La jornada de la constitución del Parlamento autonómico deja una sorpresa: los populares ceden parte de sus votos a Compromís para que tengan un miembro en la Mesa a costa del PSPV
VALÈNCIA. Les Corts Valencianes ya han iniciado su XI legislatura. Y los diputados han estrenado asiento y material. Como cada comienzo de curso, en la jornada de este lunes hubo de todo: reencuentros, abrazos, besos, desubicación y caras largas. Toda la mezcla de sensaciones que puede deparar una sesión del Parlamento autonómico. La derecha iba contenta. La izquierda no. La derecha salió contenta. Y la izquierda no.
El pleno estaba fijado para las 10.30 horas. Pero un rato antes Vox había convocado a los medios de comunicación en la puerta de Les Corts. Habló su líder, Santiago Abascal, quien confirmó la no-sorpresa –porque luego sí hubo– del día: la diputada Llanos Massó iba a ser su propuesta para presidenta de Les Corts. Pocas horas después se convertiría en la segunda autoridad de la Comunitat Valenciana.
Abascal, quien llegó a las puertas del Parlamento en mitad de una protesta de asociaciones feministas, sacó pecho del acuerdo de Gobierno alcanzado con el PP para la Generalitat. Es, dijo, un "buen ejemplo" para "toda España" y para el Ejecutivo central. También calificó de "buen paso" la rectificación de la candidata popular en Extremadura, María Guardiola, quien ha rebajado el tono con Vox y aludió a un acuerdo programático con este partido tras asegurar que no los dejaría entrar en el Gobierno.
Abascal felicitó igualmente al futuro presidente de la Generalitat, el popular Carlos Mazón, y al futuro vicepresidente y conseller de Cultura, Vicente Barrera. "Este es un acuerdo que no solo es sensato, sino que es muy razonable y que creemos que da satisfacción a los electores del Partido Popular, a los electores de Vox e incluso a muchos electores de izquierda que, cuando vean la acción de gobierno, comprobarán cómo no tenían tantos motivos para preocuparse ante lo que ha sido un proceso de demonización brutal de Vox", señaló. Así, citó como prioridades la "libertad lingüística" y "la libertad de los padres para educar a sus hijos conforme a sus convicciones" y destacó que el nuevo Consell "va a defender la agricultura, va a proteger la industria, va a defender lo nuestro y va a dedicarse a los problemas concretos de los ciudadanos".
Abascal departió con los diputados de su formación en la cafetería de Les Corts hasta que se hizo la hora del pleno y subió a la tribuna de invitados. Y comenzó la sesión. Sus señorías ocuparon los asientos, provisionales, según la representación obtenida. A diferencia de hace cuatro años, cuando el hemiciclo fue el más numeroso hasta la fecha en cuanto a número de partidos, Unides Podem y Ciudadanos han dejado de estar representados y hay cuatro grupos.
En la bancada de la izquierda, los parlamentarios más familiarizados con la Cámara daban breves explicaciones a sus compañeros. Los consellers salientes del Botànic también acudieron. Algunos con expresión de que estaban allí por un trámite que, cuanto antes terminara, mejor.
En la tribuna de invitados había cargos destacados. Muchos del Consell, varios de Vox sin escaño y el ya expresidente del Parlamento, Enric Morera (Compromís), quien observó a su sucesora.
La sesión se dirigió desde una mesa de edad presidida por el diputado más mayor –el socialista Carlos Laguna– acompañado del parlamentario y la parlamentaria más joven como secretarios –Francesc Roig y María José Calabuig, ambos de Compromís–.
A continuación, cada uno de los 99 representantes juró o prometió acatar la Constitución y el Estatut d'Autonomia. Algunos lo hicieron con fórmulas propias, como el diputado de Vox José María Llanos, que lo juró "por España"; la consellera en funciones de Compromís Isaura Navarro, que prometió "por la Madre Tierra y la Igualdad"; o la parlamentaria de la coalición Mónica Álvaro, que prometió "por el País Valencià".
Los diputados votaron, seguidamente, la presidencia de Les Corts. La candidata de Vox, Llanos Massó, fue la elegida con un total de 53 apoyos (los de su partido y los del PPCV). Mientras, el PSPV llevó la propuesta de Laura Soler, que obtuvo 31 respaldos. Compromís votó en blanco.
En la ficha de diputada autonómica de Massó figura que es ama de casa y madre, que tiene un diploma de Audioprótesis, una diplomatura en Ciencias religiosas y estudios de Ciencias físicas por acabar. Su actividad parlamentaria durante la última legislatura ha estado centrada en el ámbito educativo, donde ha cargado duramente contra el Consell del Botànic y su política de lo que considera "adoctrinamiento en las aulas".
En las 639 iniciativas que ha presentado como parlamentaria se recogen propuestas como "reforzar la inspección educativa para garantizar la calidad de la enseñanza y la ausencia de intromisiones ideológicas", "garantizar una educación en la lengua oficial del Estado", "garantizar la aplicación de políticas educativas que respeten y reconozcan las tradiciones, cultura e historia de nuestra Nación".
Massó ha sido una firme defensora del llamado pin parental, una medida muy defendida por Vox. De hecho, en el pacto programático para la Generalitat abren la puerta a ello en uno de sus puntos: "Los padres elegirán libremente y en su caso autorizarán el contenido de las actividades extracurriculares". En ese mismo acuerdo, se comprometen a reforzar la inspección para "la ideología de las aulas y permitiendo que los padres elijan la educación de sus hijos".
Uno de los momentos más polémicos de los protagonizados por la diputada en Les Corts fue cuando, para criticar el contenido de educación sexual en algunos libros de texto, mostró imágenes de diferentes tipos de penes. Massó estuvo vinculada a la plataforma Hazte Oír, se posiciona contra el aborto y se define como adversaria de lo que considera "feminismo radical".
Todos estos asuntos, sin embargo, no estuvieron apenas presentes en su discurso tras ser elegida presidenta de Les Corts. Su intervención tuvo un carácter más institucional para tranquilidad del PPCV, que teme cada salida de tono de su nuevo socio de Gobierno –máxime tras la del diputado José María Llanos, quien afirmó que la violencia de género "no existe"–. Los populares confían en que Vox modere su discurso público y logren una unidad de mensaje en el Consell, algo que no parece nada sencillo.
Massó juró el puesto en valenciano como "presidente" de Les Corts –ha usado esta fórmula masculina en numerosas ocasiones con el 'señora presidente'– y afirmó, ya en castellano, que asume el cargo "con alegría y responsabilidad". Indicó que contribuiría a un debate "libre, vivo y constructivo", para lo que pidió a los 99 diputados "no temer la confrontación". Tras agradecer a Carlos Mazón "facilitar el entendimiento y la gobernabilidad respetando el veredicto de las urnas", se comprometió a ejercer como presidenta con el "máximo respeto" para que los valencianos "se sientan representados y orgullosos". "De nosotros depende y a todos les pido estar a la altura", señaló.
La presidenta de les Corts destacó que se esforzará por "ganar el respeto y consideración" de los que no han apoyado su candidatura porque la democracia se basa "en el legítimo juego de las mayorías". Igualmente, apostó por "ser capaces de encontrar puntos donde confluye la voluntad predominante para intentar ampliar consensos con honestidad y vocación constructiva, sin despreciar per se la diferencia ni combatiendo la verdad desacreditando".
Los ciudadanos, comentó, "quieren que les demos respuestas, no dolores de cabeza", remarcó, tras aludir a problemas de la gente como la sanidad, la educación, la soledad no deseada o la competitividad de la industria. Pidió así a Les Corts que velen por "las libertades y la seguridad de las mujeres, en especial las menores tuteladas por la Generalitat". "Nuestro deber es reprobar a los que las dejaron indefensas ante violadores o proxenetas", insistió, y rechazó "discursos que amparen o promuevan la violencia contra mujer". Eso sí, sin mencionar la violencia de género y machista.
Toda la sesión se estaba desarrollando de manera previsible hasta ese momento, sin apenas sobresaltos. Pero tras el discurso de la nueva presidenta de Les Corts, comenzaron las votaciones del resto de miembros de la Mesa (un total de cinco) y llegó la fiesta. Con Vox en el cargo más elevado, el PPCV tenía a dos representantes –que fueron Alfredo Castelló como vicepresidente primero y Víctor Soler como secretario primero–. En teoría, los otros dos iban a corresponder al PSPV, que ya había anticipado que en sus planes no estaba cederle un puesto a Compromís.
Pero entró en juego el factor PPCV de manera discreta. Los populares llegaron bajo mano a un pacto con Compromís para que finalmente la coalición sí tuviera un representante. Así, este lunes cedieron los votos exactamente necesarios (18) para que saliera adelante su candidata a la secretaría segunda de la Mesa: la vicepresidenta en funciones de la Diputación de Valencia, Maria Josep Amigó. Los socialistas habían propuesto a la consellera Gabriela Bravo –quien ostentará la vicepresidencia segunda– y a Josefina Bueno. Esta última quedó apeada con un voto de diferencia respecto a la candidata de Compromís.
Las caras en la bancada del PSPV fueron un poema, entre las miradas cruzadas de unos y otros que no sabían ni dónde posar los ojos. Los encargados de expresar el desconcierto fueron Arcadi España y Rebeca Torró, quienes apuntaron que se habían quedado "perplejos" con la jugada de Compromís.
Torró incluso acusó a Mazón de "ladrón" en un tuit por lo ocurrido y la impresión de que les había robado un puesto. Los socialistas consideraban que éste era suyo desde el inicio y aludían al reglamento de Les Corts, donde realmente no figura que a ningún partido le corresponda lugar alguno, sino que los grupos pueden elegir básicamente a quien les plazca en virtud de una serie de mayorías sujetas a acuerdos. De hecho, en la pasada legislatura dejaron a Vox fuera de la Mesa.
Lógicamente, Compromís no lo ha vendido públicamente como un entendimiento con el PPCV, sino como algo similar a que los populares han votado a la candidata de la coalición o bien por ciencia infusa o para hacer una jugada sin participación alguna de ellos. Sin embargo, fuentes conocedoras de las negociaciones admiten que habían mantenido conversaciones al respecto. Eso sí, sin que prácticamente se enterara nadie hasta el día de ayer lunes. Desde la coalición reprochan a los socialistas su intentona de dejarlos fuera.
Con ese buen rollo de los hasta ahora socios del Consell finalizó la sesión. Ya advirtieron de que no tenían por qué ser compañeros en la oposición. La izquierda peleada y el PPCV henchido por sus logros pese a los resbalones anteriores, salió exitoso de la jornada. La siguiente cita será para la investidura de Carlos Mazón, probablemente la semana del 17 al 21 de julio.