber y Vicente Brull, el centro cuenta con una superficie total de 2.297 metros cuadrados y se compondrá, principalmente, de dos grandes espacios interconectados, aunque no solo.

Empecemos por el principio: el vestíbulo. Esta sala no es accesoria en el proyecto, pues se trata de un espacio que se conectará directamente con la plaza de Calabuig, un vestíbulo que quiere ser un “nexo” con lo que esté pasando fuera. Este habitáculo no será solo un espacio de bienvenida sino una sala más del centro cultural, pues contará con una cafetería y unas gradas, inspiradas en espacios como Matadero, en la que celebrar distintas acciones culturales. Así, también quiere funcionar como coworking, un vestíbulo polivalente que busca ser un “espacio de acogida” para los profesionales del sector y para el barrio. Este será el corazón de un edificio de nueva planta contará con espacios para facilitar los encuentros, intercambios y reuniones grupales, además de los despachos de administración y espacio para residencia, entre otras. “Es un centro cultural, pero también un centro social abierto al barrio”, subrayó Gómez.

Foto: Raúl Sánchez

El proyecto estará integrado por dos grandes salas: una Negra y una Blanca. La sala de representaciones multiusos (Sala Negra) es un espacio único a dos niveles, con una galería perimetral que circunda el espacio principal de representación, aprovechando toda la altura de la nave existente y permitiendo una gran versatilidad de usos. Aunque en ningún caso está diseñada como un teatro clásico al uso, su estructura sí permite que haya público en la parte alta y, además, se instalarán unas gradas extensibles en el caso de que alguna actividad lo requiera. Por otra parte estará la Sala Blanca, un espacio que, en realidad, es un tres en uno. La sala está concebida como un lugar para acoger los ensayos de compañías, equipados con vestuarios y almacenes, y se podrá dividir mediante paneles en tres que podrán ser usadas de manera simultánea. El proyecto global, además, también hará un guiño a Bombalino, que da nombre al centro, con un espacio destinado a acoger un taller de marionetas.

Las incógnitas de la gestión

El proyecto se ha nutrido de espacios como lo Teatros del Canal o el centro Harrobia de Bilbao, a los que se han realizado distintas visitas para inspirarse, “espacios que nos dieron ingredientes tanto de la estructura como de la gestión, tomando ideas de profesionales”, explicó la concejala. Y es, precisamente, la cuestión de la gestión otro de los puntos no poco importantes del futuro centro. En este sentido, se prevé que el proyecto incluya a una persona que coordine el centro, una persona que se seleccionará con un proceso "similar" al que se ha impulsado para la dirección de La Mutant. "Queríamos que fuera una gestión publica con una persona al frente, igual que con los dos coordinadores de los teatros municipales, que formen parte de la RPT del Ayuntamiento", relató Ibáñez. El centro tendrá director o directora, pero, ¿quién le acompañará y con qué recursos? Estas son otras de las incógnitas todavía por despejar y que el Ayuntamiento deberá resolver en los próximos meses. 

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