VALÈNCIA (EP). El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, ha explicado este viernes que no esperan más salidas de personal ni cierres de oficinas este año más allá de lo previsto por el proceso de integración, que en ambos casos se encuentran en el 90% de ejecución.
Lo ha dicho durante la rueda de prensa en Valencia para presentar los resultados del primer trimestre de la entidad, que lo ha cerrado con un beneficio atribuido de 707 millones de euros, un 21,9% más en términos comparables.
Ya se han producido el 90% de las 6.452 salidas voluntarias de la entidad, así como el 88% de la integración de oficinas hasta finales de abril.
"No hemos acabado la integración: falta el 10%. Habiendo recorrido tanta parte del camino podemos decir que estamos muy satisfechos y consideramos que ha sido un gran éxito, tanto en su vertiente de sinergias como en la velocidad que las estamos consiguiendo", ha dicho.
Preguntado por las quejas sindicales durante la junta de accionistas del 8 de abril, ha respondido que su función es escucharles, y que ha sido una etapa dura porque han hecho la integración bancaria "más compleja y rápida" de la historia de España.
"Esto no se hace sin muchísimo esfuerzo y su cuota correspondiente de problemas, dificultades e incidencias", ha añadido.
Gortázar espera además que la guerra de Ucrania no marque el nuevo plan estratégico hasta 2024 que el grupo tiene previsto presentar a los mercados el próximo 17 de mayo.
El directivo ha dicho que es muy difícil prever cuáles van a ser las consecuencias de la guerra, pero lo que sí está claro es que va a provocar "cambios profundos" en la estrategia geopolítica y empresarial del mundo occidental y que no se puede infravalorar "en absoluto" la repercusión que tiene.
Por el momento, CaixaBank ha constituido un fondo colectivo por importe de 214 millones para reflejar el impacto estimado derivado del cambio de escenario macroeconómico ante el conflicto en Ucrania.
Y es que la invasión rusa de Ucrania, ha dicho el directivo, va a tener un impacto en la economía por el encarecimiento de la energía y las materias primas y supone "un golpe a la confianza y al crecimiento".
De hecho, el Gobierno ha rebajado hoy del 7 al 4,3 % la previsión de crecimiento para este año, en línea con las últimas estimaciones de CaixaBank.
Pese a todo, Gonzalo Gortázar ha dicho que prefiere no ser "derrotista ni pesimista" ya que, aunque las cifras económicas no son todo lo buenas que se esperaba en un principio, la última Encuesta de Población Activa (EPA) arroja datos positivos y las perspectivas del turismo son "muy positivas", lo que podría ayudar a compensar otros efectos negativos.
Gortázar también ha considerado "sano" que el Banco Central Europeo (BCE) abra la puerta a una subida de los tipos de interés en verano, una medida que espera que ayude a "controlar" la elevada inflación derivada de la guerra de Ucrania.
Gortázar cree que los tipos, que durante los últimos años han estado en negativo, subirán de forma gradual y podrían hacerlo, de acuerdo con las expectativas de los mercados, hasta tres veces este año y "que haya todavía otras cuatro o cinco subidas más en 2023".
Desde CaixaBank han recordado que una subida de 100 puntos básicos de los tipos genera una mejora en el margen de intereses de entre el 20 y el 25 % al cabo de unos meses.
El ejecutivo, por otro lado, ha asegurado que el grupo está centrado en el crecimiento orgánico y que no contempla otra opción que la de seguir creciendo con el perímetro que tiene actualmente, una vez hecha efectiva la integración de Bankia.