entre 14 y 27 metros es la estimación de GREENPEACE PARA LA PÉRDIDA DE COSTA

Camp de Morvedre y La Safor, entre las comarcas más afectadas por la regresión del litoral

21/08/2024 - 

VALÈNCIA. El mar acecha el litoral valenciano, el cual ve disminuidas sus playas temporada estival tras temporada. Un informe reciente de la asociación ambientalista Greenpeace, 'Crisis a toda costa. Análisis de la situación del litoral ante los riesgos de la emergencia climática', determinó que la costa valenciana perderá alrededor de 12 metros de ancho de las playas hasta 2030, con especial incidencia en las comarcas de Camp de Morvedre y La Safor.

Los motivos que desencadenan la regresión son diversos, aunque la actividad del ser humano es el principal detonante. Desde la disminución de aportes sólidos de ríos y arroyos hasta la construcción de puertos, pasando por el turismo de masas y el aumento del nivel de mar por la crisis climática.

España cuenta con 7.880 kilómetros de costa, de los cuales 470 km pertenecen a la Comunitat Valenciana, según la Ley de Costas, aprobada en 1988. No obstante, de estos 470 km, tan solo 270 son playas. Con respecto a la ocupación de estas, a principios del siglo pasado, la costa estaba habitada por el 12% de la población española. Sin embargo, en el momento de la aprobación de la actual Ley de Costas, el litoral pasaba a estar ocupado por el 35% del total, que alcanzaba el 40% en 2022. En la actualidad, y de forma estacional, la costa española acoge al 82% de la población del país, de acuerdo a lo expuesto en la última modificación de la Ley de Costas, en 2015.

Dicha presión turística en la Comunitat Valenciana ha favorecido que casi tres cuartas partes de su línea de playa esté urbanizada (74,3%), según el reciente dosier presentado por Greenpeace.

Este mismo informe también recogía la estimación de la NASA en la que afirma que tras Barcelona y el golfo de Cádiz, la costa valenciana será la más afectada, ya que, "para 2030, el mar subirá 12 centímetros en el golfo de València, lo que supondrá una pérdida de 12 metros de ancho de las playas".

De entre las comarcas más afectadas de la Comunitat, la organización ambientalista señala al Camp de Morvedre, donde Almardá perdería hasta 27 metros de costa en los próximos 25 años y el Puerto de Sagunto hasta 21 m. Ambas playas ubicadas al norte del puerto de Sagunto.

Amparo Peris, presidenta de la Asociación Vecinal de las playas de Almardá, Corinto y Malvarrosa de Sagunt, reivindica urgentemente "una defensa por si vienen temporales". Uno de los motivos recientes por los que las playas de las que es vecina se encuentran en el estado actual, dice ser porque "nos quitaron una serie de grava de arena para regenerar la playa de Almenara" durante al pandemia. Acción ante la que Greenpeace "no nos hizo ni caso", afirma Peris.

En segundo lugar, se sitúa La Safor, comarca en la que los municipios más afectados serían Guardamar, que perdería hasta 23 metros de aquí a 2050, Bellreguard, hasta 20 m, y Miramar, hasta 19 m. Las afecciones de las tres localidades derivan de la existencia del puerto de Gandia.

Otros municipios que también perderían un terreno considerable de costa son El Perelló (14 m), en la Ribera Baixa; y las siguientes localidades de La Safor, Tavernes de la Valldigna (14 m), Xeraco (15 m), el Grao de Gandía (14 m), Daimús (16 m), Piles (15 m) y Oliva (15 m).

Principal detonante: los puertos

La existencias de instalaciones portuarias es uno de los motivos de la regresión de la costa, dado que la construcción de espigones impide el traspaso de sedimentos entre la zona norte del espigón y la sur. La consecuencia directa es la acumulación de aportes sólidos en el área norte y la inexistencia de estos en el sur.

La costa valenciana cuenta con cinco puertos estatales (Castellón, Sagunto, València, Gandia y Alicante), de mayor tamaño, y 15 que dependen de la Generalitat Valenciana: Vinaroz, Benicarló, Peñíscola y Burriana en la provincia de Castellón; Cullera y Dénia en la provincia de Valencia; y Altea, Benidorm, Calpe, la Isla de Tabarca, Jávea, Moraira, Santa Polo, Torrevieja y Vilajoiosa en Alicante. Además, de varaderos, embarcaderos y dársenas que también dependen de la Comunitat Valenciana.

El puerto de Burriana, de València o de Gandía afecta a Nules, El Perelló o Daimuz, respectivamente, por lo que la problemática se repite a lo largo y ancho de la Comunitat Valenciana y del mar Mediterráneo. Los espigones portuarios que los caracterizan son de entre 300 y 1.000 metros de largo, dependiendo de la actividad que asuma cada puerto, y son de hormigón o roca.

La Ley de Costas frente a las personas afectadas

La problemática de la regresión del litoral afecta a centenares de construcciones que se encuentran en primera línea de playa, en su mayoría viviendas.

Según las continuas modificaciones de la actual ley de costas españolas (la Ley 22/1988, de 28 de julio, de Costas), no se puede edificar ningún inmueble o aparcamiento nuevo en el primer centenar de metros desde 2013, a excepción de cualquier construcción portuaria.

En su defecto, se permiten aquellas viviendas anteriores a la aprobación de la ley calificadas sobre suelo urbano con un mínimo de distancia de 20 metros desde donde rompen las olas. Este espacio forma parte de la zona de servidumbre de protección, que se extiende 100 metros desde la ribera del mar (ampliable a 200 metros), más 6 metros obligados de servidumbre de tránsito entre esta zona y el Dominio Público Marítimo Terrestre (DPMT).

Un deslinde se define como la determinación de los límites de un terreno. Estos se ajustan a la ley de costas de 1988, pero con las modificaciones de 2013 que establecen los metros pertinentes del DPMT con respecto a la ribera del mar y de la zona de servidumbre con respecto al DPMT. Si cambia la línea de la costa, cambian los deslindes.

Las modificaciones de 2013 de la ley de Costas exigen que para poder inscribirse o transmitir una finca ubicada en el litoral, se aporte en el registro de la Propiedad un certificado administrativo de no invasión del DPMT. Esta invasión del DPMT no induce a la obligación de demolición inmediata, pero tampoco permiten mantener el régimen de propiedad ni solicitar permiso de obras.

La previsión de la regresión del litoral es muy reciente y cambia a gran velocidad, más rápido de lo que tarda en adecuarse la ley y las personas afectadas por esta. Las soluciones son unilaterales y concentradas en cada tramo de costa, incluso implementando medidas diferentes para las distintas playas de un mismo municipio. Su gestión se vuelve entonces farragosa y compleja.

La presidenta de la asociación vecinal, Amparo Peris, subraya que "el mar no entiende de divisiones territoriales", por lo que reclama "un proyecto integral desde Almenara hasta Canet" con tal que las comarcas de Castellón y Valencia afectadas por un mismo espigón unifiquen las soluciones.

Soluciones frente a la regresión

Las medidas para frenar la regresión del litoral son diversas y se adecuan a la situación morfológica de cada tramo de costa y a la localización de cada uno de los enclaves. Trasvases de arena y sedimentos, creación artificial de dunas, escolleras, espigones artificiales o naturales, dragas permanentes, diques.

Con respecto a los diques construidos por el ser humano, se encuentra el de contención, que imposibilita el avance del agua; el rompeolas, que superpone capas de diversos materiales para minimizar la energía y proteger un lugar específico por lo que, a diferencia del dique de contención, sí filtra el agua; y aquel dique que se encuentra sumergido y paralelo a la costa, el exento, con el objetivo de disminuir la energía del oleaje.

Por otro lado, están los espigones, los cuales cortan el transporte de sedimentos al actuar como barrera que separa el litoral en norte y sur.

La diferencia técnica entre un espigón y un dique exento es el impacto visual del primero sobre el segundo, así como la utilidad última. Un espigón frena el transporte de sedimentos, mientras que un dique exento se encuentra sumergido al completo y mitiga la energía del mar que llega a la costa.

En Sagunto, la Asociación Vecinal de las playas de Almardá, Corinto y Malvarrosa pidió al consistorio, a finales de 2023, la instalación de bioarrecifes sumergidos y la reconstrucción de los cordones dunares. Este último recibió la aprobación de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del proyecto el 20 de junio de 2023.

Además, la capital del Camp de Morvedre solicitó al alcalde del municipio la adhesión al proyecto de ecoarrecifes impulsado por Canet d'en Berenguer y que contaría con fondos europeos.

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