VALENCIA. A Karlos Bernabé le ha sobrevenido la fama en apenas un día tras subir a su cuenta de Facebook un vídeo donde comete una actuación descabellada. Nada más y nada menos que hablar en valenciano en el pleno del Ayuntamiento de Orihuela. El concejal de Cambiemos es, con total probabilidad, la primera persona que emplea la lengua vehicular en este contexto oficial desde tiempos tan remotos que ni se recuerdan. “Yo nunca lo había visto”, afirma el protagonista, quien no tardó en recibir los reproches del PP.
Aunque ha sido ahora cuando el vídeo ha llegado a Internet, los hechos tuvieron lugar el pasado 30 de junio, durante la reunión que el consistorio celebra el último jueves de cada mes. En esta ocasión había dos temas centrales: la educación concertada y la política lingüística. A raíz de una moción presentada por el PP en torno a la este último bloque, criticando “la imposición de la lengua”, Bernabé no pudo morderse la lengua. Tras aludir a las faltas de ortografía de la redacción, el concejal recordó que la Generalitat todavía no había tomado medidas en materia lingüística, pero incidió en que por hablar en valenciana “no pasa res, no es cauen les parets, ni arriba la fin del món”.
El mero uso de la lengua desencadenó la polémica. En el vídeo se aprecia como Bernabé califica de “experimento” su discurso, en el que también reivindica las posibilidades laborales y las implicaciones culturales que conlleva el valenciano. Sin embargo, pronto se encuentra con las protestas de los grupos que tiene enfrente. “La gente del PP y de Ciudadanos pone cara de no entender lo que pasa, de indignación y de sorpresa. De repente se desubican, empiezan a murmurar, a decirme que no se me entiende”, relata el propio Bernabé. ¿Pero de verdad no le entendían? “Creo que algunos sí y otros no”, responde.
Este contexto es el que ha impedido que concejales valencianoparlantes no puedan emplear la lengua en el pleno, como es el caso de la socialista Ana Mas, a la que Bernabé cita como ejemplo. “Yo soy castellanoparlante, pero cuando han venido Ximo Puig o Mónica Oltra me he dirigido en valenciano, porque creo que es una manera de tener puentes”, asegura, e insiste: “No es tanto que estemos reivindicando que se hable valenciano, sino que no lo veamos como un problema, pero entendemos las particularidades de Orihuela”. Si vuelve a darse la ocasión, amenaza con volver a emplear el valenciano en el pleno municipal.
El caso de la comarca de la Vega Baja, situada en el extremo sur de la provincia de Alicante, siempre ha sido curioso a nivel lingüístico. Pese a tener una idiosincrasia común con el resto de valencianos, también comparten carácter con Murcia y Albacete, lo que les dota de un crisol cultural. Es por ello que gozan de una exención lingüística en materia educativa, por la que los padres pueden decidir si quieren que sus hijos reciban o no clase en valenciano. “Nosotros queremos demostrar que aceptamos la diversidad, pero también lanzar el mensaje de que las lenguas nos enriquecen”, argumenta Bernabé, de 28 años, sociólogo y educador.
Como miembro de la comunidad docente, tiene una opinión decidida sobre el tema: “No veo ninguna lógica a darle opcionalidad a una lengua que está en el territorio, igual que no existe exención para las Matemáticas o para el Inglés”. Ahora bien, plantea que haya un espacio de diálogo para aquellas comarcas netamente castellonoparlantes, donde debe darse "una transición gradual" y no plantearse "como una imposición”. A fin de cuentas, a la hora de optar a puestos de carácter público, sí están sometidos a los mismos requisitos que los demás. “La exención nos distancia, nos resta oportunidades”, zanja. La Conselleria, por su parte, insiste en que seguirá garantizando la opcionalidad.
Tras 20 horas de su publicación, Facebook registraba 137.000 visualizaciones del vídeo, a las que cabe sumar los centenares de Youtube. En pocas horas, Bernabé se destapa como el último fenómeno viral de las redes sociales, por un tema tan ufano como hablar valenciano en el pleno de un municipio alicantino. Quién lo hubiera imaginado.