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Bruselas presenta un Plan de Recuperación para la industria de los países más afectados por la pandemia

27/05/2020 - 

La Comisión Europea presenta hoy ante el Colegio de Presidentes y el Parlamento un Plan de Recuperación en el que todos los Estados miembros son elegibles para ser subvencionados con un paquete de ayudas. El objeto es revitalizar la industria con reformas concretas y ayudar a la empleabilidad de los trabajadores en los países mas afectados por la pandemia. Aunque la novedad es que todos los países serán elegibles y se tendrá en cuenta el condicionaste geográfico para que haya un reparto equitativo de fondos. Así lo adelantaron este martes técnicos de la Comisión en una rueda de prensa cuya información ha estado embargada hasta hoy.

“No estamos interesados en crear elefantes blancos sino en apuntalar a las empresas privadas para que tengan suficiente capital para emplear y operar en el mercado financiero y en el sector productivo”, explicaron fuentes de la Comisión. Por ello es imporante contar con dos objetivos: relocalización geográfica nacional y fondos convenientes para la industria. “Tenemos que estar seguros de que el dinero irá a parar a los sectores correctos en los países que lo necesiten”, explicaron fuentes de la Comisión Europea.

Para ello, la Comisión debe aprobar ahora excepcional y temporalmente, y por una cantidad concreta, la posibilidad de acudir al mercado internacional para financiarse con recurso propios y poder utilizar ese dinero en diferentes instrumentos financieros. Uno de estos instrumentos consistirá en un préstamo, cuya parte principal se devolverá con contribuciones nacionales en 30 años. Se trata de una especie de “capital-bonos”, que no precisarán cambiar la naturaleza del presupuesto de la UE.

"No es lo mismo que hemos propuesto para el SURE. Para éste los Estados miembros proponen garantías nacionales para acceder al préstamo. Mientras que para los capital-bonos, la Comisión va al mercado financiero con la garantía de su propio presupuesto y se lo entrega a los Estados miembros”, explicaron técnicos del ejecutivo comunitario. Se trata de un instrumento de “resiliencia y recuperación",  que equivaldría a un 80% del fondo. De otro lado, también presentará un instrumento de solvencia para la empresa privada y la industria, que sería de un 15% del fondo.

Aunque las cifras se han reservado hasta hoy, Francia y Alemania presentaron una propuesta para un fondo de medio billón en subvenciones o transferencias directas a los Estados miembros.

Una de las condiciones principales de este paquete de subvenciones es que es el Estado el que lo debe pedir, además de otros condicionantes. Debe ser por una cantidad concreta y con un plan económico que se adecue a las prioridades de la UE. Entre los criterios de elegibilidad están la transformación digital o la transición verde (el Green Deal). Este dinero deberá devolverse a un interés muy bajo y hasta el 2027 no estarán obligados a ir devolviendo el principal, hasta un máximo de 30 años.

El presupuesto a siete años 

Otro instrumento financiero será el mismo Marco Financiero Plurianual (MFF, en sus siglas en inglés), el presupuesto de la Unión Europea par los próximos siete años. A través del MFF se establecerá un fondo específico que se canalizará a través de los fondos estructurales, de cohesión o cualquier otro programa operativo ya existente en la estructura  de la Unión. Queda por definir la cantidad, ya que la presidenta Ursula von der Leyen intenta alcanzar el máximo grado de consenso entre los Estados miembros y con el Parlamento. Necesita de los primeros, del Consejo, su consenso, y del Parlamento, su aprobación. 

En principio, durante la rueda de prensa ofrecida ayer a los periodistas acreditados en Bruselas, los técnicos de la Comisión Europea explicaron que la condicionalidad podría explicarse por el plan que se exige a cada Estado para solicitar estos fondos. Serían condiciones marcadas por las prioridades de esta Comisión desde el inicio de la legislatura: la transición ecológica y la transformación digital. Habría otros condicionantes, como la localización de la industria de sectores estratégicos y el aspecto geográfico. Con ello se intenta, que ningún país acapare todos los fondos y aún menos los mejor posicionados económicamente para ayudar a sus empresas.

Margrethe Vestager

Además, del Plan de Recuperacion, la Comisión presentará otro instrumento de solvencia que pretende recapitalizar las empresas de los países más afectados por la pandemia. Sería una ayuda a la industria en forma de subvenciones para que pudieran competir en igualdad de condiciones con otros Estados más solventes. Éstos están utilizando el instrumento de ayudas estatales con el beneplácito de la UE, que ha flexibilizado totalmente las reglas del derecho de la competencia. Así lo confirmó el lunes la vicepresidenta de la Comisión y responsable de Competencia, Margrethe Vestager.

En este sentido, explicaron los técnicos, la Comisión ha previsto una fórmula mixta de préstamos y transferencias, ya que las subvenciones con cargo al presupuesto de la UE se traducen en términos jurídicos en un procedimiento más largo, ya que deben ser ratificadas por los Parlamentos nacionales. Ello implica que se utilicen instrumentos financieros mas ágiles sin necesidad de ratificación, como el MEDE u otras líneas de crédito para hacer frente a la presente emergencia sanitaria.  

También hay otro propuesta sobre la mesa, que es la de aumentar el actual presupuesto de la UE, ya que de lo contrario no habría posibilidad de acceder a los fondos hasta 2021, cuando entre en vigor el próximo MFF. Para ello, proponen adaptar el presupuesto a nuevas políticas que permitirán transferir el dinero inmediatamente hasta finales de este año. Pero, añadieron, para ello se necesita el acuerdo del Consejo por unanimidad y la aprobación del Parlamento europeo.

Sobre los costes, explicaron que aún no están definidos, como tampoco el montante del Plan de Recuperación, que oscila entre el medio billón propuesto por Francia y Alemania, hasta los dos billones que pedía el Parlamento, pasando por una propuesta de los países del sur, de billón y medio, con una mezcla de subvenciones y préstamos. Lo que sí aseguró la Comisión es de las “ventajas de financiación” y de unos “costes del préstamo ínfimos”.

Pero lo más ventajoso es que, si la Comisión se financia con recursos propios, a través de la garantía del presupuesto de la UE en los mercados internaciones y el aumento de impuestos, como la tasa verde, “no necesitamos la ratificación porque son nuestros propios recursos”, añadieron técnicos de la Comisión.

No obstante, no es tan fácil. Para ello, además, necesitan una autorización excepcional  a la Comisión para poner el presupuesto de la Unión en el mercado financiero hasta el año que viene. La Presidenta von der Leyen ha estado realizando consultas entre los Estados miembros para lograr la unanimidad. “Es importante que todos estén convencidos de qué es lo que estamos financiado, en concreto, inversiones y planes de reformas”, explicaron fuentes del ejecutivo comunitario.

Los documentos necesarios para completar este Plan irán adoptándose a partir de hoy y en los próximos días, antes de que se presente el programa definitivo ante el próximo Consejo de junio.

Será también ante el Parlamento donde hoy presente su propuesta la presidenta Ursula von der Leyen, tras la reunión con el Colegio de Presidentes. La Eurocámara se reúne en sesión plenaria extraordinaria para escuchar la propuesta de la Comisión. El Parlamento está siendo la institución europea más combativa al exigir una actuación drástica frente a la crisis del coronavirus. En su último pleno, aprobaron un resolución con el 80% de lo votos para que el Plan de Recuperación se activara con  un  mínimo de dos billones de euros en transferencias directas o subvenciones a los Estados.

David Sassoli

La oposición de los Frugales

Además, su presidente David Sassoli ha destacado en sus discursos la mezquindad de los países del norte, que se han dado en llamar “los frugales” y que el lunes se amotinaron exigiendo que el Plan de Recuperación se convirtiera en un instrumento financiero de crédito para los países que lo necesiten. Este grupo, formado ahora por Países Bajos, Austria, Suecia y Dinamarca no suman ni siquiera el 10% de la población de la Unión.

El grupo de los frugales destaca por haber realizado un confinamiento suave durante la pandemia. Sus economías por tanto, no se han visto especialmente afectadas por el padrón ocasionado en los países del sur. Respecto al número de afectados, es difícil predecir, ya que sus sistemas sanitarios son en su mayoría de gestión privada y con copagos incluso para el ingreso hospitalario.  

Pero lo más importante es la condicionalidad que piden estos cuatro países y que tanto daño hizo durante la última crisis financiera. Las medidas de austeridad impuestas desde Bruselas a los países que solicitaron un rescate aún se están pagando y han provocado recortes en sectores estratégicos d os países del sur, como el sanitario en el caso español. Sólo hay que recordar las “mareas blancas” de trabajadores sanitarios manifestándose contra los recortes que imponía el gobierno del partido Popular en lo más crudo de la crisis financiera, mientras se pagaba la deuda bancaria con el dinero de los impuestos de los españoles.

Aquellos recortes han desembocado ahora en el colapso del sistema sanitario por falta de recursos, mientras que países como Alemania han podido afrontar mejor la pandemia. Y éste será uno los caballos de batalla, las reformas estructurales que podrían condicionar la transferencia de los fondos y los préstamos.

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