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VALÈNCIA. (EP). La Comisión Europea se ha fijado el objetivo de eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050, un escenario que requerirá "inversiones adicionales significativas" en todos los sectores de la economía, pero supondrá una "profunda transformación" que implicará numerosos efectos "positivos".
El Ejecutivo comunitario ha adoptado este miércoles su estrategia climática a largo plazo, que compartirá con sus socios internacionales en la COP 24 de Katowice (Polonia), que comienza el próximo lunes. El objetivo del documento es confirmar el compromiso del bloque comunitario para "liderar" la acción climática global y presentar una "visión" que pueda ayudar a conseguir unas emisiones netas de gases de efecto invernadero nulas a través de una transición "socialmente justa" y eficiente.
"El 'status quo' no es una opción", defiende Bruselas en el texto de 24 páginas, en el que identifica las oportunidades que la transición ofrece a los ciudadanos y la economía europeas y los retos que supone. El documento, sin embargo, no incluye nuevas políticas y no es una propuesta legislativa.
La Unión Europea se comprometió en el Acuerdo de París a reducir un 40 por ciento sus emisiones contaminantes en 2030 en comparación con los niveles registrados en 2030. Bruselas calcula que esta cifra llegará al 45 por ciento cuando toda la legislación esté completemente vigente y estima que avanzará hasta el 60 por ciento a mitad de siglo. "Esto, sin embargo, no es suficiente para que la UE contribuya a los objetivos del Acuerdo de París", apunta la Comisión.
En este sentido, Bruselas otorga "un papel central" a la energía en la transición hacia una economía libre de emisiones contaminantes, puesto que aglutina más del 75 por ciento, pero añade que también requerirá avances en sectores como el transporte, la agricultura, los edificios y la industria. También podrá "acelerarse" con progresos en digitalización, inteligencia artificial y biotecnología.
Igualmente exigirá, advierte Bruselas, cooperación "en diferentes niveles" entre regiones y Estados miembros, con la meta de "maximizar las sinergias" y poner en común recursos y conocimientos. "Los países deberían actuar juntos para proteger a sus ciudadanos del cambio climático", recomienda la Comisión Europea en el documento, en el que expone siete líneas de actuación.
En primer lugar, insta a "maximizar" el despliegue de energías renovables para "descarbonizar" completamente el suministro de energía en Europa. Según sus cálculos, en 2050 más del 80 por ciento de la electricidad provendrá de fuentes renovables, que junto con una cuota de energía nuclear del 15 por ciento, será la "columna vertebral" de una economía libre de combustibles fósiles.
La eficiencia energética asumirá también un papel importante en la senda hacia una economía libre de emisiones de gases de efecto invernadero a mediados de siglo, momento en el que Bruselas prevé que el consumo energético sea la mitad que el registrado en 2005. En este conexto, el Ejecutivo comunitario señala que una parte importante del ahorro energético provendrá de los edificios, que hoy en día son responsables del 40 por ciento del consumo.
De la misma forma, Bruselas subraya que "todos los medios de transporte" tendrán que contribuir a la descarbonización del sector para hacerlo más limpio, seguro y conectado. Esto supone, avanzar en una movilidad multimodal, eficiente e innovadora tanto para pasajeros para el transporte tanto de pasajeros como de mercancías.