Carlos Fernández Bielsa, con referentes comarcales de su partido, el PSPV.VALÈNCIA. La constitución de las mancomunidades de la provincia de València ha marcado la actualidad comarcal política en las últimas semanas. Una vez perdidas la Generalitat y la Diputación, el PSPV se ha empleado a fondo en ganar estas entidades comarcales que se ocupan de prestar servicios y lograr que los compartan los municipios que las configuran. Y ese objetivo ha llegado a poner prueba, con disputas internas, el mando de Carlos Fernández Bielsa como secretario general.
El balance de la pugna final mancomunal en la provincia ha sido de 14 entidades para el PSPV, seis para el PP, una para Compromís (Vall d´Albaida), otra de alternancia entre socialistas y compromisarios (la Safor), una de rotación entre PSPV y PP (la Canal de Navarrés) y una última dirigida por independientes (Intermunicipal d`Alcàntera del Xúquer-Cárcer-Cotes y Sellent, con el alcalde de la penúltima, Miguel Perucho, del PIC, como adalid). Ese resultado deriva en gran medida de la distribución de alcaldías a escala provincial, con 110 para el PSPV y 94 para el PP.
La formación socialista ha ganado las más populosas, como las de l´Horta Sud, la Safor (en esta cederá la presidencia a Compromís en 2025) y la Ribera Alta, con 20, 33 y 31 municipios, respectivamente; y también algunas de las más reducidas, como la del Carraixet (en este caso, por ser su candidato el de más edad y enfrentado a Compromís), la del Barrio del Cristo (integrada únicamente por Aldaia y Quart de Poblet, ambas poblaciones con mayoría del PSPV en sus consistorios), o la de Les Valls (con cinco municipios y la alcaldesa de Faura, la debutante Consol Durán, como mandatario).
El Partido Popular, por su parte, ha logrado ser el más votado en mancomunidades de zonas menos pobladas del centro y norte de la provincia. En la Serranía y Rincón de Ademuz los alcaldes de Chulilla (Vicente Polo) y Castielfabib (Eduardo Aguilar) consiguieron las presidencias en cada una de ellas. Por su parte, la prolífica máxima munícipe de Requena y presidenta de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP), Rocío Cortés, ha asumido también la dirección de la Mancomunidad de El Tejo, en la que su término tiene el gran protagonismo y donde comparte servicios con Siete Aguas y Chera.
En la próxima Mancomunidad Tierra del Vino (a la que también se halla adscrita Requena junto a otras siete poblaciones), el alcalde de Venta del Moro, Francisco López Yeves gobierna por el PP; mientras que, siguiendo la nacional III hacia Valencia, la primera munícipe de Chiva, Amparo Fort, dirige la entidad comarcal Hoya de Buñol-Chiva, con algo más de una decena de poblaciones agrupadas. Más al sur de la provincia, la edil de Simat Susana Alemany encabeza la Mancomunitat de la Valldigna, de la que no forma parte la principal localidad de este enclave, Tavernes.
Dentro de la parte de la provincia menos poblado el PSPV sumó la Mancomunidad de Alto Turia, que reúne a Aras, Chelva, Tuéjar Titaguas y Benagéber con el alcalde de esta último población, Rafael Darijo, como máxima autoridad.
Mientras, cuatro pequeñas poblaciones agrícolas entornadas por el río Xúquer (Polinyà, Albalat de la Ribera, Benicull y Fortaleny) y agrupadas en la Mancomunitat Albalat-Polinyà optaron también por las siglas socialistas, como la de la Baronía, con nueve poblaciones como Gilet, Estivella, Petrés o Torres Torres. Ambas coaliciones de municipios se deben, en gran medida, a su necesidad de unir fuerzas para fomentar el turismo. Como de la Ribera Baixa, igualmente de dominio socialista con la concejal sueca Manoli Egea al frente.
Aunque la esencia de su existencia consiste en prestar servicio, el carácter de su constitución tiene una carga política: la del partido de los alcaldes cuyos municipios las configuran. El PP ha optado por no presentar candidato en la mayoría de mancomunidades en las que sabía que tenía la derrota asegurada (Horta Nord, Horta Sud o Safor); no obstante, el propio PSPV ha tenido en su seno varios pretendientes en hasta tres grandes entidades comarcales en las que era conocedor de una victoria garantizada.
Podría considerarse unas primeras escaramuzas ante lo que puede venir en un futuro a medio plazo -2025 si el congreso de reelección de cargos no se adelanta- o a corto plazo, si la renovación se anticipa. La confrontación más clara entre 'familias' socialistas se produjo en Camp de Túria. El alcalde de Ribarroja, Robert Raga, cercano a Ximo Puig, se postulaba por un lado; y por otro lo hacía la alcaldesa de Benisanó, Amparo Navarro, próxima a Bielsa y a la secretaria general de la comarca, la diputada Lola Celda. Finalmente el primero se retiró. Y fue entonces, con una sola candidata socialista, cuando se convocó el pleno y ganó la presidencia Navarro en segunda votación y por mayoría simple frente al PP.
En la Costera-la Canal ocurrió un hecho similar en cuanto al planteamiento: dos candidatos socialistas por un puesto y la cita plenaria se dilató hasta que uno se rindiera. Intentó repetir la presidenta hasta entonces, María José Tortosa, alcaldesa de Vallada, aunque al final cedió ante el primer edil de Cerdà, José Luis Gijón, afín al secretario general de la comarca, Robert Granero, asesor de Bielsa en la Diputación.
Comparte espacio en la corporación provincial con Carles Arques, muñidor de la resolución de la Mancomunitat de la Ribera Alta. Aquí el PSPV tensó más la cuerda al tener una amplia mayoría. Y a punto estuvo de pagar un exceso de confianza. También optaron dos cargos: el presidente hasta entonces, Txema Peláez, concejal de Sumacárcer, y la alcaldesa de Senyera, Paqui Momparler, impulsada desde la dirección provincial. Llegaron a una votación interna en la que la segunda venció por 84 a 48.
Después, convencida de su triunfo, ya que el PSPV, junto a Compromís, concitaba 44 de los 88 votos, se presentó a un pleno en el que le salió un rival inesperado (Toño Carratalà, alcalde de Alberic por el partido local Ciutadans per Alberic) respaldado por el PP.
El susto para Momparler fue mayúsculo por una inesperada fuga de votos propios que forzó un empate y la consiguiente segunda ronda de sufragios. Ganó finalmente y Bielsa se impuso en un nuevo pulso con la colaboración de Arques, que controla la Ribera Alta y ha tenido un peso decisivo en el desenlace en esta mancomunidad y en otras menores como las de Vall dels Alcarans, la de Serveis de Benestar Social de l' Énova o la de Vall dels Alcalans.
Con 14 de 24 mancomunidades en las que gobernará todo el mandato más otras dos en las que lo hará la mitad en alternancia con PP o Compromís, el PSPV ha logrado concentrar su poder comarcal en estas entidades y, a la vez, hacer los primeros tanteos de fuerzas de sus ´familias´. En ellos, Bielsa ha sido más certero moviendo sus fichas y ganando un terreno en la provincia de Valencia que puede resultar decisivo de cara al futuro.
