ELCHE. La startup ilicitana Bioferric Ink, del Parque Científico de la UMH ha comenzado recientemente pruebas en su planta piloto para poder validar su tecnología de recubrimiento de micropartículas para depurar el agua de efluentes industriales y revalorizar los contaminantes con un producto mínimo viable semiindustrial. En este camino, han decidido relegar la extracción magnética en su proceso para limpiar aguas y apostar por un nuevo adsorbente. Este desarrollo forma parte del proyecto llevado a cabo para la empresa Facsa.
Así, tal y como afirman desde el proyecto emprendedor de la provincia de Alicante, están llevando a cabo un "gran avance" en el desarrollo de su tecnología. Según exponen, "hace ya unos meses que nos dimos cuenta de que la fuerza de la tecnología desarrollada por Bioferric Ink no se encontraba en que el agente que utilizábamos fuese magnético, sino en los procesos de recubrimiento que aplicábamos -por lo que hemos obtenido nuestra patente-, y su versatilidad tanto para distintos soportes como para adsorber compuestos con características muy distintas".
En este sentido, según explican desde la startup en el Parque Científico de la UMH, han decidido no continuar basando su proceso en extracciones magnéticas, sino en aplicar su agente adsorbente como otros materiales que ya existen en el mercado -carbono activo o zeolitas, entre otros-. Así, lo añaden en el efluente, agitan la mezcla y "vemos el futuro de la tecnología como un tipo de filtro de arena optimizado, barato, sencillo e industrializable, que nos permita poder responder a las exigencias y necesidades reales de la industria".
Con esta evolución, en la startup han buscado "el valor diferencial de nuestro producto frente a los adsorbentes que ya existen en el mercado, esa característica exclusiva de nuestro producto que permitiese aportar un valor extra" y mantienen que lo han conseguido. "En nuestro caso, al estar todos los contaminantes adsorbidos sobre los recubrimientos presentes en la superficie, hemos podido desarrollar en este proyecto un proceso químico-mecánico muy sencillo para que los residuos se liberen de forma sólida en el medio, pasando ahora el problema de la contaminación, desde miles de litros de agua contaminada, a unos pocos kilos de residuo sólido". De este modo, afirman que su tecnología puede abaratar los costes de gestión de residuos a empresas por su adsorbente patentado.
El plan en Facsa consiste en el tratamiento de 100 litros de agua contaminada por metales pesados disueltos y obtenida de un proceso industrial real. Esta prueba de concepto se lleva a cabo gracias al apoyo de la compañía Brigman y con Circular Valley. De este modo, quieren validar su proceso fuera del laboratorio y demostrar la viabilidad técnica de su tecnología como un proceso de depuración eficiente para aguas industriales.