Un hogar para Simone Fattal
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VALÈNCIA. Fue en julio de 2017 cuando la Fundació Per Amor a l’Art abrió el que, hasta ese momento, era una de las grandes apuestas en el mundo del arte desde el ámbito privado: Bombas Gens. El centro de arte venía avalado por una colección que se venía amasando durante años, tutelada por Vicente Todolí, y con la dirección de Nuria Enguita, un proyecto que se quiso poner a la cabeza de la gestión cultural no solo con sus propuestas expositivas sino también con sus proyectos vinculados a la educación y la mediación cultural. De ese proyecto lo cierto es que, cinco años después, queda la sombra, pues la realidad del centro en 2022 es bien distinta: la colección de arte se da por cerrada, gran parte del equipo fundacional ya no forma parte del proyecto y el centro se encuentra en un contexto de búsqueda de “sostenibilidad”, tal y como confirmó Susana Lloret, vicepresidenta de la Fundació Per Amor a l’Art, que apunta a un nuevo escenario en el que el presente contexto económico no parece ayudar.
Esta búsqueda de "sostenibilidad" en el proyecto, sin embargo, es mucho más profunda de lo que pudiera parecer. Tal y como avanza el diario El Confidencial y ha podido confirmar Culturplaza, la Generalitat Valenciana está dispuesta a ‘salvar’ el futuro del centro expositivo, para lo que se encuentran en un proceso de negociación que pasa por que el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) se convierta en un agente clave para la gestión de sus fondos o incluso del espacio privado. "Por parte de la Consellería y del IVAM se busca un encaje real para mantener la coherencia y el discurso artístico de nuestro museo de referencia de arte moderno", han declarado desde el departamento de Raquel Tamarit. "Hay que respetar los términos en que se pueda asimilar la propuesta, estudiarla bien y buscar las mejores condiciones sociales y económicas del posible acuerdo en coherencia con los mandatos que rigen los criterios de gestión cultural pública, que se debe, ante todo, a los valencianos y las valencianas".
En este sentido, desde Conselleria confirman que el proyecto parte de una propuesta de la fundación privada, una propuesta que Cultura de la Generalitat "ha atendido" con el fin de "buscar vías que permitan una colaboración que den un nuevo sentido al centro cultural Bombas Gens", aunque por el momento los detalles y términos del acuerdo "no están fijados". "Queda aún camino por recorrer ante esta posibilidad. Desde el punto de vista de la administración pública, tanto los términos del posible acuerdo de protección y difusión de los fondos artísticos, como del funcionamiento del centro están por definir".
Lo cierto es que estas negociaciones entre la fundación privada y la administración autonómica se han desarrollado con intensidad en los últimos meses, tal y como ha podido saber este diario, negociaciones que no son pocos complejas, pues no son pocas las fórmulas sobre la mesa, entre las que está la donación de la colección privada, la venta... Además hay otras dos cuestiones no menores a tener en cuenta: por un lado, que el IVAM está en pleno proceso de gestación de su nueva sede, que se ubicará en el Parc Central, un gran proyecto que consumirá una buena parte de sus recursos; por otra parte, el aspecto político, pues el gobierno autonómico deberá defender su participación -sea cual sea la fórmula- del proyecto privado. En este sentido, Cultura explica: "En todo momento se barajaran las posibilidades bajo esta premisa: que pueda enriquecer al conjunto de nuestra sociedad y no que sea una mera operación para salvar un proyecto privado con los recursos públicos de los valencianos y las valencianas".
A pesar de su juventud, la trayectoria del centro no ha sido sencilla, especialmente en su etapa más reciente. Tras la salida de Enguita de la dirección del centro, la Fundación ejecutó una ‘refundación silenciosa’, un periodo en el que no pocos miembros del equipo que formaban parte del proyecto acabaron saliendo, tal y como desveló Culturplaza, entre ellos algunas caras conocidas del mundo del arte como Sonia Martínez, ahora directora adjunta del IVAM, o Carles Ángel Saurí, ahora director del Espai d’Art Contemporani de Castelló-EACC. La salida más reciente, y quizá la más sonada, fue la de Vicent Todolí. Fue este diario también el que avanzó el distanciamiento del asesor del proyecto original de Bombas Gens, algo que confirmaba la propia Fundación el pasado mes de julio: "Su labor ha terminado, ya que es una colección que ya no va a seguir creciendo, aunque sí va a continuar dándose a conocer dentro y fuera de Valencia de la mano de Sandra Guimaraes”.
La pandemia fue el principio del reajuste de personal y, también, por lo que respecta a la actividad interna del centro, un cambio motivado también por la enfermedad del empresario José Luis Soler, presidente de la fundación. “Adaptamos la actividad a las circunstancias […] Hemos vivido una transformación a la que ha ayudado ir a un ritmo más lento”, explica Susana Lloret en una entrevista publicada el pasado mes de junio por la revista Plaza. De esta forma, en los últimos meses ha reducido considerablemente su actividad artística, potenciando eso sí su ámbito social y ampliando su campo de acción como sede de eventos externos.
En estos cinco años de vida el centro se había convertido en ejemplo de acción privada en el mundo del arte, un lustro de actividad en el que ha acogido exposiciones relevantes como Remains, de la artista india Sheela Gowda; la muestra en torno a la obra de la sueca Anna-Eva Bergman o Infraleve, de la valenciana Inma Femenía, que abrió sus puertas unas horas antes de que decretaran el confinamiento.
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