VALÈNCIA. (EFE) Un equipo de investigadores de la Universitat Politècnica de València (UPV) lidera y coordina un proyecto europeo cuyo objetivo es aprovechar la biomasa de los bosques mediterráneos para reducir el riesgo de desastres naturales, principalmente los incendios forestales, contribuir a mitigar el cambio climático y favorecer la economía rural.
La idea es aumentar el aprovechamiento de la biomasa forestal, cada vez más abundante por el abandono de los campos y su desuso, para crear productos más duraderos y de mayor valor añadido, especialmente en la construcción, que den una salida económica viable al mundo rural, a la vez que mitigar el cambio climático al retener por más tiempo el carbono en las maderas, y reducen el riesgo de incendios.
El proyecto, liderado por Pau Brunet, se denomina MeFACC (Mediterranean Forest products Against Climate Chang, en sus siglas en inglés), está financiado por EIT Climate-KIC y en él también participan investigadores de la Universitat de València (UV).
En los últimos diez años España ha sufrido una media anual de más de 14.000 incendios forestales, que han quemado más de 100.000 hectáreas anuales -equivalente a 200.000 campos de fútbol- y ahora el equipo de Brunet plantea una estrategia para prevenirlos.
El investigador explica a EFE que la madera de los bosques mediterráneos es de baja calidad, con "diámetros pequeños y grandes curvaturas, que no permiten hacer tableros de grandes medidas, lo que hace que al final acaben utilizándose en productos de baja calidad", como papel y palés, o en energía.
Además, añade que la migración interna a las ciudades en busca de oportunidades laborales ha provocado un abandono de los campos y de los usos tradicionales de los bosques, que ha ocupado esos espacios abandonados, con lo que hay "un aumento importante de la biomasa" y mayor riesgo de incendios, un problema creciente por el cambio climático debido a los periodos de sequía más pronunciados y el aumento de las temperaturas.
El objetivo del estudio, que se prolongará hasta final de año, es analizar cuáles son los productos que se producen actualmente con la madera que se extrae de los bosques mediterráneos y "tratar de ver cuáles son los productos innovadores que se pueden hacer a partir de esa biomasa para darles más calidad y aumentar así la madera extraída", lo que permitiría limpiar estos espacios y reducir así el riesgo de incendios.
El profesor de la UPV Jose Vicente Oliver explica que esta iniciativa quiere "contribuir a la reducción de los incendios forestales en climas mediterráneos sin necesidad de subsidios".
"Nuestro objetivo es aprovechar la biomasa que se acumula en los bosques con el fin de mejorar la vitalidad de las masas forestales, apoyar la bioeconomía rural y mitigar el cambio climático", añade.
El proyecto MeFACC, que comenzó a principios de mayo, permitirá evaluar el "potencial efecto mitigador del cambio climático de estos productos como sumideros de carbono y como sustitutos de materiales alternativos con mayores requerimientos energéticos y con base de combustibles fósiles", apunta el investigador.
El equipo de investigadores de ambas universidades valencianas incide en que si se consigue dar una salida económicamente viable a la biomasa forestal de baja calidad, "no solo se estará revitalizando la economía rural, sino que también se estará promoviendo una economía baja en carbono y la reducción del riesgo de incendios forestales".
En ese sentido, Brunet explica que la madera tiene una "función de almacenaje de carbono" mientras el árbol está vivo o el producto esté en uso.
"Si usamos esta madera para hacer productos que tienen una duración corta de su vida útil, el carbono está poco tiempo secuestrado en producto; en cambio, si aprovechamos la madera y le damos un uso de vida más largo, secuestramos este carbono durante un mayor tiempo y damos así un mayor efecto mitigador del cambio climático", argumenta.
Brunet resalta que están surgiendo nuevos productos ("engineered wood products") que "son maderas de un tamaño equis, encoladas entre ellas para ofrecer productos más grandes y de características más uniformes" y adaptadas para la construcción, y que se podrían hacer a partir de esta biomasa.
"Además, con el aumento de la conciencia de sostenibilidad, la madera como producto de la construcción está adquiriendo más relevancia", concluye.