VALÈNCIA (EFE). La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, urgió este jueves a los gobiernos europeos a que hagan operativo "sin retraso" el fondo de recuperación y defendió que sigue siendo "esencial" mantener condiciones de financiación favorables ante la persistencia de la pandemia de coronavirus.
En un debate con la comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo, Lagarde consideró que la decisión adoptada por el BCE la semana pasada de acelerar "significativamente" en el segundo trimestre las compras de bonos dentro de su programa por la pandemia era "indispensable" y advirtió de que estas tardarán un tiempo en ser visibles.
Lagarde insistió en que en "las próximas semanas", los Estados de la Unión Europea deberían ratificar la legislación que permitirá a la Comisión Europea emitir la deuda con que se financiará el fondo y finalizar sus planes de recuperación.
Este instrumento, que canalizará 750.000 millones de euros en subvenciones y préstamos, será "importante" dentro de la política fiscal de los gobiernos que, según Lagarde, deberían mantener el apoyo a empresas y hogares para complementar la política monetaria e impulsar la recuperación.
Si bien estas medidas deberían ser tan "temporales" y "específicas" como sea posible, no deberían retirarse hasta que la recuperación esté asentada y, llegado el caso, solo de forma "gradual".
Tras la aprobación de un paquete de estímulos de 1,9 billones de euros en Estados Unidos, y con los retrasos en las campañas de vacunación previsiblemente agravados por las suspensiones temporales del uso del fármaco de AstraZéneca en varios países, ha crecido la sensación de que la UE se está quedando rezagada en su respuesta a la crisis.
Al mismo tiempo, solo nueve de los 27 países de la UE han ratificado la legislación para poner en marcha el fondo, del que se esperan los primeros pagos en verano.
Lagarde incidió en que, pese a la vacunación y la mejora de la perspectivas globales, "persisten riesgos a la baja en el corto plazo" para la economía de la eurozona, ligados sobre todo a las mutaciones del covid-19 y las implicaciones de la pandemia.
Al mismo tiempo, a largo plazo se espera que la inflación siga en "niveles débiles", por debajo de la cota próxima pero inferior al 2 % que tiene el BCE como objetivo.
Si bien en los próximos meses se verá un incremento de la tasa, este se deberá a factores "temporales" y "transitorios", insistió Lagarde.
En este contexto, defendió que "sigue siendo esencial preservar condiciones de financiación favorables durante la pandemia" y, por ello, el Consejo de Gobierno decidió aumentar el ritmo del programa de compras de activos de emergencia por esta razón el próximo trimestre.
"En las circunstancias actuales (...) cuando todas nuestras proyecciones indican que veremos la recuperación solo en la segunda mitad de 2021 y nos centramos en la perspectiva de inflación, era indispensable que respondiésemos con mayores compras en los próximos meses", dijo.
Lagarde advirtió de que el aumento de la velocidad de ejecución del programa se hará visible cuando se mire en "intervalos de tiempo más largos", ya que los registros semanales de compra "continuarán distorsionados por factores a medio plazo", como ocasionales amortizaciones abultadas.
La decisión del BCE se produjo tras una subida del rendimiento de los bonos soberanos europeos en los últimos días que, según el emisor, podría empeorar las condiciones de financiación ya que es uno de los principales indicadores que usan los bancos para fijar las condiciones de los créditos.
La institución, dijo su presidenta, respondió a "un aumento en los rendimientos que va por delante de la esperada recuperación económica".
"Creemos que 2021 será el año de la recuperación, pero no vemos que vaya a ocurrir hasta la segunda mitad de 2021 y cualquier aumento de rendimiento que opere como freno es indeseable", dijo Lagarde.
El BCE no modificó el volumen del programa, de 1,85 billones de euros, que no tiene por qué usarse en su totalidad si no es necesario, pero también podría ser "recalibrado" si la situación lo requiere, recordó.
Lagarde insistió en que, tras un año de pandemia, "no hay lugar para la complacencia".
Por otra parte, la exministra francesa reiteró, a preguntas de los diputados, que no se puede cancelar la deuda soberana adquirida por el BCE porque sería ilegal conforme a los tratados europeos, además de un "sinsentido económico" y una "ilusión contable".
Asimismo "minaría la credibilidad y la confianza" en la UE y el BCE, lo que en última instancia aumentaría los costes de financiación", dijo.