CASTELLÓ. La Comisión Europea ha publicado los documentos del acuerdo inicial de libre comercio alcanzado el pasado viernes con los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay ). Ahora empieza la negociación entre los estados miembros, que han de ratificarlo, al igual que el Parlamento Europeo, en un proceso que se puede alargar seis meses, según fuentes conocedoras del tratado.
Bruselas subraya que los textos contemplan las condiciones acordadas en junio de 2019, así como los elementos mejorados y adicionales que se han incluido de las negociaciones llevadas a cabo entre marzo de 2023 y diciembre de 2024. El pacto es valorado por el Gobierno central, pero es visto con reticencias por los citricultores valencianos por el posible impacto que pueden tener las importaciones del Mercosur en la producción local, mientras el ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas, esgrime que supondrá "ventajas" para actividades agrarias nacionales como el vino, el aceite de oliva, el porcino o los cítricos.
Las organizaciones agrarias valencianas analizan el impacto del tratado y quieren comprobar si el cítrico local mantiene algún tipo de protección para evitar una posible una competencia desleal. En la actualidad, los cítricos en fresco que llegan a la UE procedentes de Argentina y Brasil tienen una tasa del 12,80%, mientras Brasil paga por el zumo un 12,20%. La Unió Llauradora teme un hundimiento de la industria europea de zumo y una merma el precio de la fruta en fresco si no se considera en el acuerdo al cítrico producto sensible.
Por su parte, AVA-Asaja participará el 16 de diciembre en una manifestación en Madrid que, entre otras cuestiones, mostrará su oposición al tratado del Mercosur.
En cambio, el ministro Planas ha lanzado un mensaje tranquilizador en el Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca que se celebra esta semana "a aquellos reticentes sobre el pacto en Europa: "Somos una potencia agroalimentaria y no debemos temer a la apertura comercial". "Entiendo que puedan existir preocupaciones, pero si examinamos los contingentes que han sido adoptados en relación con los productos sensibles, son de una dimensión que no altera el mercado comunitario", ha defendido Planas frente a los detractores del mismo, entre los que se encuentran países como Francia o Polonia, que alegan desigualdades para los agroganaderos comunitarios.
Planas ha destacado que "si existe alguna duda y preocupación por parte del sector", también "existen las cláusulas de salvaguardia que además se pueden aplicar incluso a los propios contingentes como, ocurrió en 2018 con la carne de vacuno ya procedente de Mercosur".
No obstante, el pacto sellado el viernes no supone su entrada en vigor de manera inmediata. Para su implementación requiere la certificación por parte del Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea, que integra a los Estados miembros. También ha de pasar, según explica la Unió Llauradora, por el Congreso de los Diputados al contemplar competencias exclusivas de la UE y otras compartidas con los países. "Si alguna de estas instituciones no ratifica el acuerdo, esto podría bloquear su aplicación total o parcial, o llevar a una renegociación de sus términos", agregan desde la Unió.