VALÈNCIA (EP). El Centre del Carme Cultura Contemporània presenta este viernes la exposición Callejeros, del artista valenciano Francisco Sanz, una muestra enmarcada dentro de la convocatoria Altaveu para proyectos de inclusión y cohesión social del Consorci de Museus y que ofrece un testimonio documental sobre la vida en la calle a través de las fotografías realizadas por personas en situación de sin hogar, además de "dignificar y visibilizar" su modo de vida.
Luis, Cristóbal y Richard son los protagonistas y los autores de las más de 60 imágenes que se exhiben desde este sábado en la Sala Contrafuertes del CCCC, a quienes Francisco Sanz les ha "dado voz" o una cámara fotográfica, y con ello "la oportunidad de observar la realidad con sus propios ojos, siendo el arte un instrumento para comprender y empatizar con los demás".
De esta manera, mediante la metodología 'fotovoz', el artista, con el objetivo de "visibilizar a los callejeros invisibles", proporciona a los sin techo Luis, Cristóbal y Richard cámaras fotográficas "con la única instrucción de retratar el mundo que les rodea". Con ello, la autenticidad de las imágenes "se mantiene al primar el relato en primera persona sobre los requisitos estéticos formales", destaca el CCCC.
Esta acción, "fuera de todo paternalismo y desde el respeto de la autoría" de los callejeros, genera un "espacio de dignidad" de los participantes, así como un "efecto catártico a través de la fotografía", de forma que "se detectan problemáticas no emergentes, se visualizan otras realidades y se pone de manifiesto lo que realmente es importante para los autores de las fotografías". El resultado abre un debate sobre las muchas maneras de vivir en sociedad pero, sobre todo, "se democratiza y comparte el poder creativo".
En la exposición, organizada por temáticas, se pueden ver algunos de los motivos "más recurrentes" en sus fotografías, como la calle, los lugares de dormir, patios, bancos, pasajes o zonas de refugio, así como los compañeros y amigos que viven en su misma situación y con los que se hacen compañía; y sus relaciones con los vecinos y vecinas con los que "se relacionan de igual a igual".
El creador, Francisco Sanz, explica que se trata de una exposición de autoría compartida y ha detallado que su labor ha sido la de coordinar el trabajo, "pero todas las fotografías están tomadas por ellos, personas que viven en la calle, que son quienes mejor nos pueden ofrecer el día a día de la ciudad", apunta.
El director del CCCC, José Luis Pérez Pont, valora que la convocatoria Altaveu "nos ha permitido acercarnos a proyectos artísticos que tienen también un carácter social de visibilización y de trabajo con diferentes colectivos, en ese caso con personas que se encuentran en riesgo de exclusión social.
"Las fotografías no están reeditadas, son crudas, tal como vienen de la cámara", destaca Sanz, que concreta que se trata de un trabajo "puramente artístico" en el que "el único objetivo era dignificar su modo de vida". "El encuentro visual con estas personas que viven sin techo nos genera una intensa fuerza repelente cuando, en nuestro interior, confrontamos aquello que no queremos ser, sacudiendo nuestra propia sensación de seguridad y comodidad", ha aseverado.
Según el artista, la fotografía representa una herramienta "artística, flexible y universal" que "traspasa barreras lingüísticas y que posee un doble papel en forma de arte y de documentación de la realidad". A lo largo de dos años y cerca de 80 encuentros, Francisco Sanz ha dado vida a este proyecto, del que se mostró una parte en 2019 durante el festival Ojos Rojos de fotografía. Callejeros reúne el trabajo completo en una de las exposiciones que debían haberse visto en 2020 en el CCCC y tuvo que ser aplazada por la pandemia.
Francisco Sanz, que compatibiliza su proyecto artístico con su trabajo como neumólogo en el Hospital General de València, tuvo que aparcar temporalmente la fotografía para coordinar la planta COVID-19 en su hospital durante 2020.
Este viernes, 23 de abril, Callejeros se abre al público en la Sala Contrafuertes del CCCC, donde podrá visitarse hasta el 30 de mayo. Durante el acto de apertura de la exposición se ofrecerá una performance en la que se leerán diversos textos del diario de campo del proyecto, alternados con la música de un violonchelo.