VALÈNCIA (EFE). La asociación de guardias civiles Jucil ha denunciado públicamente la peligrosa exposición a gases tóxicos a la que, a su juicio, están sometidos los agentes que controlan los accesos de camiones al Puerto de Valencia, especialmente en la zona sur de estas instalaciones.
Según explica a EFE el nuevo secretario provincial de esta organización, Vicente Jesús Gómez, entre 15 y 20 guardias están expuestos diariamente a los gases que emiten los motores de combustión de los miles de camiones que acceden a las instalaciones del puerto, lo que provoca toses, irritaciones y otras dolencias.
"En la zona, a diferencia de lo que sucede en otros puestos similares, como el de Sagunto, no existen extractores ni otros sistemas de ventilación, por lo que los gases se acumulan bajo la marquesina donde prestan servicio permanente los guardias. La situación se vuelve especialmente peligrosa en verano, pues a los gases se añade el calor extremo en unas garitas que no sirven de protección alguna", explica el responsable de Jucil.
"Tenemos constancia de que se han realizado algunas mediciones de gases recientemente, pero se han hecho en las zonas más alejadas a los puntos donde trabajan los agentes, por lo que los valores registrados son erróneos", lamenta.
Según las mismas fuentes, Jucil ha presentado dos escritos reclamando a la Comandancia que tome cartas en el asunto y adopte medidas de protección para los guardias destinados al puerto.
Por otra parte, esta asociación expone que en la provincia de Valencia existe un déficit de personal de unos 180 agentes, lo que deriva en que, en algunos puestos la falta de guardias ronde el 40 % y el resto asuma unas "cargas de trabajo muy superiores a lo regulado y que no superaría en muchos casos una evaluación de riesgos laborales y psicosociales".
Es el caso, explican, de las unidades de Ribarroja, Paiporta, Llombai, Cullera, Canals, Massamagrell, El Puig, Requena, Oliva-Gandia, Sueca o Picassent, que presentan elevados porcentajes de bajas médicas o personal desplazado en comisión de servicios.
Otro de los recientes problemas del cuerpo denunciados por Jucil es la escasez de uniformidades, "especialmente sangrante en el caso de unidades específicas como la de los motoristas, y que afecta especialmente a las mujeres, que en algunos casos trabajan con prendas de abrigo prestadas por compañeros", lamenta Vicente Gómez.
"No es entendible que la Comandancia de Valencia, siendo la tercera capital de España y con uno de los puertos más importantes de la Península, tanto en mercancías como en pasajeros, se encuentre con un déficit de personal tan notable y que disponga de un material tan obsoleto", concluye.