VALÈNCIA. El Ayuntamiento de València ultima la tramitación del proyecto de peatonalización blanda que quiere poner en marcha en la céntrica plaza de San Agustín. Cuando la Comisión de Patrimonio municipal de su visto bueno, se elevará a la Junta de Gobierno Local para su aprobación definitiva. Los documentos del proyecto, a los que ha tenido acceso este diario, dan buena cuenta de cómo quedará la plaza después de las modificaciones.
La intención es peatonalizar buena parte de la plaza sin acometer una gran obra y reutilizando materiales con el propósito de ampliar el espacio para los peatones. El motivo, según se defiende desde la concejalía de Urbanismo que dirige la vicealcaldesa Sandra Gómez, es ofrecer a los vecinos un mayor espacio dada la necesidad de mantener las distancias de seguridad por la pandemia de coronavirus.
Así, la actuación se centrará en la zona central, la dársena de autobuses y la parte más próxima a la Iglesia de San Agustín. Quedarán para el tráfico, de este modo, tres carriles de un único sentido: uno de ellos que permitirá el acceso a la Avenida del Oeste, y otros dos que dirigirán a los vehículos hacia la calle San Vicente, permitiendo el giro también a la calle San Pablo. Esto es, se suprimirá el paso de vehículos desde la Avenida del Oeste en dirección a la calle Guillem de Castro.
Según recoge el proyecto, en la acera más próxima a la iglesia no se realizará ninguna intervención concreta, manteniéndose árboles y farolas tal y como están. Se respetarán, además, los flujos de peatones que cruzan la plaza por ambos laterales evitando colocar mobiliario urbano en estos itinerarios, y se dejarán en su sitio también las marquesinas de la EMT.
La zona que hasta ahora estaba habilitada para el paso de vehículos y que, situada entre las dársenas, se peatonalizará, quedará rellenada con hormigón de acabado fratasado, de color grisáceo oscuro, igualando las cotas a las aceras existentes, para evitar problemas de accesibilidad. Sobre las aceras no habrá ningún cambio.
En el espacio recuperado para los peatones, se utilizarán jardineras, maceteros y bancos, realzando así el entorno de la iglesia y su fachada lateral. Eso sí, como se ha dicho, sin colocar elementos nuevos en la acera más próxima. Se actuará en una superficie aproximada de 2.000 metros cuadrados, un espacio que según explica el proyecto estaba infrautilizado y que se convertirá en una gran zona "diáfana" reutilizando el mencionado mobiliario urbano. Tanto es así que la documentación recoge ya fotografías de los elementos que se quieren trasladar a la plaza para favorecer esta peatonalización temporal. Se utilizarán jardineras, maceteros y bancos que hasta ahora se habían empleado en la fachada marítima.
"Se tiene especial cuidado a la hora de la elección de la vegetación", reza el proyecto, que prevé árboles de copa no muy frondosa para preservar las vistas de la iglesia, así como una vegetación sin toxicidad, pinchos o espinas dado a que se prevé una zona de uso infantil. "La vegetación se va implantando en la plaza consiguiendo la creación de zonas de esparcimiento para niños", explica el documento en este sentido.
Se trata de una actuación provisional cuyo coste ascenderá a unos 64.000 euros IVA incluido y cuyo plazo de ejecución se estima en un mes. Será absolutamente compatible con el proyecto de urbanización definitivo que prepara el consistorio para esta zona y para la Avenida del Oeste.