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mitin multitudinario de més compromís en el olympia

Bienvenido, Mr. Errejón... ¿O Mr. Baldo?

3/11/2019 - 

VALÈNCIA. Eran las once de la mañana del primer y último sábado de campaña antes del 10N. El Teatro Olympia de València se preparaba para acoger el acto central de Més Compromís-Más País. Baja exigencia para los más dormilones. A una hora del inicio, decenas de asistentes ya formaban cola y advertían a sus conocidos de que, con toda probabilidad, los asientos iban a estar más cotizados de lo esperado. Y no se equivocaban: la coalición acabó llenando este sábado las más de 1.000 plazas del teatro y se vio obligada a dejar fuera a parte del público.

Sólo hubo banderas en las primeras filas: banderas de Compromís y de la Comunitat. La mitad posterior de la platea quedaba reservada para aquellos que habían tenido a bien acercarse a la capital en autobús desde otros lugares del territorio valenciano. Fundamentalmente, el público se nutrió de las filas de la coalición valencianista. Así, el partido de Íñigo Errejón tiró del músculo de Compromís en la Comunitat para exhibir su fuerza. Y tanto fue así que, aunque la presencia del líder de Más País causaba expectación, a la postre, los más jaleados fueron los dirigentes de la coalición valencianista: especialmente la vicepresidenta de la Generalitat Valenciana, Mónica Oltra y el número uno de la lista por Valencia al Congreso, Joan Baldoví; pero también el alcalde de València, Joan Ribó; e incluso el portavoz de Els Verds y conocido concejal de Movilidad en València, Giuseppe Grezzi.

Foto: EDUARDO MANZANA

El panorama en el teatro ya avanzaba que a Pedro Sánchez le iban a pitar los oídos. Dos pantallas led vestían el escenario y recordaban con un contador que han pasado ya más de 188 días sin un gobierno en España, y subiendo. La presencia de Más País, en lo simbólico, se circunscribía a su logo estampado en la lona principal. La misma que presentaba un eslogan astutamente elegido, invariable tanto en castellano como en valenciano. 'Acordar, la política útil', otro dardo a los socios preferentes, PSOE y Podemos, entre los que Más País busca hacerse un hueco a modo de 'tercera vía' de la izquierda.

La coyuntura no es la más propicia: las encuestas no otorgan grandes resultados a la coalición federal liderada por Errejón. El último CIS arroja cuatro diputados, dos de ellos en la circunscripción de Valencia. Más País se enfrenta al reto de ilusionar a contracorriente. El líder copó telediarios y periódicos al anunciar su concurrencia al 10N, pero parece haberse deshinchado y debe luchar sin contar con la potencia mediática de los debates electorales y sepultado por la tensión en Cataluña. El objetivo, por tanto, es humilde: conseguir grupo propio en el Congreso de los Diputados. Algo nada sencillo atendiendo a que requiere, al menos, el 5% de apoyos sumando las circunscripciones a las que se presente. Pero la tendencia es a la baja: si los sondeos le auguraron alguna vez un 6% de los votos en general, ahora ronda el 4%.

Foto: EDUARDO MANZANA

Para sobreponerse, la UTE electoral quiere exprimir el cansancio del votante y acabar con el bloqueo político. Ese fue el leitmotiv del mitin. La entrada la dio Cristina Mollà, asesora en el Ayuntamiento de València, que calentó al personal recordando el tiempo que lleva España sin gobierno. "Este es el contador de los trabajadores, de los pensionistas, de los dependientes, de los jóvenes que buscan oportunidades, de familias ahogadas por las hipotecas, del planeta", enumeró.

Las cuentas se iban sucediendo en las pantallas: mientras que no había gobierno, los valencianos hemos dejado de recibir 409,6 millones por la falta de un sistema de financiación justo, se han emitido 168,2 millones de toneladas de CO2 en toda España, 2.600 euros ha perdido un pensionista porque no se ha revalorizado su pensión, y una empleada ha trabajado 1040 horas, de las que se habría ahorrado 181 horas con la propuesta de semana laboral de Más País. Y subiendo.

"188 días de políticos inútiles que nos han traído a esta cita electoral", sentenció Mollà. Fervor en la sala para traer a los líderes a escena bajo los vientos de una sintonía a la que Compromís parece haberle cogido afecto: la banda sonora de 'Regreso al futuro'. Emotiva por triunfal, ya protagonizó la victoria de Ribó en las municipales. Además de los mencionados, accedieron al escenario entre vítores también los cabezas de lista de Alicante y Castellón, Ignasi Candela y Marta Sorlí, así como la concejal de Ahora Madrid y portavoz de Equo Madrid, Inés Sabanés.

Foto: EDUARDO MANZANA

Destacó la intervención de Candela al proponer que la campaña "no ha de ir de reproches". La cita, sin embargo, se revistió de un reproche constante a la falta de entendimiento entre socialistas y a podemistas. Como contrapunto, Sorlí puso a Compromís como "garantía de acuerdo y de consenso". Todos tuvieron su momento sobre el escenario. También Giuseppe Grezzi, quien se dio un baño de masas tras semanas en el candelero por el escándalo de la estafa millonaria sufrida por la empresa que preside, la EMT de València. Se reivindicó como pilar ecologista en la coalición contra un "modelo depredador" y cargó contra la ampliación del puerto, contra la ZAL, contra Intu Mediterrani. Cada proyecto, una ovación del público como rechazo. "Somos un peligro para los de siempre", insistió.

El plato fuerte que había preparado la jornada era Íñigo Errejón. Ya había estado en 2015 en el mismo escenario, pero entonces de la mano de Podemos. Ahora hasta llamó Pimpinela a la dupla formada por el líder del PSOE, Pedro Sánchez, y su antiguo compañero de bancada en la formación morada, Pablo Iglesias. "Si repiten el mismo camino, repetirán los mismos resultados", advirtió acerca de su falta de acuerdo. Asimismo, dejó entrever que con él las cosas serán más fáciles al señalar que no comparte la postura de Iglesias, a quien reconoce "honesto" por pedir ministerios en el acuerdo con el PSOE. "No comparto su posición, pero ha sido honesto", explicó.

Foto: EDUARDO MANZANA

Errejón viene a hacer política útil. De ahí que se mostrara irritado con la política del zasca, con la política del meme. "Al PP no hay que darle zascas, hay que mandarle a la oposición, y a los señoritos de Vox, no hay que darles zascas, lo que hay que hacer es no regalarles segundas oportunidades", razonaba en la tarima. Así pues, el líder de Más País fue más allá e instó a Sánchez e Iglesias a apartarse si no pueden ponerse de acuerdo tras el 10N. "Si no hacemos nuestro trabajo, si no estamos a la altura, todos deberíamos dar un paso atrás y dejar paso a gente que sepa. Ahí está mi compromiso, espero que recojan el guante".

El dirigente madrileño sabía muy bien dónde estaba y a quién se dirigía en el Olympia. Hizo buena parte de su intervención en catalán -aunque manifestó alguna pequeña laguna- y no se olvidó de introducir alguna referencia que otra para conectar con la cultura valenciana y citó al poeta Vicent Andrés Estellés y su "no hi havia a València dos amants com nosaltres". Y los amantes, en este caso, eran Compromís y Más País.

Pero fueron Baldoví -"Baldo", aclamaba el teatro- y Oltra quienes consiguieron arrancar las risas más sinceras, poner en pie el teatro. "¿De qué sirve la pureza ideológica si no podemos llevar a la práctica que la gente de nuestro país viva un poco mejor?", se preguntó la lideresa de Compromís, quien criticó que en la política española haya habido "mucha testosterona y poca oxitocina". "Señores, señoros", apostilló. Y en cuanto a la batalla entre Sánchez e Iglesias apuntó que "la política no está para ganar el relato sino para cambiar la sociedad".

Foto: EDUARDO MANZANA

"¿Quién en su sano juicio pudiendo ser presidente le da una segunda oportunidad al trifachito?", ironizó Oltra. "Hay que descarbonizar la economía y descabronizar la política", sentenció, para reivindicar más tarde grandes logros del gobierno valenciano, especialmente de las consellerias de Compromís: Xarxa Llibres, becas, la Renta Valenciana de Inclusión, etcétera. "La revolución de las pequeñas cosas" que llamó ella, algo que instó a continuar haciendo tras "llenar las urnas de sonrisas" el próximo 10 de noviembre para "dar la campanada".

Fue el dirigente de Sueca, Joan Baldoví, el que cerró el acto con gran acogida. Se lanzó con no poca ocurrencia a comparar a Sánchez y a Iglesias con dos ciervos que se embisten sin cesar y que "a veces, acaban muriendo uno y otro". La política "de los ciervos enganchados", dijo, "antepone las siglas del partido al bien común". Instó también a Sánchez a dejar de mentir "diciendo que no va a pactar con la derecha", porque "dice más mentiras que el 'Parro'" y a veces "parece Pedro y el lobo". En ese sentido, hizo hincapié en que los "beneficiarios" de la repetición son los líderes del PP y Vox, Pablo Casado y Santiago Abascal, mientras que los "perjudicados" son los ciudadanos que sufren que "todo esté paralizado".

Foto: EDUARDO MANZANA

Por otro lado, Baldoví tuvo que salir en defensa del acuerdo coyuntural con Más País tras presenciar cómo un asistente levantaba una pancarta acusando a ambas formaciones de dividir el voto de la izquierda"Es un acuerdo donde estamos cómodos" porque, subrayó, es un pacto "entre iguales", pareció dirigir a Podemos, a quien recordó por no haber entrado en el Ayuntamiento de València y se preguntó si sus votos no habían dividido a la izquierda en la ciudad. "Tienen legitimidad para presentarse, igual que nosotros, que estamos aquí desde mucho antes que algunos vinieran", sostuvo el dirigente de Compromís.

El mitin puso de relevancia que, pese a la presencia de Errejón sobre el estrado, Compromís fue, liderado por Joan Baldoví, Més Compromís que nunca, llevando la voz cantante en asuntos de financiación, y poniendo su músculo y su implantación en el territorio valenciano -algo de lo que carece Más País- al servicio del objetivo de la UTE: alcanzar, al menos, los dos diputados por Valencia y conseguir representación por Alicante y Castellón. Todo ello es lo que se extrajo tras dos horas más sin gobierno, 200.000 euros más adeudados a los valencianos, 71.000 toneladas de CO2 vertidas a la atmósfera, 1,20 euros que escaparon al bolsillo de los pensionistas, y tras media hora trabajada por la empleada -de la que se podría haber ahorrado cuatro minutos con la reforma de la jornada laboral-.

Foto: EDUARDO MANZANA

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