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El abogado señala que el exministro decidía sobre el entramado societario en el extranjero 

El testaferro Belhot: "Comprobé que el dinero era de Zaplana; él me dijo que era el dueño de los activos"  

Foto: KIKE TABERNER

Asegura que hizo llegar más de 2,3 millones de euros en efectivo, a través de cambistas, a la secretaria personal del exministro en ocho años

24/04/2024 - 

VALÈNCIA. El abogado uruguayo Fernando Belhot, testigo clave de la Fiscalía en el caso Erial, se ha ratificado este miércoles en el testimonio que ya realizó en la fase de instrucción de esta causa. Unas afirmaciones de especial relevancia porque suponen reconocer que era, en la práctica, el testaferro de Eduardo Zaplana en el extranjero. 

Belhot ha declarado en el juicio de este procedimiento, centrado en la presunta trama creada para el cobro de comisiones derivadas de la concesión de las Inspecciones Técnicas de Vehículos (ITV), realizadas en 1997 durante la gestión de Zaplana, y del Plan Eólico de la Comunidad Valenciana, puesto en marcha en 2003. El objetivo habría sido desviar esas cantidades al extranjero a través de numerosas sociedades para blanquearlas y, posteriormente, retornarlas a España. En total, ese desvío de dinero se cuantifica en 20,6 millones de euros.

El abogado ha relatado que conoció al también expresidente de la Generalitat a principios de 2009 por su condición de persona pública relevante en España y porque tenía cargo asimismo en Telefónica. "Me parecía alguien interesante para desarrollar el contacto en España por mi actividad profesional", ha señalado.

"Cuando lo conocí, me manifestó que un amigo suyo de la infancia, 'Pachano' (en referencia a Joaquín Barceló), había hecho inversiones en 2007 y 2008 fuera de España y que su asesor fiscal, Francisco Grau, le había montado unas estructuras societarias para realizar inversiones tanto en España como el exterior. Zaplana me pidió si yo podía opinar sobre esas estructuras que Grau había montado a Barceló y convocaron una reunión de los cuatro. Les dije que no podía opinar de las estructuras españolas porque no era experto en derecho español, pero sí les di mi opinión sobre la estructura que ya tenían en Luxemburgo, que era la sociedad Imison. Pensaba que no era una estructura óptima para el objeto que buscaban y les recomendé que fueran sociedades uruguayas las que realizaran la gestión de ese patrimonio porque cumplían mejor los requisitos: confidencialidad, secretos bancarios, etc. Todo eso le daba una gran protección jurídica a las inversiones", ha detallado. En definitiva, ha dicho, en Uruguay se podían constituir sociedades con carácter anónimo, de manera que el titular real no aparecía en ningún momento

Según Belhot, Grau mostró su discrepancia porque perdía el control y el protagonismo de esos activos. Y, ya posteriormente, comprobó "que el dinero del que hablábamos era del señor Zaplana": "Me dijeron que el dinero era de Barceló, pero luego comprobé que era de Zaplana. Él era el que tomaba las decisiones de las operaciones y él mismo me manifestó que era el dueño de la gran mayoría de esos activos, pero que no quería que trascendiera por su posición pública y por su carácter de lobby".

"Destruía los extractos de las cuentas para no vincularse a los activos"

El abogado, que entregó a la justicia española 6,7 millones de euros que estaban depositados en Suiza titulados por una sociedad uruguaya y que eran propiedad, según ha apuntado, del exministro, lo ha calificado como una persona "muy discreta". En todos los años de relación no le envió "ni un correo" y sus comunicaciones siempre eran por móvil. También era, ha añadido, "muy cuidadoso": " Destruía los extractos de las cuentas para no vincularse a los activos"

Con ello se refería a los movimientos de los fondos provenientes de las presuntas comisiones por las adjudicaciones públicas. Éstos fueron a parar en primer lugar a la sociedad Imison, radicada en Luxemburgo. Barceló se ha desvinculado de ella y de los Cotino porque, ha recordado, ya estaba constituida cuando conoció a Zaplana. Lo mismo ha indicado respecto a las creadas en España para el posterior retorno del dinero. 

A partir de su aparición y los contactos con el exministro y sus colaboradores, se creó un entramado societario internacional de empresas pantalla a través de las cuales se movía el dinero. Los activos se transfirieron, de este modo, desde Imison a otras sociedades para que acabaran siendo controlados por mercantiles uruguayas. 

Zaplana siempre ha defendido que Belhot tenía fondos en el extranjero y que no pertenecían a él. El abogado ha dicho lo contrario: "Nunca he tenido fondos en Andorra ni en Luxemburgo; yo administraba fondos de Zaplana".

Envió 2,3 millones en efectivo a la secretaria de Zaplana en 8 años

El testaferro ha admitido que cobraba un 0,75% anual del patrimonio administrado a sus clientes y que Zaplana quería que parte de su activo se mantuviera en líquido (algo sobre lo que él no era favorable) para sus gastos personales. 

En 2016 y 2017, ha asegurado, "se le envío bastante dinero en efectivo". De hecho, él mismo hizo llegar más de 2,3 millones de euros en efectivo, a través de cambistas, a la secretaria personal de Zaplana, Mitsuoko Henríquez, en ocho años. "Una vez producida la operación, (el exministro) me llamaba y me decía que los documentos habían llegado, que estaba todo correcto" ha dicho. 

El abogado ha señalado que fue el expresidente de la Generalitat quien le puso en contacto con Beatriz García Paesa, sobrina del espía Francisco Paesa, para que liquidase Imison y traspasase los activos de esta empresa (cerca de 8 millones de euros) a Disfey, una firma uruguaya con cuenta en Suiza.

A preguntas del abogado de Zaplana, Belhot ha negado que su confesión haya estado condicionada a su exoneración en este proceso. "Nunca en 9 años que conocí a Zaplana pensé que podría haber incurrido en los actos de los que se le acusa. Siempre me dijo que era dinero legítimo pero no declarado. Contra mí no podía haber nada, en Uruguay los actos de evasión fiscal no son delito y yo no he obtenido nada de forma ilícita", ha dicho.

La defensa de Zaplana le ha preguntado cómo es posible que con tres o cuatro reuniones y sin documentos gestionase los fondos que supuestamente pertenecían al exministro, a lo que éste ha respondido que "había confianza" y cree que "entendió" lo que le planteaba. 

Cuestionado sobre si el exministro le dijo qué hacer con esos fondos si le sucedía algo, Belhot ha contestado que sí: "Recuerdo una ultima conversación antes del trasplante, me dijo que ante la posibilidad de que le pasara algo me pedía que entrase en contacto con su hija mayor, que no sabía nada de esto pero que él lo hablaría con ella. Afortunadamente no tuve que hacerlo pero tenía el móvil de ella".

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