La brecha salarial entre mujeres y hombres es cada vez más ancha en la Comunidad Valenciana, donde las mujeres trabajan gratis una media de 82 días al año. La diferencia se cifra en 4.000 euros, según Hacienda, mientras que otros organismos la cifran en 6.000 euros; siendo el aumento medio de los hombres de un 2,5 %, desde 2010, hasta alcanzar los 24.000 euros, frente al salario que perciben las mujeres que, continúa prácticamente igual: 17.800 euros.
Esta diferencia es fruto de la mayor precariedad en los sectores que están feminizados, además de otros factores como la parcialidad y los complementos salariales que son más habituales en sectores tradicionalmente más proclives al sexo masculino. Se puede afirmar que sólo uno de cada cinco trabajadores que cobran salarios de 140.000 euros es mujer.
La maternidad, el cuidado de los hijos y dependientes son otros de los factores que determinan la diferencia salarial; que es mucho mayor entre los 26 y 45 años, limitando la carrera profesional de las mujeres. Al final de la vida laboral también encontramos esta brecha salarial debida a estos factores, pues se cotiza menos, y por ello se acaba recibiendo pensiones menores. Así, los hombres perciben una pensión media de 1.052 euros mientras que las mujeres perciben 670 euros.
La Encuesta de Población Activa (EPA) señala que hay menos mujeres en el mercado laboral valenciano, tanto trabajando, como en búsqueda activa de empleo; sin embargo, la tasa de paro de las mujeres es más alta, 18,9 % frente al 16,3 % de los hombres.
La tasa de temporalidad es casi un punto superior a la de los hombres. Hay más contratos fijos discontinuos entre las mujeres, e incluso se duplican frente a los hombres los contratos verbales. La parcialidad, es casi 20 puntos superior a la masculina; las mujeres triplican el porcentaje de hombres con jornada parcial, porque no encuentran trabajo indefinido o porque se tienen que ocupar de los cuidados familiares.
La presencia masculina es mayor en empleos cualificados, técnicos y directivos. Por cada mujer en un puesto de dirección, hay más de tres hombres.
En definitiva, la mentalidad de las empresas sigue siendo contratar a hombres porque se piensan que tienen más disponibilidad. Persisten los falsos estereotipos como que la mujer, por cuidar a hijos y dependientes, tendrá un mayor absentismo laboral.
La mitad de las mujeres lleva más de un año en el paro y siete de cada 10 no perciben ninguna prestación
Como dice la presidenta de la Asociación de Empresarias y Profesionales de Valencia "no se trata de conciliar, sino de que todos seamos corresponsables en el cuidado". Es una necesidad cambiar los roles de género: el hombre como sustento económico y la mujer como cuidadora de menores y mayores.
Las mujeres inscritas como demandantes de empleo en la Comunidad Valenciana tienen un nivel formativo más alto (14 % de universitarias, frente al 9 % de universitarios) pero, llamativamente, les cuesta más encontrar trabajo que a los hombres. La mitad de las mujeres lleva más de un año en el paro y siete de cada 10 no perciben ninguna prestación. Pese a la recuperación económica, se mantiene la discriminación y los hombres tienen mayor acceso al empleo.
Si miramos hacia los sectores laborales, en Sanidad, Educación o Dependencia más del 60 % son mujeres, mientras en Industria, donde los salarios son más altos, hay más hombres.
A la vista de este panorama, el Gobierno ha prestado atención a las reivindicaciones de distintas organizaciones sindicales y al clamor social aprobando el Real Decreto-ley de medidas urgentes para la garantía de la igualdad de trato y oportunidades en el empleo y ocupación en el que se incluirán varias medidas laborales como el registro salarial de trabajadores en el que figurarán los valores medios salariales de todos los trabajadores, más los complementos y percepciones extrasalariales.
Además, también establecerá cuándo se considerará que existe discriminación por razón de género en una empresa. De tal forma que, si esta existe, las empresas de más de 50 trabajadores estarán obligadas a elaborar un Plan de Igualdad, voluntariamente, en el plazo de un año desde que entre en vigor el Real Decreto; si no lo hacen en dicho plazo, será obligatorio. Hasta ahora solo era obligatorio para las empresas de más de 250 trabajadores y para aquellas empresas en la que esté establecido en el Convenio Colectivo. Serán las inspecciones de trabajo que se lleven a cabo en materia de igualdad, las que apreciarán si existe o no dicha discriminación. El Real Decreto ha de ser remitido a las Cortes para su convalidación.
No obstante, y a modo de conclusión, quizá sería conveniente que, antes de legislar, deberíamos profundizar en nuestra propia cultura y educación e intentar paliar los fallos que existen en materia de igualdad. Incluso no vendría mal mirar hacia países vecinos como Finlandia, Noruega y Suecia que, sin duda, consiguen la deseada igualdad entre mujeres y hombres.
Esther Carbonell pertenece al área legal de GB Consultores