Benavent niega que Rus le diera órdenes para la adjudicación del 'call center' de la Diputación

VALÈNCIA. El exgerente de Imelsa Marcos Benavent ha negado este jueves que el que fuera presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, le diera órdenes para amañar la adjudicación del contrato del 'call center' de la corporación provincial, que fue a parar a Servimun, una empresa a la que se encontraba vinculado su exsuegro. 

López ha declarado en el juicio que se sigue por las presuntas irregularidades detectadas en ese proceso, y las cuales forman parte de una de las piezas separadas dentro del caso Taula. La investigación apuntó a que el contrato fue amañado y que la adjudicataria percibió de Imelsa 930.000 euros por ese contrato entre 2013 y 2016. En esta causa figuran un total de siete acusados.

Benavent ha asegurado que ni Rus ni él tuvieron participación alguna en la citada adjudicación. Sobre por qué dijo lo contrario en la instrucción de esta causa, ha insistido –como ha hecho en ocasiones anteriores– que la estrategia de su anterior defensa era "perjudicar a la mayor cantidad de gente posible" y por eso lo dijo. 

El exgerente de Imelsa ha señalado que la Diputación hizo una encomienda de gestión para el servicio del 'call center' que pasó por el pleno y, ante eso, la empresa pública "hizo lo que tenía que hacer, que era ponerse a trabajar". "Yo nunca entré en los motivos políticos de la encomienda de gestión. Se aprobó en pleno por parte de los grupos de la Diputación. Mi trabajo era que eso se pusiera en funcionamiento", ha indicado. 

En este sentido, ha hecho hincapié en que no estuvo en la mesa de contratación ni en ninguna reunión y tampoco sabe sus componentes. Eso, ha incidido, "era competencia del consejero delegado". Tampoco, ha dicho, recibió "nunca" al responsable de Servimun, Fernando Palomares, ni a su exsuegro, Mariano López –que la investigación apunta a que gestionaba la empresa en la sombra– antes de la adjudicación. "Supongo que cuando adjudicaron el contrato me enteré de que fue a parar a Servimun", ha comentado. 

En un momento dado y tras la puesta en marcha del 'call center', ha explicado que entró la responsable de personal de la Diputación, María Escrihuela, quien comunicó que había una serie de deficiencias en el servicio. "Eso creó una tensión a nivel interno, pedimos explicaciones a Servimun, empezamos a solicitar informes externos ante una posible cesión ilegal de trabajadores. Yo no tenía nada que ver en la supervisión del servicio. Después de los informes teníamos a la diputada Rosa Pérez (Esquerra Unida) preguntándonos por el servicio. A raíz de esa tensión vino todo lo que vino. Mariano López, para amortiguar todo eso, le llevó las cintas con los audios", ha afirmado.

"En ese momento, la relación con Mariano López no existía. La separación con mi exmujer fue normal, pero no sé que le pasó a este señor. Ante la opción de que se le pudiera desmontar lo que tenía montado se volvió loco y tiró por la calle de en medio. Se lo cogió como un tema personal y se lo llevó todo a Rosa Pérez y así estamos", ha remarcado.