VALÈNCIA. El presidente de Cajamar, Eduardo Baamonde; el director general de la Industria Alimentaria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, José Miguel Herrero; y el presidente de la Organización Interprofesional Láctea (InLac), Ignacio Elola, han presentado este mediodía la publicación ‘El sector lácteo en España’ en la sede del Ministerio de Agricultura en Madrid, junto a los dos coordinadores de la obra, Edelmiro López, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Santiago de Compostela; y Manuel Lainez, consultor especializado en innovación agroalimentaria.
El libro, editado en colaboración con InLac, analiza en profundidad la evolución experimentada por el conjunto del sector desde el año 2016, cuando desaparece el sistema de cuotas lácteas y se inicia una progresiva liberalización de la producción, encontrándose en la actualidad la oferta española de leche y sus derivados en una coyuntura favorable de precios al alza. Para ello, ha contado con la participación de 40 especialistas en la materia, procedentes del ámbito académico e investigador, de las Administraciones Públicas, así como de empresas y organizaciones vinculadas al sector lácteo.
Durante la presentación, Eduardo Baamonde ha destacado la reconversión que ha experimentado esta industria, adaptándose a los diferentes retos como la globalización, las mejoras tecnológicas y las nuevas políticas comunitarias. “Creo que la búsqueda de la rentabilidad ya no es tanto la mejora de la competitividad, pues creo que este sector, sobre todo, en la parte de la producción, ha hecho los deberes en esta reconversión, y hoy en día la producción media española está a la altura de la media comunitaria”.
En este sentido, Baamonde ha recalcado que la clave se centra en el valor: “Debemos enfocarnos en la última milla y analizar cómo podemos agregar valor, que lo da la diferenciación de procesos y productos, y también el posicionamiento de marca, que es un elemento clave para poder garantizar el reconocimiento del verdadero valor de la leche y de los productos lácteos por parte del consumidor”.
Ignacio Elola ha valorado el papel capital que juega el sector lácteo desde el punto de vista económico y social, así como para la vertebración del medio rural y el mantenimiento de los ecosistemas, sin olvidar el papel de la ganadería en la prevención de incendios. “España es hoy el séptimo mayor productor de leche de vaca de Europa, tras Alemania, Francia, Reino Unido, Holanda, Italia e Irlanda. Somo la mayor potencia en leche de oveja, solo superados por Grecia, y la segunda en leche de cabra, después de Francia”. También ha subrayado que “tenemos un sector innovador y muy profesionalizado, que quiere seguir apostando por la excelencia en la producción y por consolidar el liderazgo en los mercados internacionales en beneficio de nuestros ganaderos, cooperativas, industrias, medioambiente y, por supuesto, de los consumidores”.
Asimismo, el presidente de InLac ha incidido en los retos que tiene ante sí el sector: “Debemos buscar salidas frente al imparable aumento de los costes de producción y energéticos, agravado tras la invasión de Ucrania, y luchar porque la leche no se utilice como producto gancho en los lineales. Necesitamos que la sociedad sea consciente del trabajo que existe detrás de cada vaso de leche, yogur, porción de queso o cualquier otro alimento lácteo que consuma”, añadió.
Por su parte, José Miguel Herrero ha recordado el carácter “estratégico” de la industria láctea y ha manifestado que el gran reto se centra en trasladar al consumidor todo el conocimiento existente por parte del propio sector. “Los productos lácteos son esenciales para el desarrollo de las personas, así como de las economías rurales y del conjunto de un país, generadores de riqueza, elementos todos ellos que debemos ser capaces de hacérselos llegar a los ciudadanos para que conozcan y valoren mucho más el trabajo que hay detrás de un litro de leche”.
Por ello, insistió en que es fundamental generar valor en el sector lácteo. “En los últimos años hemos asistido a una devaluación de la leche, y hay que recuperar el valor que tuvieron tanto la leche como los productos lácteos”, por lo que recordó el trabajo que está desarrollando el Ministerio de Agricultura “en políticas que generen valor”, y citó la ley de la cadena alimentaria, así como la ley contra el desperdicio alimentario.
Los coordinadores de la obra han ensalzado la capacidad y el desarrollo del sector lácteo español, del que Edelmiro López ha destacado el aumento significativo que ha experimentado una vez desaparecidas las cuotas lácteas, llegando a representar un valor económico total próximo al 1 % del PIB: “Más de la mitad de ese crecimiento se ha debido a la producción de quesos, y el resto a yogures, postres y otros productos; frente a una estabilidad de la leche envasada. Además, en este periodo, los productos lácteos han incrementado su presencia internacional”.
A su vez, Manuel Lainez ha incidido en el proceso de transformación digital iniciado en España, y que ha puesto el foco en la eficiencia, la productividad y la sostenibilidad de los sistemas productivos: “Tiene por delante el reto de transmitir a la sociedad y a los consumidores el valor nutricional de los lácteos y su contribución a la promoción de la salud”.
España se posiciona como una potencia europea por la dimensión y eficiencia de su estructura, con más de 20.600 ganaderos dedicados a la producción de la leche. De ellos, 12.500 profesionales lo hacen en la producción láctea procedente de la vaca (61 %), 4.800 de cabra (23 %) y 3.300 de oveja (16 %); hay más de 1.500 centros autorizados para su recogida y transformación, que generan más de 30.000 empleos, el 8,5 % del total del conjunto del sector agroalimentario, y un volumen de negocio superior a los 9.500 millones de euros.
Destaca también el peso específico del sector desde el punto de vista económico, con una facturación anual de 13.000 millones de euros en el conjunto de los eslabones de la cadena (producción, transformación y comercialización), así como del empleo, al aportar más de 60.000 puestos de trabajo directos, y de su apuesta por la innovación y la excelencia, configurándose como una industria fundamental por su contribución al desarrollo rural, la fijación de la población al territorio, la soberanía alimentaria, la salud pública y el medioambiente.
Según los últimos datos disponibles, en 2020, España produjo más de 7.405 toneladas de leche de vaca, 508 millones de litros de leche de oveja y 468 millones de litros de leche de cabra; todos ellos, considerados un producto nutritivo, saludable y esencial, a tenor de las cifras de consumo, que en el último año alcanzó los 5.068 millones de litros de leche y derivados, con un valor superior a los 8.600 millones de euros.
La industria láctea ha registrado una mejora del saldo comercial exterior en 2020 tanto en volumen, con un 7,52 % más exportado, como en valor, con un 1,98 %; mientras que las importaciones han disminuido un 4,87 % en volumen y han descendido un 6,32 % en valor. Por su parte, en la última década, las ventas al exterior de queso español han registrado un incremento del 125 %.
El sector lácteo ha de afrontar el incremento de los costes (electricidad, carburantes, piensos, mano de obra), así como los efectos derivados de la sequía y la escasez de recursos hídricos, continuando con su apuesta por la sostenibilidad y la economía circular. Asimismo, ha de atraer talento y fomentar el relevo generacional para garantizar su continuidad, fomentando la formación y la cualificación de los productores en el manejo y la gestión de las explotaciones.
La obra incluye una aproximación a los diferentes eslabones de la cadena (explotaciones ganaderas, industria, distribución y consumo), además de la organización y vertebración de todos y cada uno de sus actores, con especial atención al papel que ejercen la interprofesional y las empresas cooperativas en España.
El contenido de la monografía, que roza las 400 páginas, se estructura en 8 grandes epígrafes y 20 capítulos que recorren el conjunto de la cadena de valor y sus especializaciones (leche de vaca, de oveja y de cabra), partiendo de la diversidad de regiones productoras en nuestro país, y desde una perspectiva comparada con el mercado europeo y global. Además, el libro incluye aproximaciones transversales relacionadas con aspectos como los cambios en la Política Agraria Común, la gestión del impacto ambiental de las explotaciones, los cambios recientes en los hábitos de consumo y el papel de los lácteos en una dieta saludable.