VALÈNCIA. La delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, se ha erigido en los últimos meses como uno de los valores en alza dentro del PSPV-PSOE. La exconcejal del Ayuntamiento de València dejó su acta de edil en la recta final de la pasada legislatura para incorporarse, como propuesta del entonces presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en el puesto que actualmente ocupa. Un cargo más que relevante -es la tercera autoridad valenciana- especialmente en un contexto donde un partido político, como es el caso del PSPV, se encuentra en la oposición.
Bernabé tiene la misión de 'difundir la palabra' del Gobierno de Pedro Sánchez en la Comunitat Valenciana. Salir en defensa del ejecutivo central cuando llegan críticas por parte del Consell que preside el popular
Carlos Mazón y, de esta manera, conseguir poner en valor la gestión que se haga desde La Moncloa en pos de los intereses valencianos. Una tarea compleja para la que, no obstante, y en esto coincide prácticamente todo el PSPV, Bernabé tiene un perfil más que idóneo.
El papel exige entrega y sacrificio, pero también conlleva recompensas. Con la pérdida de las instituciones acaecida tras las elecciones autonómicas y locales de 2023, la delegada del Gobierno se quedó como la máxima autoridad socialista en el ámbito institucional de la Comunitat Valenciana. Esto provocó que su nombre incluso sonara como posible sucesora de Ximo Puig como secretaria general del PSPV-PSOE; es más, fue designada por el líder como 'número dos' del partido tras la derrota electoral. No obstante, Pedro Sánchez puso meses después el nombre de la ministra Diana Morant sobre la mesa y Bernabé, maniobró de inmediato para convertirse en su aliada, evitando las aventuras con las que sí amagaron otros aspirantes como el líder provincial del PSPV de Valencia, Carlos Fernández Bielsa, y el de Alicante, Alejandro Soler.
En este tiempo, la actividad de Bernabé se ha intensificado más si cabe. Morant, como miembro del Gobierno de España, no dispone de una agenda tan continua en la Comunitat Valenciana como correspondería a una líder del PSPV, si bien también posee la ventaja de ser ministra, lo que le permite un mayor altavoz mediático y la capacidad de interlocución directa con Pedro Sánchez y el resto del Gobierno para intervenir en cuestiones que afecten a la autonomía. Ese espacio en el día a día, sin duda, lo está ocupando en buena medida Bernabé, tanto para propagar la gestión del Ejecutivo central como para contragolpear ante los ataques del Consell de Mazón.
Un papel importante pero que en política no siempre es suficiente. Algo que la delegada del Gobierno sabe, por lo que también cuida las conexiones personales y políticas de cara al futuro más inmediato. Este lunes, logró organizar en su falla Fray J. Rodríguez-Pintor Cortina, en la que lleva más de 30 años, una comida veraniega con la agrupación socialista a la que pertenece Jesús-Patraix, a la que asistió el ministro de Transportes, Óscar Puente, que había acudido a la presentación de la autopista ferroviaria entre Madrid y el Puerto de València.
Una cita en la que se congregaron más de 300 personas, la mayoría militantes de base pero también referentes del partido: desde el expresidente de la Generalitat Joan Lerma; los exsecretarios generales del PSPV Ignasi Pla y Jorge Alarte; el secretario de Organización del PSPV, Vicent Mascarell; el portavoz en Les Corts, José Muñoz; el exsíndic Manolo Mata; el líder de las Juventudes del PSOE, Víctor Camino; el actual portavoz en València ciudad, Borja Sanjuán, y todo el equipo de ediles del consistorio; el diputado nacional Vicent Sarrià; la senadora Rocío Briones; el exconcejal Joan Calabuig... además de otras personalidades como el secretario general de la UGT-PV, Ismael Sáez; o el presidente de la FSP-UGT-PV, Luis Lozano.
El éxito de la convocatoria revela, ya no sólo la popularidad del dirigente gubernamental y la buena salud de la agrupación dirigida por Alessio Curti, que también intervino en el acto, sino también la capacidad de convocatoria de la propia Pilar Bernabé, que fue la principal artífice en la preparación del encuentro, que sirvió para agasajar al probablemente ministro más mediático del gobierno liderado por Pedro Sánchez y que, además, dispone del mayor poder en inversiones que interesan a las comunidades autónomas.
Un movimiento que pone de manifiesto el nivel de intensidad con el que Bernabé se está empleando en su puesto, lo que le está sirviendo para que su figura se venga reforzando en Madrid. Más allá de las efusivas palabras de elogio y respaldo que le dedicó Puente en el acto del lunes, la delegada del Gobierno viene apuntalando los cimientos en su relación con el ejecutivo central para las siguientes citas políticas en el calendario. Muchos la señalan como futura candidata al Ayuntamiento de València en las elecciones de 2027; si bien existiría un paso previo mucho más próximo -quizá a un año vista- que sería el congreso del PSPV en la capital, donde debería producirse la sucesión de Sandra Gómez.
Al mismo tiempo, tampoco se descarta que, en un momento dado, Pedro Sánchez pudiera adelantar las elecciones generales. Una situación compleja porque, dependiendo del resultado, Bernabé podría continuar o no como delegada del Gobierno, dado que es un cargo que nombra el partido que gana las elecciones y ocupa La Moncloa. Una serie de incógnitas todavía no resueltas que ayudan a comprender que dirigentes con proyección como la exconcejal, busquen reforzar lo máximo posible su posición con La Moncloa y Ferraz de cara a futuros retos.