los efectos de la dana en la hostelería

Asier Rojo (Arat Gourmet): “Necesitamos normalidad, que todo se vuelva a a activar, que se siga consumiendo”

| 08/11/2024 | 4 min, 14 seg

Asier Rojo cenó el pasado lunes uno de los tuppers distribuidos por World Central Kitchen  preparados por alguno de los cocineros o cocineras que estos días han dedicado su tiempo a dar de comer a los afectados por la DANA. “Hoy se cena esto en casa, y nunca pensé que tendría que hacerlo en primera persona. Doy gracias”, publicaba Asier en la redes de Arat Gourmet Foods, la empresa valenciana dedicada a la comercialización de setas silvestres, setas de cultivo ecológico y productos de la huerta que provee a muchos de los grandes y pequeños restaurantes de la Comunidad Valenciana. 

Como a tantos vecinos y empresas que viven y trabajan en las poblaciones del sur de Valencia, a Asier y a parte de su familia, el martes pasado el agua dejó una cicatriz que en su caso ha sido menos profunda de lo esperado. A la nave de Albal donde se ubica Arat no le afectó el desbordamiento del barranco. Tampoco las furgonetas con las que distribuyen han sufrido daños. En esta población, la mitad del pueblo está muy afectada, la otra mitad no. Su lugar de trabajo se quedó a 50 metros de la riada. No corrieron la misma suerte la clínica dental de su mujer, las oficinas de sus cuñados y los coches de estos.  Tampoco los campos en los que cultivan parte de sus productos. “La huerta se ha llenado de lodo, los guisantes se han caído, las alcachoferas se han estropeado… pero te pones a pensarlo y estamos aquí”, relata una semana después de la catástrofe. 

Aunque Asier lo cuenta sereno, el susto sigue en el cuerpo. Su mujer salvó la vida de milagro gracias a su cuñada que cuando el agua empezó a cubrirles los pies entraron en el primer portal que vieron y se subieron a un piso donde pasaron la noche con otras 30 personas. Uno de sus trabajadores estuvo agarrado a una farola para que no se lo llevara el agua durante cuatro horas hasta que con una sábana que le lanzaron unos vecinos pudo llegar a un sitio seguro.  Los detalles ponen los pelos de punta. “Mentalmente estoy fuerte, sobre todo por el ánimo y las fuerzas que estoy recibiendo por parte de toda la hostelería. No me puedo quitar de la cabeza lo ocurrido, pero el hecho de que todo el mundo esté contigo, anima. Tengo clientes que me han llamado todos los días”, cuenta. 

Las pérdidas en Arat Gourmet son cuantiosas. “Hasta lunes no pude venir a la nave, fui y convoque a los chicos, evaluamos la situacion, hicimos inventario y revisamos todo lo que se había estropeado después de estar una semana sin venir a trabajar. Teníamos 40 kilos de boletus, otro 60 de rebollones, 3 toneladas de verdura... Dimos parte al seguro. Como no somos afectados directos por el barro, no sabemos si será más o menos rápido el proceso. Pero sí, económicamente nos ha afectado. Puede que tenga que hacer un ERTE. Yo me lo puedo quitar de mi bolsillo, pero no puedo dejar de pagar a mis empleados”, explica. Los seis trabajadores que trabajan en Arat Gourmet han perdidos los coches y no tienen forma de llegar allí. Otro problema más que se suma a la lista.

A pesar de lo vivido, Asier Rojo muestra un cierto optimismo. “Quiero pensar que las cosas volverán a normalidad en unos meses, incluso saldremos más fuertes. Ahora estoy viviendo el día a día. Todos los días pasamos una pantalla.  Busco que mi cabeza no piense mucho y que estemos activos”, señala, aunque apunta algo que todos en mayor o menso medida hemos pensando estos días. ¿Qué pasará en un mes cuando los efectos de la DANA ocupen un par de minutos en los informativos?  “Yo no me acuerdo de la gente del volcán de la Palma, lo digo con todo el respeto. Cuando pasa una desgracia como esta todos queremos ayudar al principio y hacemos un esfuerzo, pero cuado pasa el tiempo, se olvida. Me da mucho miedo que se olvide lo que ha pasado. En tres o cuatro meses, València estará bien pero los pueblos estaremos en el olvido. Va a haber muchos problemas económicos y persianas que se llevó el agua que no van a poder volver a abrir”, apunta. 

A todos los afectados con los que hablamos estos días les hacemos la misma pregunta. ¿Hay algo que la ciudadanía pueda hacer para ayudaros?  “Necesitamos normalidad, que todo se vuelva a a activar, que se siga consumiendo. Entiendo que los ánimos no acompañan pero si los restaurantes están vacíos, la distribución no se pondrá en marcha. Esto es una cadena. Si se para, nos afecta a todos”, concluye Asier. 

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