VALÈNCIA. Punto y seguido al Estado de Alarma. La nueva normalidad nos trae libertad de movimiento entre comunidades y también calor, las ganas de playas y los visitantes madrileños. Sí, la gente de Madrid vendrá a nuestras costas y los valencianos como buen pueblo acogedor, les diremos Bon dia! (Siempre que el Tribunal Supremo nos deje).
Y es que anda la cosa revuelta. Se acaban las Fases y eso de poder moverse entre comunidades trae a más de uno de cabeza con sus filias y fobias internas. Al parecer, las secuelas de esa fuga irresponsable de madrileños a sus apartamentos que se dio al principio del confinamiento no se ha curado del todo y claro, pues ya hay excusa para la confrontación y el debate absurdo.
Bueno, en verdad es algo que le ha venido en gana a una parte de los políticos madrileños, que han sacado a relucir ante la opinión pública una supuesta ‘Madrileñofobia’ social tras las declaraciones del gallego Núñez Feijóo o las del murciano Fernando López Mirás, quienes mostraban cierto recelo al turismo masivo que desde Madrid les llega a sus comunidades.
Por lógica, este tipo de confrontación se dispara con facilidad en redes sociales y ha derivado en diversos focos de conversación (con Twitter como escenario principal) sobre el comportamiento masivo del turismo madrileño en los puntos de costa y su conveniencia dentro de esta coyuntura de alarma sanitaria. Menos mal que está el bueno de Fernando Simón - que responde a todo – y ya ha dicho que no hay riesgo de ‘Madrileñofobia’, por mucho hashtag que se colara en Twitter durante esta semana.
Por la parte que nos toca en la Comunitat Valenciana, seguro que ningún valenciano de las localidades de costa le negará el pan y la sal a cualquier visitante madrileño que venga a sus playas. Será bienvenido y tratado con cordialidad, como a todos nos ocurre y nos gusta cuando viajamos a otros sitios. Al final, todo se resume en educación, respeto y ahora mismo, en un excelso comportamiento social ante esta nueva normalidad.
Así pues, la ‘absurdez y el paletismo’ que pronunciaba de forma victimista el vicepresidente madrileño Ignacio Aguado no es más que una actitud altiva de algunos que el personal no quiere ni tiene por qué soportar. Y si no que se lo digan a este turista de Madrid que se pasó de listo ante las cámaras de Àpunt el año pasado y que estos días ha vuelto a ser ejemplo de lo que no gusta ni aquí, ni seguro que tampoco en Madrid.
Quizás, no hay forma más correcta y eficaz de patalear, que hacerlo con educación y buenos modales. Así pues, esta semana hemos tenido una muestra de ello en Twitter tras conocerse el fallo del Tribunal Supremo que ratifica una sentencia del TSJCV que estima que la Generalitat valenciana debe de dirigirse a Catalunya y Baleares exclusivamente en español, dando un golpe bajo al uso del valenciano en la administración.
Tras conocerse la noticia, el Conseller Vicent Marzà dio el anuncio de que se recurrirá la misma, pero como respuesta ante la adversidad, quedó para la historia este sencillo tweet de ‘Bon dia’ que lanzó la Conselleria de Educació al día siguiente y que se viralizó de forma espectacular.
Este sencillo y común ‘Bon dia’ recibió la respuesta de sus departamentos homólogos de Catalunya y Baleares, así como de multitud de políticos, instituciones y tejido social comprometidos con la lengua y evidenciando que por mucho prejuicio o norma administrativa que exista, no se le pueden poner vallas al mar ni a la comunicación entre personas que comparten un mismo entorno lingüístico.
A su vez, durante esta semana también se ha hecho viral – para desgracia de todos- el vídeo de un tipo que se dedicaba a disparar en una galería de tiro privado a las fotos de diferentes miembros del actual gobierno español y se sentía satisfecho de ello.
Más allá de la gañanada realizada por este sujeto que ya ha sido identificado por la Guardia Civil en una localidad de Málaga, no debemos de obviar que este tipo de acciones que incitan al odio contra las personas son delitos y que cuando lleguen a nuestro móvil, está en nuestro poder el hecho de ser responsables y no contribuir a su difusión. Es cuestión de cultura digital y de responsabilidad social el combatir el odio en las redes.
Respecto al hecho en sí, si es libertad de expresión o no, aquí os dejamos un interesante debate en abierto que se generó en torno a este vídeo por parte de políticos del Govern del Botànic, donde ninguna de las opiniones lanzadas tiene desperdicio.
Por cierto, ya puede salir Pedro Sánchez a dar su último #AloPresidente para despedir el Estado de Alarma que hay cosas en las redes que no cambian. Podría haberse colado como tendencia el Presidente Sánchez y todos los comentarios de sus detractores, pero no. La gente ya no quiere oírle. Ni a él, ni a Simón, ni a Illa… Y mucho menos saber de fases.
Ahora, donde no hay tregua en Twitter es en señalar comportamientos irrespetuosos por parte de políticos en cuestiones de género y sexo. Y sino que se lo digan al exdiputado Marcos De Quinto, que ha vuelto a colarse como tendencia este sábado tras lanzar un tweet bastante irrespetuoso contra la ministra Irene Montero. Sea como fuere, De Quinto se ha convertido en un agitador del debate en Twitter que roza líneas que no gustan y que de vez en cuando, le lleva a colocarse como tendencia, para mal. Por supuesto.
Ya por último, no podemos obviar el eco que llega desde Estados Unidos por los conflictos raciales tras la muerte de George Floyd y que está evolucionando desde el #LiveBlackMatter como movimiento social contra el racismo hasta diversos activismos de protestas que algunos ya han tildado como ‘Estatuafobia’. El revisionismo histórico está dejando imágenes cuanto menos llamativas ante el comportamiento de parte de una sociedad norteamericana que se encuentra en puertas de elecciones y donde la temperatura política y de conflicto se está acentuando de forma notable. Estas noticias, cuanto menos, dan pie al debate en la redes. Veremos su evolución, pero todo apunta a que tenemos un nuevo tema de debate que va a dar mucho de sí en las redes sociales.
La responsable de la cuenta paródica ‘Hazmeunafotoasí’, disecciona las entrañas de la influencia en su libro ‘Cien años de mendigram’ (Roca)