Hace unos días ha trascendido a la opinión pública, como serpiente de verano, que la estatua de bronce de Francesc de Vinatea, el ilustre jurista morellano del siglo XIV que preside cuasianónimamente la Plaza del Ayuntamiento del Cap i Casal desde 1993 por iniciativa de Unió Valenciana, tiene una pequeña fractura a la altura de la espalda. Su reparación costará 2.764,85 euros.
Al parecer, un ejemplar ciudadano alertó al concejal competente de lo que los servicios municipales en el lugar más carismático de la capital autonómica -a escasos 100 metros del despacho de la alcaldesa- no supieron localizar a tiempo.
Nuestro anónimo vecino 'foral' identificó la fisura en la estatua, contrató de su pecunio a un fotógrafo profesional para documentar la grieta y -¡milagro!- ha sido capaz de conseguir una promesa de resolución por parte del poder municipal.
Esta muestra de la perseverancia de un individuo y, en definitiva, de la mejor cultura del esfuerzo con dimensión social me anima a recordar a la alcaldesa María José Catalá, que ocupa casi siete siglos después un cargo asimilable al del jurat o jurat en cap Francesc de Vinatea, que el Ayuntamiento lleva 19 meses incumpliendo un trabajoso acuerdo del pleno municipal adoptado el 26 de enero de 2023. Se quiso subsanar un grave desliz achacable a la vicealcaldesa Sandra Gómez, cuando, a mediados de octubre de 2022 y con motivo de una proyectada remodelación de la plaza de marras, intentó cambiar de ubicación al esforzado Vinatea, con el pretexto de que "nadie sabe quién es".
Y tenía parte de razón nuestra ahora eurodiputada. Existe un gran desconocimiento de la defensa de la integridad territorial liderada por Vinatea, pero, desde luego, esa ignorancia de la ciudadanía resulta achacable a los diferentes gobiernos municipales del PP encabezados por Rita Barberá a partir de 1995, y, en menor medida, a los que presidió Joan Ribo entre el 2015 y el 2023; incapaces, todos ellos, de dar difusión con eficacia a la memoria histórica del autogobierno valenciano. Las culpas son repartidas con los inquilinos del Palau de la Generalitat. Poco han hecho, hasta la fecha, los diferentes molt honorables, desde Joan Lerma al actual president, Carlos Mazón, por reconocer la importancia del valiente jurista, capaz de hacer rectificar a un rey, en aplicación de la normativa foral, verdadero límite al autoritarismo del monarca.
El caso es que, sorpresivamente y tras una breve polémica en prensa; recordatorios diversos de la relevancia de la actuación del jurat Vinatea ante el rey Alfons el Benigne para evitar la donación de las villas reales de Xàtiva, Alzira, Morella, Castelló, Borriana y Morvedre (Sagunt) a la reina Leonor de Castilla (como ha estudiado Vicent Baydal); la concentración ante la estatua de Vinatea del 20 de noviembre de 2022; y numerosas reuniones con concejales de Compromís, PP, PSOE y Ciudadanos -con Fernando Giner votando contra el criterio hasta ese momento de su partido-, cuatro grupos tan diversos y enfrentados respecto a la relevancia del autogobierno acordaron tres promesas importantes, muestra de la "cultura de autogobierno", que deberían definir siempre a los concejales herederos de los jurats.
Decidieron, en primer lugar, mantener la estatua en su actual ubicación, como solicitaba también la plataforma Salvem a Vinatea, integrada por más de 40 asociaciones, previsión que confiamos que entre en los planes del PP municipal ante la anunciada remodelación de la plaza. El segundo compromiso fue dar difusión al Fet de Vinatea, para dar a conocer a los ciudadanos de toda nuestra nacionalidad histórica y los numerosos visitantes la importancia de sus actos a la hora de garantizar la pervivencia y vertebración del Reino hasta que Felipe V arrasó el autogobierno del que Jaume I nos dotó. Como tercer punto, todos los concejales valentinos, excepto los de Vox, acordaron reclamar al Congreso la tramitación conjunta de las reformas constitucionales del artículo 49 para evitar el desprecio constitucional a las personas con discapacidades diversas y la promovida por las Corts Valencianes desde febrero de 2020 para que los valencianos recuperemos derechos civiles.
Tristemente, la alcaldesa no consiguió el apoyo de los diputados y senadores del PP cuando se reformó el artículo 49 en enero-febrero de este mismo año; pero, como sucesora en el cargo de Vinatea, siete siglos después, está obligada a seguir intentándolo.
El caso es que el PP y el PSOE nos dieron la espalda a los valencianos, a lo que consiguió Vinatea en el siglo XIV, el respeto a nuestro autogobierno, tal y como reconoció el president Mazón el pasado mes de febrero en una concurrida conferencia que impartió en el Club de Encuentro Manuel Broseta.
En fin, le insto, señora alcaldesa, a que esté a la altura de sus responsabilidades, cumpla sus compromisos políticos, haga honor al cargo que ocupa e integre en los actos del 9 d´Octubre la relevancia que tiene el legado foral en la configuración del Reino de Valencia, por ejemplo mediante la exhibición conjunta de la Senyera y del ejemplar de los Furs en valenciano, de 1329, que se custodia en el Archivo Histórico Municipal, y que es posible cronológicamente que utilizara el propio Vinatea ante el contrafur real. Y, desde luego, a que dispongamos de cartelería del Fet de Vinatea en diferentes idiomas antes del 9 d'Octubre... de este año. No se puede apreciar lo que se desconoce. Siga el ejemplo de Lo Rat Penat, entidad que rescató la procesión cívica del 9 d´Octubre y, desde hace años, deposita una corona floral ante la estatua de Vinatea, con carácter previo al inicio de la procesión cívica.
Haga más por el reconocimiento de la valiente actuación de Vinatea que sus predecesores e invite a los alcaldes del PP de Borriana y Castelló, los socialistas de Sagunt y Xàtiva y también los de Morella y Alzira a recordar, con motivo del día del autogobierno valenciano, que sin la revuelta liderada por Vinatea, que evitó la sumisión de las ciudades más importantes a los dictados de una reina que desconocía nuestros Furs, no tendríamos nada que celebrar el 9 d'Octubre.